Un estrafalario ataque interrumpe una entrevista a la primera millonaria de Second Life

Una importante empresaria del sector inmobiliario est¨¢ siendo entrevistada en el sal¨®n de actos de CNET, prestigiosa publicaci¨®n especializada en tecnolog¨ªa. La protagonista, Anshe Chung, contesta a las preguntas con normalidad. Hasta que comienzan a llover penes de color rosa. Y todo es tan real como quiera uno considerar a Second Life, el mundo virtual habitado por cientos de miles de personas, y como la fortuna de Chung, Ailin Graef en el mundo f¨ªsico.

Que en Second Life pasen todo tipo de cosas raras, es lo normal. All¨ª, personas reales detr¨¢s de una m¨¢scara (el avatar) viven una segunda vida, con dinero perfectamente real que sirve para comprar trajes, objetos y viviendas. As¨ª es como se ha hecho rica Ailin Graef, una profesora que hace dos a?os tuvo la feliz idea de invertir en el negocio de compraventa de propiedades... virtuales.

Virtuales, y todo lo que se quiera, pero dado que la gente paga por ellas, la riqueza que Grief ha amasado es perfectamente real. Tanto, que la revista Business Week la calificaba hace poco como la primera millonaria de un mundo virtual.

Envidia... de verdad

El caso es que el alter ego de Graef, Anshe Chung, acud¨ªa el lunes a las oficinas que CNET tiene en Second Life para hacer una entrevista. La entrevista se iba a publicar en el mundo real, claro, pero qu¨¦ mejor manera de hablar de c¨®mo alguien se ha hecho rico jugando con el ordenador, que meti¨¦ndose en ese mundo virtual.

Y todo bien, hasta que al poco de comenzar la entrevista, decenas de penes de color rosa (mira el v¨ªdeo t¨² mismo) comenzaron a flotar en torno al sal¨®n de actos donde se celebraba la entrevista. ?Por qu¨¦? Evidentemente, la peculiar lluvia de genitales no estaba prevista, as¨ª que se puede entender que el acto es obra de personas que no le tienen demasiada simpat¨ªa a la invitada.

Sin demasiado rubor, la propia CNET explica en la entrevista -que por cierto tuvo que ser trasladada a las oficinas virtuales de la empresaria, donde el ataque se reprodujo una vez m¨¢s- el extra?o suceso, y detalla que son muchos los residentes de Second Life que le tienen ojeriza a la empresaria.

Ya sea por sus anuncios, que se pueden ver por todas partes, o por su inflexibilidad a la hora de fijar precios para las propiedades fant¨¢sticas (en las dos acepciones, claro) que vende, parece que Chung tendr¨¢ que andarse desde ahora con ojo en Second Life. Y es que el dinero virtual tambi¨¦n despierta la envidia.