Redes sociales, tecnolog¨ªa y nuevo lenguaje para visibilizar (y entender) el VIH
El abordaje de la infecci¨®n ya no puede entenderse sin la disrupci¨®n digital. No es solo la teleconsulta: desde las redes sociales, activistas e ¡®influencers¡¯ se unen para lanzar mensajes eficaces que ofrezcan informaci¨®n veraz, ayuden a romper barreras y fomenten que los pacientes expresen sus preocupaciones a los equipos m¨¦dicos de forma abierta
Han pasado 40 a?os desde el inicio de la pandemia de VIH y, en este tiempo, el mundo se ha vuelto digital. Esa revoluci¨®n ha cambiado nuestro escenario, la forma en la que nos relacionamos y, tambi¨¦n, el entorno de la atenci¨®n sanitaria. Desde la telemedicina a las redes sociales, desde las noticias falsas al cambio en los lenguajes de la comunicaci¨®n, este profundo cambio ha llegado al VIH.
En el terreno de la atenci¨®n al paciente de VIH, la revoluci¨®n se acompa?a del prefijo tele: telemedicina, teleasistencia, telefarmacia, teleconsulta¡ Este mundo de atenci¨®n virtual, al ralent¨ª hasta hace un par de a?os, peg¨® un aceler¨®n con la crisis de la covid: hab¨ªa que mantener las consultas de control, hacer llegar los medicamentos antirretrovirales a domicilio y conseguir, en definitiva, que las personas con VIH estuvieran atendidas.
?C¨®mo hacerlo sin vulnerar los derechos del paciente? ?C¨®mo asegurar las buenas pr¨¢cticas y la confidencialidad? ?C¨®mo transmitir empat¨ªa y cercan¨ªa en la distancia? ?C¨®mo compartir la informaci¨®n relevante para que m¨¦dico y paciente mantengan un di¨¢logo lo m¨¢s provechoso posible? En aquellas primeras semanas de la primavera de 2020, desde Gesida (Grupo de Estudio sobre VIH/Sida) se elabor¨® y emiti¨® de forma urgente una gu¨ªa de teleconsulta para los profesionales sanitarios. Como explica el doctor Esteban Mart¨ªnez, expresidente de Gesida: ¡°La pandemia aceler¨® la puesta a punto de aspectos t¨¦cnicos y legales para que la atenci¨®n virtual de las personas con VIH fuese una posibilidad real junto con la atenci¨®n presencial¡±.
As¨ª, a trompicones, llegaban las nuevas tecnolog¨ªas para mantener un v¨ªnculo entre el paciente con VIH y su m¨¦dico o enfermera cuando la visita presencial no se pod¨ªa realizar. A muchos pacientes, explica el doctor Mart¨ªnez, ¡°ese v¨ªnculo les ha resultado esencial. Que su m¨¦dico habitual les contactara les dio tranquilidad, les permiti¨® tener una cara familiar en medio de la pandemia¡±.
Siendo esencial en aquel momento, las dudas han venido despu¨¦s. Se ha demostrado que la teleconsulta es posible; ahora bien, ?es deseable? ?Es una herramienta que ha llegado para quedarse? Y es ah¨ª donde surge el debate entre presencialidad frente a virtualidad, un asunto que parece quedar en tablas.
Como todos sus colegas de enfermedades infecciosas, la doctora Concha Amador, presidenta de Seisida (Sociedad Espa?ola Interdisciplinaria del Sida), estuvo atendiendo a sus pacientes por teleconsulta en los primeros meses de la pandemia. Pasado el tiempo, confiesa: ¡°Soy de las que intenta mantener la presencialidad. Mi impresi¨®n, y no s¨¦ si estoy equivocada, es que se corre el riesgo de pensar que la telemedicina es la soluci¨®n para todo. Y no es as¨ª. Est¨¢ bien para cosas muy concretas, pero no podemos irnos a la deshumanizaci¨®n¡±.
