Windows y Palm caminando juntos: ?buena o mala noticia?
El apoyo de Palm al sistema operativo Windows Mobile 5.0 es una mala noticia para el mercado de software. Desde luego, es muy mala para PalmOS y para la empresa que lo desarrolla, PalmSource. Mientras la PDA ha estado desconectada del PC y se ha utilizado como una mera herramienta de gesti¨®n de informaci¨®n personal del usuario, PalmOS ha sido el sistema operativo de referencia. Ahora que la demanda corporativa empuja hacia la conectividad total -lo que implica la sincronizaci¨®n de PC, PDAs y tel¨¦fonos m¨®viles—, parece que PalmOS va a tener poco que decir.
Una vez m¨¢s, se pagar¨¢ cara la falta de identificaci¨®n a tiempo de las necesidades de los consumidores. Y, tambi¨¦n una vez m¨¢s, el ¨²nico que tiene suficiente aguante como para rectificar es el gigante de Redmond. Ali¨¢ndose con Palm, Microsoft ve reforzadas sus posibilidades de imponer su sistema operativo en el mercado PDA-m¨®vil, que hasta el momento se le ha resistido por la existencia de una serie de acuerdos entre sus competidores.
Como el que mantienen las empresas de telefon¨ªa Ericsson, Nokia y Motorola, unidas a trav¨¦s de un consorcio para desarrollar conjuntamente el sistema operativo Symbian para los denominados tel¨¦fonos inteligentes (smartphones). Su punto fuerte es la combinaci¨®n de m¨®viles atractivos con un sistema operativo basado en est¨¢ndares abiertos que apoya una amplia representaci¨®n de empresas. El acuerdo entre Palm y Microsoft es una clara amenaza para la apuesta Symbian, ya que la alianza ofrece una combinaci¨®n muy atractiva: Palm ofrece Treo, un terminal l¨ªder y de gran aceptaci¨®n en el mercado, y Microsoft aporta el entorno Windows, que conocen y utilizan millones de usuarios de todo el mundo no s¨®lo en el ¨¢mbito l¨²dico, sino tambi¨¦n y muy especialmente en el ¨¢mbito corporativo.
Pero en la era de la conectividad la PDA-m¨®vil no s¨®lo se enfrenta a la competencia de los tel¨¦fonos inteligentes, sino tambi¨¦n a la del Blackberry de RIM (Research in Motion), un dispositivo h¨ªbrido que ofrece desde hace tiempo una soluci¨®n integrada de hardware, software y servicios. Separadamente, tanto Palm como Microsoft han acusado ya el avance del Blackberry por no identificar adecuadamente las oportunidades del lanzamiento de una oferta integrada de voz y datos a trav¨¦s de un solo dispositivo. Desde esta perspectiva, el acuerdo puede verse como una reacci¨®n para recuperar el tiempo y el mercado perdidos.
Para el mercado corporativo, la alianza estrat¨¦gica entre Microsoft y Palm es una buena noticia. Al menos a corto plazo, ya que el modelo Treo con Windows Mobile 5.0 permite un desarrollo m¨¢s f¨¢cil de soluciones integradas. Aunque antes ya era posible sincronizar tel¨¦fonos o PDAs con el Exchange Server ―el servidor de Outlook, el gestor de correo electr¨®nico dominante― gracias al protocolo ActiveSync, lo cierto es que ¨¦ste presentaba muchos problemas para soluciones no basadas en el sistema operativo Windows.
Pero este acuerdo va m¨¢s all¨¢ de la sincronizaci¨®n autom¨¢tica del correo electr¨®nico. Sus posibilidades son muchas, sobre todo en lo que se refiere a soluciones m¨¢s sofisticadas e integradas con otras como ERP o CRM. Hasta ahora, la falta de una plataforma dominante ha limitado el desarrollo de aplicaciones m¨®viles, por lo que cabe esperar que el acuerdo estimule tambi¨¦n una mayor actividad en este campo. De hecho, es muy probable que compa?¨ªas como Siebel o SAP reaccionen r¨¢pidamente con el desarrollo de aplicaciones m¨®viles para Windows Mobile.
Sea como sea, el acuerdo favorece definitivamente la conectividad de los empleados con sus empresas, y es de prever un incremento general de la oferta de soluciones en los pr¨®ximos meses. Tanto para Treo como para Blackberries y smartphones, con la consiguiente presi¨®n sobre los precios.
Lo que no est¨¢ tan claro es el beneficio a largo plazo de la alianza para las empresas, ya que a fin de cuentas refuerza la posici¨®n de Microsoft como proveedor de un sistema operativo propietario que permite la integraci¨®n de soluciones en distinto hardware (PC, PDA o tel¨¦fono m¨®vil), pero siempre en entorno Windows. Eso no es malo mientras exista competencia, como Linux en el mercado de servidores o Symbian en el mercado de conectividad m¨®vil. Pero puede significar un paso m¨¢s hacia un nuevo monopolio integral en el que los costes de cambio hacia otra soluci¨®n se incrementen notablemente. Y una posici¨®n monopol¨ªstica siempre acaba pesando en el bolsillo del usuario, sea el de la Palm o cualquier otro.
Por ¨²ltimo, apuntar cierto paralelismo con la evoluci¨®n del mercado de los PCs en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Al principio, los fabricantes de PCs gozaron de suculentos m¨¢rgenes. Pero la imposici¨®n de Windows como sistema operativo dominante deriv¨® a la larga en la comoditizaci¨®n de este tipo de hardware. De reproducirse esta misma situaci¨®n, los lazos que ahora estrecha Palm con Windows Mobile en entornos de movilidad podr¨ªan convertirse en una soga y pasarle una factura considerable en un futuro.
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