¡°Voy a dejar mi casa para las personas que han perdido la suya¡±

¡ª?Qu¨¦ pens¨® su familia cuando le dijo que iba a legar su vivienda a una ONG?

¡ªMi madre tambi¨¦n incluy¨® en su testamento que una parte de su patrimonio fuera a dos ONG. Como hijo, me vi afectado por su decisi¨®n, pero no me molest¨® lo m¨¢s m¨ªnimo. Incluso lo celebr¨¦.

El profesor Ramiro Ribeiro, de 54 a?os, se desvive tanto por las Humanidades como por las causas humanitarias. Este estudioso de la gram¨¢tica y la teor¨ªa literaria ha dejado escrito en su testamento que su vivienda de 70 m? en el distrito de Retiro (Madrid) pase a manos de Acnur cuando fallezca: ¡°Al morir mi padre, en 2016, me di cuenta de que la vida ten¨ªa un fin¡±, recuerda este hombre soltero y sin descendencia. Al poco fue al notario, pag¨® una tasa de unos 50 euros y firm¨® su deseo. Se convirti¨® en un testador solidario. ¡°Es una bonita manera de dejar el mundo¡±, asegura este licenciado en Ingenier¨ªa T¨¦cnica de Telecomunicaciones, que encontr¨® su vocaci¨®n de docente en 2000 tras tres a?os al servicio de una multinacional japonesa. ¡°Quer¨ªa compensar la injusticia de que te toque nacer en un pa¨ªs como Sud¨¢n o Siria, en los que puedes perder tu casa¡±, a?ade este apasionado de la lectura, que vive rodeado de libros en su piso ubicado a un kil¨®metro de la Puerta de Alcal¨¢.

Los testamentos, privados y confidenciales, se pueden modificar tantas veces como se quiera. Solo se acaba de aceptar cuando el testador fallece. Ribeiro enmend¨® el suyo hace un a?o para incluir a su hermano ¡°por si necesita ayuda¡±, aunque reconoce que ¡°el grueso, mi casa, es para Acnur¡±.

Nacido en Murcia pero asentado en la capital desde 1987, desde tiempos de la universidad, se ha desempe?ado como profesor de Lengua y Literatura en varios institutos de la Comunidad de Madrid. ¡°No creo que mi decisi¨®n de dejar mi casa a Acnur est¨¦ condicionada por el n¨²mero de alumnos migrantes a los que doy clase¡±, afirma unas horas antes de acompa?arlos al Museo del Prado en una visita escolar. ¡°Se me olvida que lo son. No hago distinciones¡±, a?ade el profesor. ¡°No podemos olvidarnos de los republicanos espa?oles que se exiliaron en Argentina o M¨¦xico¡±, se?ala el tambi¨¦n licenciado en Periodismo que, desde 2005, ya con un sueldo estable y categor¨ªa de funcionario, destina un dinero mensual a causas humanitarias.

Un tipo de manifiesto en vida

Alhel¨ª Quintanilla es la responsable de un estudio de herencias y legados que publica la plataforma Haztestamentosolidario.org, que recoge datos de 22 organizaciones no lucrativas en Espa?a entre las que se incluye Acnur. El importe donado por esta v¨ªa ha pasado de 23,3 millones de euros en 2020 a 33,8 millones de euros en 2021. La coordinadora de la campa?a destaca no solo el dinero o los bienes donados, sino el mensaje que se manda, el hecho de que un testador deje por escrito su voluntad. ¡°Es una forma de decirle al mundo qui¨¦n has sido, de reflejar tus valores, de manifestar lo que te ha importado en vida¡±, opina Quintanilla, que afirma que la redacci¨®n de un testamento no es un acto impulsivo. ¡°Lo tienes que madurar. No te vas a morir ma?ana y no responde a una emergencia¡±, apunta. ¡°Se trata de prolongar esa solidaridad que has ejercido en vida¡±, a?ade la coordinadora del estudio.