?Es acaso esta postura una peque?a muestra de resistencia al cambio? Amador no lo cree: ¡°?C¨®mo va a sustituir una llamada el ver, el tocar? Hay pacientes que no se dan cuenta de sus s¨ªntomas, y ah¨ª est¨¢s t¨² para tirar, para sacar, para ver c¨®mo se mueve, c¨®mo se expresa¡±. Como a ella, al doctor Santiago Moreno, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid, tambi¨¦n le gusta ver a sus pacientes cara a cara. ¡°Pero es verdad que muchos de los chicos se han acostumbrado a la teleconsulta. Ven que funciona bien y quieren que la visita pase a ser telef¨®nica. Yo les digo: ¡®Ven a verme, hombre, no vamos a perder el contacto¡¡¯. Pero muchos te dicen que es mejor as¨ª, porque no tienen que pedir permiso en el trabajo¡±.
La atenci¨®n virtual es muy valorada entre pacientes que se encuentran bien, pero la visita presencial es insuperable ante personas con m¨²ltiples comorbilidades, inestabilidad cl¨ªnica o necesidad emocionalEsteban Mart¨ªnez, doctor y expresidente de Gesida
El consenso parece claro: telemedicina s¨ª, pero no siempre. As¨ª, mientras la atenci¨®n virtual ¡°es muy valorada por aquellos pacientes que se encuentran bien y no tienen problemas m¨¦dicos complejos ¨Ces una v¨ªa c¨®moda para proporcionar resultados de pruebas complementarias o confirmar una buena evoluci¨®n cl¨ªnica¨C, la visita presencial es insuperable ante personas con m¨²ltiples comorbilidades, inestabilidad cl¨ªnica o incluso necesidad emocional de establecer un contacto directo con el profesional sanitario¡±, expone el doctor Mart¨ªnez.
Con ¨¦l, los especialistas hablan de ese riesgo de perder finura a la hora de identificar problemas como la soledad, el miedo al futuro, los trastornos emocionales latentes, los problemas de sue?o o los bajones en el estado de ¨¢nimo. Todos esos factores que ponen en riesgo la salud mental del paciente con VIH.
De cara al futuro, y aun entrando en el terreno de la especulaci¨®n, Esteban Mart¨ªnez opina que ¡°terminar¨¢ existiendo un sistema mixto que conjugue la visita convencional con la posibilidad individualizada de tener consultas telem¨¢ticas si el paciente lo valora y su situaci¨®n cl¨ªnica lo permite¡±. Por este motivo, el uso de cuestionarios validados y otras herramientas disponibles en diferentes webs pueden ayudar a los pacientes a seleccionar aquella informaci¨®n relevante para compartir con el m¨¦dico y su equipo.
Internet, redes sociales y VIH: lo mejor y lo peor
Salimos de ese espacio ¨ªntimo del hospital y de la teleconsulta para zambullirnos en su contrapunto: la sobreexposici¨®n e hiperconexi¨®n de los mundos virtuales. Entre ellos, las redes sociales, ¡°el espacio donde pasan actualmente las cosas, donde se interact¨²a y donde suceden incluso algunos de los fen¨®menos que determinan las infecciones actuales, como es el caso del chemsex¡±.
Nos lo dice Jorge Garrido, director ejecutivo de Apoyo Positivo y motor de la nueva estrategia de comunicaci¨®n en torno al VIH. Consciente de que las redes pueden utilizarse para lo mejor y para lo peor, para educar y para desinformar, para visibilizar y para trolear, desde la ONG han optado por exprimirlas y sacarles todo su buen jugo: ¡°Es cierto que existe una producci¨®n, m¨¢s sencilla y r¨¢pida, de noticias falsas y de acciones que atentan contra los derechos de nuestras comunidades. Pero las nuevas tecnolog¨ªas han roto el statu quo de la comunicaci¨®n y, con ello, muchos estigmas y barreras, permitiendo visibilizar m¨¢s realidades. acercar informaci¨®n veraz y directa y facilitar el encuentro entre iguales¡±, detalla.
