El odio al refugiado, a prueba
La plataforma Hate Free, desarrollada por Acnur, sirve para detectar mensajes ofensivos en redes sociales dirigidos a personas desplazadas y con ello llevar a cabo estrategias de protecci¨®n y ¡°poner en pr¨¢ctica las medidas de ayuda¡±
Resulta complicado detectar en internet el odio al refugiado, por mucho da?o que cause. La blasfemia o la injuria son evidentes (equiparar una persona a un animal de manera directa), pero, como afirma la investigadora en Comunicaci¨®n Pol¨ªtica y voluntaria en el proyecto HateFree Teresa Gil, ¡°la mayor¨ªa de los mensajes son sutiles, se basan en la desinformaci¨®n. El discurso de odio est¨¢ embebido en una falsedad¡±. Gil es una de los 114 voluntarios que ha participado en el desarrollo en espa?ol de la herramienta Hate Free, que Acnur ha dise?ado para rastrear mensajes de odio en las redes sociales.
Los participantes en el proyecto, universitarios en su mayor¨ªa y alg¨²n docente, han analizado 3.500 tuits dirigidos a migrantes, refugiados o ap¨¢tridas para ayudar a un motor alimentado por inteligencia artificial a clasificar qu¨¦ afirmaciones responden a la categor¨ªa de discurso de odio, seg¨²n la definici¨®n de trabajo de las Naciones Unidas, y cu¨¢les son (solo) humillantes o deshumanizantes. La herramienta sirve, cuenta Patricia Fabi, del equipo de Hate Free en la oficina de Acnur en Nueva York, ¡°para ayudar a Acnur a que vigile la incitaci¨®n al odio contra los refugiados en internet, comprender la forma en la que se producen los ataques verbales y aplicar medidas de protecci¨®n digital¡±. Y a?ade: ¡°Y en ¨²ltima instancia proteger a los refugiados de las consecuencias reales de esos ataques¡±.
La versi¨®n primigenia de Hate Free, que permite analizar mensajes de odio en ingl¨¦s, arranc¨® en 2022. La herramienta en espa?ol se est¨¢ terminando de desarrollar. Los voluntarios han codificado la muestra aleatoria de 3.500 mensajes con arreglo a unos par¨¢metros predeterminados. Con cada tuit se debe rellenar un formulario. Se les pregunta la etnia o raza a la que van dirigidos (blanco, negro, latino, ind¨ªgena¡); si tratan cuestiones de orientaci¨®n sexual o religi¨®n; si hace alusi¨®n a una discapacidad; si apelan a la nacionalidad del individuo o a su edad; si son violentos; si hablan de genocidio¡ Si responden a la clasificaci¨®n de mensaje de odio. No se contestan las cuestiones con un s¨ª o un no: la escala es gradual (muy de acuerdo o poco de acuerdo) para no simplificar y crear as¨ª un modelo lineal de discurso de odio, no uno binario.
Como afirma Gil, ¡°el problema que tenemos los investigadores para detectar un fen¨®meno tan complejo y con tantas facetas como los discursos de odio es la cantidad de matices que existen. Algunos mensajes est¨¢n disfrazados de giros pol¨ªticos o cuestiones sociales, tratan de llamar la atenci¨®n sobre las injusticias que sufre uno mismo o un grupo en general, como puedan ser todos los espa?oles¡±. La investigadora se?ala otra dificultad a la hora de codificar las publicaciones, la empat¨ªa que puede surgir al tratar de entender la actitud del que comparte el mensaje: ¡°Nuestros propios sesgos hacen dif¨ªcil a veces que podamos identificarlo como odio. El que analiza los mensajes tiende a tratar de entender las razones por las que alguien escribe algo as¨ª, entender el estado de frustraci¨®n que pueden llegar a provocarle la inmigraci¨®n¡±.
Los 3.500 tuits deb¨ªan incluir una o m¨¢s palabras entre las siguientes: refugiado, solicitante de asilo, migrante, inmigrante, ap¨¢trida. Una vez clasificados todos los mensajes por los 114 voluntarios, los resultados van a mejorar la herramienta basada en inteligencia artificial que detecta los mensajes de odio publicados en espa?ol en todo el mundo, y actuar.
