Como un traje a medida: as¨ª son los ¨²ltimos avances en el c¨¢ncer de mama metast¨¢sico
Los tratamientos actuales logran que las mujeres con esta enfermedad puedan desarrollar una vida normal
Cada a?o, 1,7 millones de mujeres en todo el mundo se enfrentan por primera vez a tres palabras terribles: c¨¢ncer de mama. A la pregunta de ?y ahora qu¨¦? los onc¨®logos tiran de estad¨ªsticas. Se trata del tumor m¨¢s com¨²n entre la poblaci¨®n femenina (solo en Espa?a afecta a una de cada ocho mujeres en alg¨²n momento de su vida) y provoca 560.000 muertes al a?o. De ellas, 6.215 son en Espa?a. En 2020, lejos de ser una sentencia de muerte instant¨¢nea, se ha logrado que el 80% de las afectadas tenga una supervivencia superior a los cinco a?os gracias a los distintos programas m¨¦dico-farmacol¨®gicos. Aunque los hombres tambi¨¦n tienen algo de tejido mamario y pueden desarrollar este tipo de tumores, suponen menos del 1% de los casos. De aparecer, lo hacen diez a?os m¨¢s tarde que en las mujeres. Por eso se suele generalizar como un mal t¨ªpicamente femenino.
Nueva etapa como enfermedad cr¨®nica
Las perspectivas de que tras unos meses duros de tratamiento se pueda pasar p¨¢gina, dan un vuelco de 180? cuando se replica en otros ¨®rganos. Es el c¨¢ncer de mama metast¨¢sico. Tambi¨¦n se conoce como c¨¢ncer de mama avanzado o en mama estadio IV, y es el responsable de cerca del 90% de las muertes por esta dolencia. ¡°Sucede cuando c¨¦lulas tumorales de la mama viajan por la sangre o linfa y se instalan en el pulm¨®n, el h¨ªgado, el cerebro o los huesos. Poco a poco van creciendo y, cuando se hacen evidentes, es cuando diagnosticamos enfermedad metast¨¢sica en esas localizaciones¡±, sentencia la doctora Ana Santaballa, onc¨®logo m¨¦dico y jefa de la Secci¨®n de C¨¢ncer de Mama y Tumores Ginecol¨®gicos del Hospital Universitario La Fe de Valencia.
A partir de ese momento todo cambia. ¡°Hablamos ya de una enfermedad sin curaci¨®n, cr¨®nica, de la que la paciente va a tener que tratarse el resto de su vida. Aqu¨ª las claves son retrasar la progresi¨®n de la enfermedad el mayor tiempo posible y tratar de asegurar calidad de vida a la paciente¡±.
?Y si la mamograf¨ªa llega tarde?
La mayor parte de los tumores de mama se descubren en una autoexploraci¨®n o en una revisi¨®n ginecol¨®gica rutinaria, siempre que haya cribado de los senos. Solo un 5-6% de los casos llega a su primera consulta con met¨¢stasis. ¡°Por suerte es un porcentaje peque?o. No todos los tumores avanzan igual. Los que expresan receptores hormonales lo hacen lentamente, pero el subtipo triple negativo prolifera de forma muy r¨¢pida. Puede suceder incluso que no aparezca en la mamograf¨ªa de un a?o y que, al siguiente, haya met¨¢stasis. Afortunadamente, son los menos frecuentes¡±. La doctora Santaballa rompe una lanza por el cribado mamogr¨¢fico, aunque asume sus limitaciones. ¡°Las pruebas diagn¨®sticas sirven, pero tienen la sensibilidad que tienen. Por eso se trabaja en otras pruebas de cribado que mejoren la detecci¨®n precoz¡±. Los ¨²ltimos avances en cribado ya hablan de mamograf¨ªas digitales con contraste y hasta de la aplicaci¨®n de inteligencia artificial con programas de diagn¨®stico asistido por ordenador (CAD) como ayuda a los onco-radi¨®logos.