Hubo un momento, cuenta el director de Apoyo Positivo, en el que la cabeza le hizo clic: ¡°Fue cuando escuch¨¦ en nuestro entorno que el activismo, ahora, se hac¨ªa en silencio. Me pregunt¨¦ qu¨¦ estaba pasando¡±. Ante esa pregunta, una de las respuestas fue entender que la gran conquista de la medicina, haber conseguido tratamientos eficaces contra el VIH, hab¨ªa hecho creer que el activismo ante el VIH ¡°ya no era necesario¡±.
Tras el clic, vino la autocr¨ªtica: ¡°Hab¨ªa que dar una vuelta a los mensajes cl¨¢sicos, a la visi¨®n antigua, y encontrar nuevos lenguajes para comunicar el VIH y explicar que los avances biom¨¦dicos deb¨ªan ir seguidos por los avances sociales¡±. Y, sobre todo, ¡°hablar en c¨®digos actuales. En la actualidad se demandan materiales de redes sociales, audiovisuales, todo m¨¢s r¨¢pido y fluido. No se estaba hablando abiertamente del VIH, hab¨ªa que llegar a un p¨²blico global para contrarrestar el silencio¡±.
Surge, con esta visi¨®n, Algo est¨¢ pasando, un espacio que aprovecha la diversidad como herramienta de cambio social. ¡°Estamos cambiando la forma de comunicar con respecto a a?os anteriores. Porque, muchas veces, no se trata solamente de hacer las cosas lo mejor posible, de tener unos servicios profesionalizados y espec¨ªficos de gran calidad, sino tambi¨¦n de saber contarlo y mostrarlo¡±, explica Garrido, que sentencia: ¡°Todo aquello que no se comunica, no existe¡±.
Esta nueva estrategia pasa por la actualizaci¨®n de las formas, pero tambi¨¦n del fondo. ¡°No ten¨ªa ning¨²n sentido que en la sociedad persistan los estereotipos en torno al VIH. Sabemos que muchos de los problemas de salud mental vienen dados por la discriminaci¨®n asociada. Por tanto, hay que ponerse al d¨ªa: primero como sociedad, entendiendo todos los avances biom¨¦dicos para, a partir de ah¨ª, acabar con los prejuicios, que al final vienen por el desconocimiento y la persistencia de esos mitos de los primeros a?os¡±.
Tras el fondo, las formas. Nuevos soportes, nuevos lenguajes y, tambi¨¦n, nuevos actores. As¨ª, en Unfollow de Virus ¨Cun canal de Youtube en el que se dan respuesta a cuestiones relacionadas con el diagn¨®stico, prevenci¨®n, comorbilidades o salud mental¨C, vemos que se busca la interacci¨®n entre personas con VIH, influencers y profesionales sociosanitarios de referencia.
Ha surgido la palabra influencer. Y, ciertamente, si estamos hablando de nuevos c¨®digos, no podemos obviarlos. Es una lecci¨®n que se puede extraer del an¨¢lisis de redes sociales, que permite la identificaci¨®n de individuos clave dentro de una comunidad para que puedan contribuir con su influencia en la prevenci¨®n y la adquisici¨®n de conductas saludables.
Hay muchos ejemplos: el dise?ador Eduardo Navarrete lanzando su mensaje en favor de Apoyo Positivo en un programa mainstream como Master Chef; Avelino Piedad, ¡°actor, bailar¨ªn y opinador profesional¡±, como ¨¦l se describe y conocido como MrAvelain y con 85.000 seguidores en Youtube, tambi¨¦n colabora con sus mensajes para explicar y visibilizar el VIH; el actor Eduardo Casanova colaborando en la campa?a Me quiero, me cuido, me protejo. Frente al VIH estoy seguro. O Cayetana Guill¨¦n Cuervo en Razones.
Por ¨²ltimo, se?ala Garrido, la megafon¨ªa de las redes y de las nuevas plataformas est¨¢ tambi¨¦n ¡°ayudando a la vihsibilizaci¨®n. Cada vez hay m¨¢s personas con VIH que ofrecen no solo su testimonio, sino tambi¨¦n una visi¨®n muy actual, muy fresca, de la realidad de vivir hoy con VIH¡±. Los ejemplos de Haziel Lustres o Andr¨¦s V¨¢zquez de m¨¢s arriba son un ejemplo esperanzador.