Sandra Fl¨®rez, de 50 a?os, tambi¨¦n es testadora solidaria. Esta lime?a se traslad¨® a Espa?a en 1991, cuando ten¨ªa 19 a?os. Desde entonces siempre ha vivido en el Levante. Ahora reside entre Valencia y Almed¨ªjar, un pueblo de Castell¨®n de 269 habitantes (INE, 2022). ¡°Tras el fallecimiento de mi padre a causa del p¨¢rkinson, me plante¨¦ mi propia muerte¡±, afirma Fl¨®rez, que acudi¨® al notario de debajo de su casa y firm¨® un testamento en el que donaba el 3% de cualquier activo monetario que tuviera en el banco a Acnur. ¡°Vengo de Per¨². Tengo una sensibilidad social debido a las grandes diferencias que existen en mi pa¨ªs¡±, afirma esta mujer divorciada, sin hijos y con sobrinos.

Licenciada en Sociolog¨ªa, Fl¨®rez habla alem¨¢n, franc¨¦s e ingl¨¦s, adem¨¢s de espa?ol y valenciano. Al igual que Ribeiro, colabora con ONG desde que era joven. Tras trabajar en empresas de log¨ªstica durante mucho tiempo, ha conseguido embarcarse en un proyecto social. ¡°El dinero es algo que va y viene, no me preocupa. Siempre he sido solidaria¡±, se define. Su esfuerzo por comer bien la condujo a interesarse por la agricultura y de ah¨ª al desarrollo de las zonas rurales como Almed¨ªjar. Han convertido un albergue de la zona en un centro sociocultural que ejerce de residencia de artistas, de lugar de encuentro y de espacio docente en el que impartir talleres de artesan¨ªa y oficios tradicionales. As¨ª llena su vida. ¡°A mi sensibilidad por los procesos de duelos que atraviesan los migrantes se le suma mi preocupaci¨®n por la vejez, la infancia, la despoblaci¨®n¡­¡±, explica Fl¨®rez, que le cede una habitaci¨®n de su casa de Valencia a una compa?era a cambio de un espacio en la vivienda de esta en Almed¨ªjar.

Se habla m¨¢s de la muerte

Una vez que los donantes solidarios fallecen, se aceptan y abren los testamentos, y los bienes pasan a manos de la ONG correspondiente, que los comercializan para obtener recursos con los que financiar sus causas. Carmen Conejo es la responsable de Testamento Solidario del Comit¨¦ espa?ol de Acnur. ¡°Se va perdiendo el miedo a hablar de la muerte. El perfil del testador se ha ido rejuveneciendo. Van creciendo los que tienen descendencia¡±, afirma. Por ley, en Espa?a la tercera parte de la herencia corresponde a los herederos leg¨ªtimos, es decir, al viudo o viuda, a los hijos y descendientes o a los padres y ascendientes. Es el tercio de libre disposici¨®n el que los testadores solidarios suelen destinar a las ONG ?hay testadores que lo dejan ¨ªntegro y otros en parte?. El tercio restante se conoce como de el de mejora de los herederos leg¨ªtimos.

Ribeiro y un centenar de invitados asistieron en Madrid el pasado 10 de mayo a la presentaci¨®n del documental Continuar¨¢¡­ historias solidarias sin punto final, que muestra el viaje que emprenden dos testadores solidarios de la mano de Acnur a dos campos de refugiados en Ruanda, en el que viven personas que se vieron obligadas a huir de sus hogares, y que en su mayor¨ªa proceden de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. El ¨¢nimo era mostrar a los socios y donantes los proyectos que lleva a cabo Acnur en terreno con los recursos que obtienen de los testamentos solidarios. Ribeiro declin¨® la invitaci¨®n de sumarse al viaje porque padece diabetes de tipo I, lo que le obliga a llevar una vida pausada.

¡ª?Qu¨¦ pasa si se enamora y comparte su vida con esa persona?

¡ªSi me enamoro de alguien ser¨¢ de ideas parecidas a las m¨ªas y comprender¨¢ mi decisi¨®n. Ante una situaci¨®n excepcional puedo dejarle una parte como hice con mi hermano. Pero mi domicilio va a ir para Acnur.