A M? Carmen Guirado se le cruzaron en el camino la mala suerte y una enfermedad de avance muy r¨¢pido. ¡°En marzo de 2016 me localizo de manera fortuita un bulto en la mama. Hac¨ªa solo un mes de mi ¨²ltima revisi¨®n ginecol¨®gica, pero como ten¨ªa 39 a?os no me hab¨ªan realizado cribado mamogr¨¢fico. Seg¨²n las estad¨ªsticas, la m¨ªa no era edad de riesgo. Las directrices actuales recomiendan hacerlas cada dos a?os a mujeres entre los 50 y 69 a?os. En algunas regiones empiezan a los 45. Para m¨ª fue tarde. Me diagnostican c¨¢ncer en un estadio avanzado. Me doy tres ciclos de quimioterapia y paso por quir¨®fano para una mastectom¨ªa. En agosto, en un nuevo chequeo, vemos que hay met¨¢stasis en el h¨ªgado¡±.
Ten¨ªa dos hijos de corta edad, 3 y 10 a?os. Y un proyecto de vida. La noticia cay¨® como ¡°un tortazo de realidad". "No era triple negativo, que son los peores, pero ven¨ªa agresivo. El onc¨®logo confirma que hay que poner de nuevo el contador a cero y abordarlo de otra manera¡±, cuenta M? Carmen. Busca entre sus recuerdos alg¨²n indicio que le hiciera sospechar que algo iba mal. No encuentra nada. ¡°No sent¨ªa ning¨²n dolor raro. Estaba hecha polvo y hab¨ªa bajado de peso, pero lo achaqu¨¦ a la quimioterapia, que era fuerte y ya llevaba dos ciclos. F¨ªjate si iba confiada que me plant¨¦ en la consulta a la revisi¨®n y hasta hab¨ªa olvidado que me daban los resultados de unas pruebas. En el momento en que el onc¨®logo me dice que hay expansi¨®n al h¨ªgado pregunto 'y ahora, ?qu¨¦?¡±.
Como muchas pacientes, M? Carmen se imaginaba en su particular traves¨ªa por el desierto plagada de sesiones de quimioterapia, radioterapia y cirug¨ªas, pero con un punto y aparte. ¡°Piensas que va a ser un a?o malo, con m¨¢s o menos coste. Pasado el trance, volver¨¢s a tu vida normal. Este resultado lo cambiaba todo. Mi vida ya no iba a ser la misma. Iba a vivir con la incertidumbre para siempre¡±, dice. En su caso todo fue tan r¨¢pido que apenas not¨® cambios en su cuerpo. Otras pacientes, s¨ª. Los s¨ªntomas suelen estar condicionados por la localizaci¨®n de la met¨¢stasis. Si hay afectaci¨®n ¨®sea, el primer s¨ªntoma generalmente es dolor. Cuando es hep¨¢tica, dolor en lado derecho, v¨®mitos o una alteraci¨®n de la anal¨ªtica en los valores que reflejan la funci¨®n hep¨¢tica.
Partitura para varios profesionales
Una enfermedad cr¨®nica tan variable e invasora requiere equipos multidisciplinares. Santaballa coordina de la Unidad Multidisciplinar de C¨¢ncer de Mama de su hospital y asume que el abordaje es como una partitura escrita para una orquesta de varios m¨²sicos. ¡°El onc¨®logo m¨¦dico lleva el mayor peso, pero si hay que irradiar una met¨¢stasis ¨®sea nos apoyamos en onc¨®logos radioterapeutas o en cirujanos para quitar esa proliferaci¨®n de c¨¦lulas malignas en el h¨ªgado o el pulm¨®n. Sin olvidar a los ginec¨®logos, que muchas veces intervienen para contrarrestar algunos efectos secundarios del tratamiento hormonal, como los sofocos o la sequedad vaginal. Y rehabilitadores para recuperar el movimiento del brazo y del hombro tras la radioterapia o la cirug¨ªa¡±, cuenta.
D¨®nde est¨¢ y c¨®mo avanza
Al llegar al estadio IV, paciente y onc¨®logo ya llevan meses o a?os monitorizando esta dolencia. En esta nueva etapa, el objetivo es seguirle los pasos y vigilar su expansi¨®n. Tres son los instrumentos habituales para ello: an¨¢lisis de sangre y orina, pruebas de imagen y biopsias. Con las anal¨ªticas se hace, sobre todo, un recuento de gl¨®bulos blancos o linfocitos T y se escrutan otras anomal¨ªas que pongan sobre la pista de un posible avance de las c¨¦lulas tumorales. El TAC, la m¨¢s habitual, proporciona im¨¢genes detalladas de los ¨®rganos afectados. Tambi¨¦n puede ser necesario recurrir a gammagraf¨ªas, ecograf¨ªas, resonancias magn¨¦ticas, tomograf¨ªas PET o simples radiograf¨ªas para comprobar si hay afectaci¨®n ¨®sea. En una biopsia se toma una peque?a muestra de tejido y se analiza para saber si una proliferaci¨®n an¨®mala de tejidos es benigno o no.
