El culebr¨®n lo haces t¨²

Culebr¨®n

La actualidad tecnol¨®gica del primer d¨ªa laborable del a?o est¨¢ trufada de repasos a lo que fue noticia en 2006. Casi peores son los listados de cosas que hacer, los cacharros que comprar, o las agendas de informaci¨®n para el a?o que empieza. Suerte para los estadounidenses que el pandemonio navide?o termina ya, despu¨¦s de una temporada de compras en la que -por cierto- las c¨¢maras digitales han cedido su puesto en el podio de los gadgets m¨¢s vendidos a las televisiones planas. Ante este panorama tan magro, llaman la atenci¨®n noticias estridentes como la de un culebr¨®n finland¨¦s, que propone a los espectadores que decidan el curso de la historia con sus mensajes SMS. La interactividad del invento consiste en que el equipo ha grabado la mini serie (s¨®lo se emitir¨¢ durante estas vacaciones) en m¨²ltiples secuencias que, a modo de m¨®dulos, se pueden ir conectando en funci¨®n de las preferencias de la audiencia. Una buena idea para un pa¨ªs muy tecn¨®filo, patria chica de Nokia, y en el que incluso su primer ministro supo aprovechar los 160 caracteres que permite la tecnolog¨ªa GSM para romper con su novia.

Sadam

El fin de semana de las uvas y el champ¨¢n ha sido tambi¨¦n el de la ejecuci¨®n de la condena a muerte por ahorcamiento a Sadam Hussein. Y el de la discusi¨®n sobre la capacidad para tomar im¨¢genes como ¨¦stas (un primer video mostraba los instantes previos al ahorcamiento, mientras que otro m¨¢s, grabado con un m¨®vil, mostraba la ejecuci¨®n completa), o sobre la oportunidad de difundirlas a los cuatro vientos con la que ya est¨¢ cayendo en Irak. Poco importan en todo caso las discusiones como la que el New York Times nos cuenta que se les plantea a los editores de los grandes medios on-line. Hagan lo que hagan, la audiencia habr¨¢ decido mucho antes.

Siguen los problemas

En algunas zonas del levante asi¨¢tico reciben al 2007 con graves problemas en los servicios de acceso a Internet, consecuencia todav¨ªa de los problemas causados por un fuerte terremoto en la zona de Taiw¨¢n que dej¨® fuera de combate varios enlaces submarinos de datos. Y salen a la luz una vez m¨¢s las dudas sobre la fiabilidad de una red que naci¨® precisamente para evitar las interrupciones, y que pese a su enorme mallado, sigue dependiendo de un reducido n¨²mero de grandes nodos de tr¨¢fico y de enlaces intercontinentales. Y sin tener capacidad en reserva.