Insultos o argumentos elaborados
Existen tuits muy burdos, que atribuyen cualidades animal¨ªsticas a los migrantes ¡°para establecer una relaci¨®n infalible de que son criminales porque son animales, y a partir de ah¨ª se justifica que habr¨ªa que llevarlos de vuelta a sus pa¨ªses, a ese pa¨ªs sin ley al que pertenecen¡±, abunda Gil, que tambi¨¦n es la investigadora posdoctoral de la Universidad Carlos III de Madrid. Otros mensajes resultan m¨¢s elaborados, incorporan teor¨ªas m¨¢s sofisticadas, se acercan m¨¢s a lo que podr¨ªa calificarse como desinformaci¨®n. Responde Gisella Lomax, asesora s¨¦nior de Acnur en Integridad de la Informaci¨®n: ¡°No existe evidencia que confirme el alcance del da?o que causan los discursos m¨¢s elaborados o los insultos directos, no se sabe si uno precede o sucede al otro¡±. A?ade Gil, la docente: ¡°Yo no dudar¨ªa de la eficacia de los discursos menos trabajados, de los de corte m¨¢s b¨¢sico¡±. Y concluye: ¡°El populismo consiste en crear un discurso cercano al pueblo, un discurso b¨¢sico y binario¡±.
Lomax aporta un ejemplo reciente de discurso de odio al que Acnur tuvo que responder. Ocurri¨® en Indonesia y estaba dirigido a los refugiados rohiny¨¢. Una campa?a en redes coordinada de incitaci¨®n al odio y desinformaci¨®n contribuy¨® a un ataque multitudinario y al desalojo temporal forzoso de familias refugiadas en la ciudad indonesia de Banda Aceh. ¡°El uso de la herramienta Hate Free permite conocer las diferentes realidades que existen en una regi¨®n o pa¨ªs, o a qui¨¦n van dirigidos los discursos de odio y en qu¨¦ momento¡±, cuenta Fabi, de Acnur. Sus compa?eros en el terreno se sirven de las conclusiones extra¨ªdas gracias a la herramienta para estar informados del clima existente hacia los refugiados.
Cuando alguien comparte una noticia falsa en internet, afirma Gil, lo normal es que se crea esa informaci¨®n, no busca causar da?o porque s¨ª, est¨¢ convencido cuando le da a publicar. ¡°Existe un compromiso p¨²blico con una informaci¨®n que se comparte. A esas personas no les interesan los matices de la noticia, pero es un fen¨®meno que se creen¡±, explica. Los refugiados y los solicitantes de asilo son colectivos a los que suele ir dirigida la desinformaci¨®n. Como apunta Lomax, en muchos contextos ¡°representan un elemento polarizante en las campa?as electorales, lo que puede convertirse en sentimientos de odio y comentarios da?inos para esta poblaci¨®n¡±.
C¨®mo cambiar la narrativa para frenar los discursos de odio
La lucha la lideran los propios afectados. Razan Ismael es la presidenta de la asociaci¨®n Kuwda, que en ¨¢rabe significa modelo a seguir. Ismael es experta en migraciones, naci¨® en Siria y reside en Espa?a desde 2018. No pretende obviar los desaf¨ªos a los que se enfrentan los migrantes y la vulnerabilidad que arrastran en su pa¨ªs de acogida, pero est¨¢ empe?ada en darle la vuelta al relato. Asegura que los migrantes son ¡°contribuyentes activos en sus comunidades¡±, pero carecen de red. ¡°Ellos tienen informaci¨®n y conocimiento en muchos aspectos, pero les falta compartirlo. Queremos que se apoyen unos a otros¡±, afirma Ismael, que se encarga de favorecer este intercambio de conocimiento y experiencia en los grupos de trabajo que organiza en el centro c¨ªvico Cal¨¤bria 66, en Barcelona, y a los que asisten migrantes y poblaci¨®n local. ¡°Es la manera de combatir esta idea de que los migrantes solo son receptores de ayuda¡±, concluye. La forma de luchar contra los mensajes de odio pasa por cambiar la narrativa.
Casada con un espa?ol, Ismael insiste en la gran diversidad que existe en el mundo ¨¢rabe. ¡°De acuerdo, compartimos un idioma y una historia, pero somos culturas diferentes. Queremos introducir esa complejidad en el discurso¡±, explica esta licenciada en Farmacia, que reivindica que no todas las mujeres llevan velo o que solo trabajan limpiando casas o como cocineras o, si acaso, como traductoras, que no cuentan con educaci¨®n superior, que todas est¨¢n oprimidas...
¡°Combatimos estereotipos. Presentamos narrativas alternativas¡±, resume. ¡°Somos personas normales con capacidades normales, y eso tambi¨¦n implica que podemos ser modelos a seguir¡±, cuenta. No solo se re¨²nen migrantes o refugiados ¨¢rabes, tambi¨¦n hay de Pakist¨¢n, Afganist¨¢n, Ir¨¢n, y latinoamericanos y espa?oles. Los grupos de trabajo antes eran reactivos, se basaban en lo que necesitaba la comunidad y que cuentan con el apoyo del programa de Acnur de Ayudas al Emprendimiento Social. Ismael busca ahora ampliar el programa, profesionalizarlo, crear un grupo de formadores. Ensanchar la red y ampliar las capacidades de los participantes.