El tratamiento es un traje a medida
Dos pacientes pueden tener el mismo mal y recibir tratamientos completamente diferentes. Lo m¨¢s probable es que incluso cambien a lo largo de su vida si, de pronto, se vuelven ineficaces. Todo va en funci¨®n del tipo de tumor, la localizaci¨®n de la met¨¢stasis, los protocolos previos para atajarlo en sus fases iniciales y la propia medicaci¨®n que se est¨¦ tomando para otras enfermedades. Incluso de las propias preferencias de las pacientes. ¡°Hay tres m¨¦todos fundamentales: quimioterapia, hormonoterapia y/o terapias dirigidas. La inmunoterapia apunta muy prometedora en el triple negativo, donde hasta ahora ten¨ªamos pocas cosas m¨¢s all¨¢ de la quimioterapia. En otros subtipos ya contamos con avances enormes en terapias dirigidas. Se trata de f¨¢rmacos que inciden sobre ciertos ¡®interruptores¡¯ que activan la proliferaci¨®n de c¨¦lulas malignas. Para la HER2, una prote¨ªna situada en el exterior de las c¨¦lulas mamarias, tenemos f¨¢rmacos anti-HER2. Los tratamientos hormonales act¨²an en los procesos de tipo luminal. En este caso, la se?al tiene que ver con el receptor de hormonas femeninas (estr¨®genos o progesterona). Los tratamos con inhibidores de ciclinas combinados con hormonoterapia para detener la s¨ªntesis hormonal e inhibir la proliferaci¨®n celular¡±, explica Santaballa.
Estos avances m¨¦dicos no solo son m¨¢s certeros a la hora de hacer diana. ¡°Presentan menos efectos secundarios y se toleran mejor. Esto permite a la paciente mantener una razonable calidad de vida. Los inhibidores de ciclinas pueden producir cierta astenia (cansancio) o un descenso no grave en un subtipo de gl¨®bulos blancos. Los antiHER2 pueden generar algo de toxicidad cardiaca, pero reversible, o un poco de diarrea. Con la inmunoterapia encontramos m¨¢s consecuencias adversas en la piel o de car¨¢cter metab¨®lico. Cuesta un poco manejarlos al principio, pero luego se controlan bien¡±, expone. Es normal que la paciente, adem¨¢s de su pauta principal, requiera otros f¨¢rmacos para aliviar los efectos de la met¨¢stasis. Es el caso de los estabilizadores ¨®seos para fortalecer los huesos, especialmente, en casos de met¨¢stasis en los huesos. Una vez prescrito el protocolo m¨¦dico, las revisiones son peri¨®dicas cada tres o cuatro meses.
Dieta mediterr¨¢nea y deporte
Algunos factores en los estadios m¨¢s avanzados ponen en aviso de posibles met¨¢stasis. ¡°Sucede con los tumores grandes que afectan a los ganglios axilares y los indiferenciados, es decir, los que no expresan ni receptores hormonales ni HER2¡±, destaca la doctora. El tratamiento desde el primer d¨ªa se ajusta al pron¨®stico de forma individualizada. No hay nada escrito acerca de qu¨¦ paciente tendr¨¢ una reca¨ªda. ¡°Por eso, lo mejor es ce?irse al protocolo que marque del onc¨®logo. Practicar ejercicio f¨ªsico y no ganar peso ejercen de factores protectores", a?ade. Tambi¨¦n la dieta mediterr¨¢nea. As¨ª lo corrobora una investigaci¨®n de la directora del Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa del Instituto de Salud Carlos III, Marina Poll¨¢n, publicada en el British Journal of Cancer (BJC): el riesgo de desarrollar c¨¢ncer de mama se reduce hasta en un 30% en un cierto subtipo de tumores. Por el contrario, la dieta occidental es la m¨¢s perjudicial para desarrollar este mal.
