Las discogr¨¢ficas aseguran poder identificar los archivos que han pasado por Napster
La documentaci¨®n de un caso contra una neoyorquina desvela los m¨¦todos empleados por la industria musical para identificar a quienes intercambian m¨²sica por la Red
La industria musical ha desvelado algunos de los m¨¦todos de corte detectivesco que est¨¢n empleando para identificar a quienes intercambian canciones por Internet, seg¨²n publica el diario The Washington Post. El m¨¢s llamativo es la elaboraci¨®n de una biblioteca de huellas digitales que, aseguran, delatan a los archivos que han pasado por Napster. Esa informaci¨®n la comparan con los ficheros almacenados en el disco duro de los sospechosos: si coinciden, pasan a engrosar la lista de los mil demandados que pretenden alcanzar.
As¨ª figura en la documentaci¨®n de un caso que se instruye en un tribunal de Estados Unidos contra una neoyorquina a la que se acusa de haber bajado casi mil archivos de m¨²sica de la Red. La acusada, en cambio, asegura que esas canciones provienen de discos compactos que ella misma hab¨ªa comprado con anterioridad.
De acuerdo con la documentaci¨®n, la Asociaci¨®n Americana de la Industria Discogr¨¢fica (RIAA, por sus siglas en ingl¨¦s), revis¨® los archivos almacenados en el ordenador de Nycfashiongirl (apodo con el que se identificaba la acusada). En su disco duro hab¨ªa m¨¢s de 900 canciones entre los que se contaban temas de los Rolling Stones, U2 o Michael Jackson y, al menos, una pel¨ªcula: Pretty woman. Los investigadores siguieron entonces la pista de sus huellas digitales que les condujeron hasta el viejo Napster, el que fuera el sistema m¨¢s popular para compartir m¨²sica en la Red hasta su cierre en 2001 por violar los derechos de autor, y que ahora prepara su reaparici¨®n reconvertido en servicio de pago.
'Hashes'
La RIAA asegura haber encontrado pruebas en los archivos de m¨²sica de Nycfashiongirl que sugieren que las canciones hab¨ªan sido grabadas por otras personas y distribuidas a trav¨¦s de Internet. El m¨¦todo para realizar tal descubrimiento radica en la utilizaci¨®n de una biblioteca de huellas digitales, a las que llama hashes (embrollos) las cuales, seg¨²n asegura, identifican qu¨¦ archivos en formato mp3 han sido intercambiados en Napster. Esta t¨¦cnica es la que la polic¨ªa emplea habitualmente para los casos de piratas inform¨¢ticos. Comparando las huellas digitales de los archivos guardados en el ordenador de un particular con las almacenadas en la biblioteca de la RIAA, las discogr¨¢ficas aseguran que pueden saber si la canci¨®n ha sido grabada de un disco comprado legalmente o descargada por Internet.
Otro de los m¨¦todos empelados es el examen de las llamadas etiquetas metadata, unos fragmentos de informaci¨®n ocultos que est¨¢n incluidos en muchos archivos mp3. Seg¨²n la RIAA, ah¨ª queda registrado que terceras personas se han grabado ese fichero o que proceden de p¨¢ginas web piratas.
"Ladrona de tiendas"
Por todo ello, las discogr¨¢ficas comparan a Nycfashiongirl con una "ladrona de tiendas", asegura que "no es una delincuente dolosa o accidental" y califica los argumentos de su defensa como "sorprendentemente enga?osos". Pero el abogado defensor, Daniel N. Ballard, pone el acento en lo que las discogr¨¢ficas no cuentan: c¨®mo han obtenido los datos de los archivos que la acusada ten¨ªa en el ordenador de su casa. Para Ballard la investigaci¨®n viola el derecho constitucional a la intimidad.
El caso de Nycfashiongirl es s¨®lo uno de 1.300. La RIAA ha conseguido ya que los tribunales de EE UU acuerden dicha cifra de citaciones a proveedores de Internet para que desvelen la identidad de los usuarios sospechoso de compartir m¨²sica en la Red. Su intenci¨®n es que desemboque en la presentaci¨®n de varios cientos de demandas por da?os y perjuicios a partir de septiembre.
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