Incertidumbre con buenas perspectivas
Cuando una enfermedad es tan frecuente, m¨¦dicos e investigadores acaban sabiendo marcarla en corto. ¡°Al dar el diagn¨®stico incidimos en que no es una sentencia de muerte inminente¡±, afirma la doctora Santaballa, y ampl¨ªa: ¡°La esperanza de vida en una enfermedad luminal con receptores hormonales positivos es de cinco a?os. En una HER2 alcanzamos medianas superiores. Y esto va a m¨¢s. En mis 20 a?os como profesional, he visto un salto enorme en este sentido. Cuando empec¨¦ mor¨ªan en menos de un a?o y con muy mala calidad de vida. Ahora tenemos tratamientos que logran que la paciente pueda desarrollar una vida normal. Tengo pacientes que trabajan, viajan por el mundo¡ Tiene mala prensa, pero hay que dejar el mensaje en alto porque las investigaciones nos permiten tener un horizonte de mucha esperanza¡±.
La primera pregunta de la paciente, dura e inevitable, es si va a morir. A partir de ah¨ª todo se hace relativo. M? Carmen reconoce que cambia el modo de ver el tiempo. ¡°Preguntas que esta quimio para cu¨¢nto. O esta otra l¨ªnea para cu¨¢nto. Y la respuesta es siempre la misma: indefinido. Mientras funcione, seguir¨¢s con ella. En mi caso, empezamos con inmunoterapia hasta que en diciembre de 2018 hay una reca¨ªda. Me radian en el h¨ªgado y se cambia a quimioterapia intravenosa cada 21 d¨ªas. No te sabr¨ªa decir la composici¨®n exacta de la medicaci¨®n, pero se lleva mejor que en la primera etapa. Entonces ten¨ªa dolores, n¨¢useas, se me cay¨® el pelo¡ Lo que peor llevaba es el desastre emocional que supone porque es tremendamente incapacitante. Como si me pasara un cami¨®n por encima. No pod¨ªa disfrutar de mi vida y ten¨ªa dos ni?os a los que no pod¨ªa atender porque la quimio te deja el cuerpo del rev¨¦s. La nueva medicaci¨®n tiene menos efectos secundarios. Hasta me ha vuelto a crecer el pelo y practico ejercicio en un programa en colaboraci¨®n con la Universidad de Murcia. Nos hacen prueba de esfuerzo y revisi¨®n cardiol¨®gica antes de pautarnos qu¨¦ tipo de deporte podemos hacer. Aun as¨ª, vives con la espada de Damocles sobre la cabeza. Cada cuatro meses, me hacen anal¨ªticas y TAC para ver c¨®mo voy. Me he hecho a ello, pero a medida que se acerca la fecha, me pongo muy nerviosa, duermo mal y necesito hacer cosas que me mantengan la cabeza ocupada¡±, confiesa.
El peligro de ¡®googlear¡¯
La desesperaci¨®n ante un pron¨®stico incierto abona el terreno para vendedores de terapias alternativas y sin evidencia cient¨ªfica. ¡°Es f¨¢cil googlear en un d¨ªa de baj¨®n y encontrar vende humos. Dietas milagro o ¡®terapias¡¯ de todo tipo que te curan sin medicaci¨®n. Por eso es tan importante una relaci¨®n de confianza con tu onc¨®logo y los enfermeros que te tratan. Y acudir a grupos de apoyo, pues con las compa?eras y los psic¨®logos te sientes confortada. Comprenden esas cosas que sientes y no te atreves a comentar ni siquiera con los tuyos porque es dif¨ªcil que lo entiendan si no pasan por lo mismo. Lo importante es saber que no estamos solas: hay mucha ciencia trabajando por nosotras. Pero es importante no desviarse del plan. A d¨ªa de hoy, es lo ¨²nico seguro¡±, resalta con insistencia M? Carmen Guirado. Simultanear con otras terapias tampoco es buena idea, por muy ¡®naturales¡¯ y aparentemente inocuas que sean. Podr¨ªan interferir con el tratamiento principal. Para evitar contratiempos, lo mejor es comentarlo con el onc¨®logo.
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