Joost, la televisi¨®n de dos visionarios de la Red
Los creadores de Kazaa y Skype han puesto en marcha un nuevo sistema de v¨ªdeo para la Red que se propone satisfacer a usuarios, productores de contenidos y anunciantes
Disfrutar la televisi¨®n a trav¨¦s de Internet, a pantalla completa, eligiendo lo que se quiere ver y cu¨¢ndo se quiere ver. Una oferta a la carta a golpe de rat¨®n, basada en los mismos presupuestos t¨¦cnicos que hicieron posible el servicio de telefon¨ªa online de Skype. Que guste a los usuarios -por la calidad de los contenidos y de la imagen- a los productores de v¨ªdeo -por las dificultades que pone a los piratas- y tambi¨¦n a los anunciantes -que podr¨¢n dirigir sus promociones a los consumidores que les interesan-. Es la declaraci¨®n de intenciones de Joost, el ¨²ltimo proyecto de una de las parejas fant¨¢sticas de Internet, Janus Friis y Kiklas Zennstrom.
En la Red muchas historias de ¨¦xito se han escrito a cuatro manos, la lista parece interminable. Steve Wozniak y Steve Jobs iniciaron una aventura llamada Apple, Larry Page y Sergey Brim levantaron juntos un buscador llamado Google, que compr¨® recientemente el portal de v¨ªdeo YouTube a Chad Hurley y Steve Chen. Caterina Fake y Stewart Butterfield son los responsables del nacimiento de Flickr, adquirida despu¨¦s por Yahoo!, una empresa puesta en marcha tambi¨¦n por un binomio, David Filo y Jerry Yang.
A diferencia de los anteriores, el d¨²o formado por Janus Friis y Niklas Zennstrom no proviene de Estados Unidos, sino del norte de Europa, pero sus proyectos tambi¨¦n han cosechado un ¨¦xito global. En 2000 lanzaron Kazaa, un programa inform¨¢tico que permite a los internautas compartir archivos de todo tipo, siendo los m¨¢s frecuentes las pel¨ªculas, las canciones y los programas inform¨¢ticos. Los propietarios de esos contenidos llevaron a la empresa a los tribunales, pero para cuando Kazaa tuvo que rendirse el dan¨¦s Friis, de 31 a?os, y el sueco Zennstrom, de 41, ya hab¨ªan vendido el proyecto e iniciado un nuevo camino.
Utilizando la misma tecnolog¨ªa que permit¨ªa que los datos circulasen r¨¢pidamente por la red de Kazaa, dise?aron un sistema para realizar comunicaciones de voz a trav¨¦s de Internet de forma gratuita, y le dieron el nombre de Skype. Era el a?o 2003 y millones de persona han utilizado su programa, que fue adquirido por el portal de subastas eBay a cambio de 2.600 millones de d¨®lares.
Calidad de imagen y contenidos
Como no hay dos sin tres, los emprendedores europeos trabajan desde hace un a?o en un proyecto llamado Joost (www.joost.com), con el que se proponen revolucionar el modo en que vemos la televisi¨®n. Por ahora puede probarse s¨®lo por invitaci¨®n, y quienes lo han probado descubren con admiraci¨®n que se parece poco a otros servicios de distribuci¨®n de v¨ªdeo por Internet como YouTube o Google V¨ªdeo. En esta ocasi¨®n, dicen, se trata de llevar la televisi¨®n a la Red, con canales, calidad de imagen y listas de reproducci¨®n a la carta.
Los usuarios de Joost ?que en sus primeros meses utiliz¨® el nombre de Venice Project- disponen cada cierto tiempo de invitaciones que pueden enviar a sus conocidos para que prueben la nueva televisi¨®n. Si recibe una, lo ¨²nico que tendr¨¢ que hacer es descargar un programa inform¨¢tico e instalarlo en su ordenador. Por el momento existen versiones para Windows XP y Mac OS X. Con ese software, su usuario y su contrase?a, y una conexi¨®n a Internet de banda ancha es suficiente, no hacen falta aparatos especiales -como en el proyecto de televisi¨®n de Apple, iTV- para poder ver Joost a pantalla completa.
Una vez abierto el programa, puedes elegir entre m¨¢s de 20 canales, y dentro de cada uno de ellos reproducir el programa que desee. La emisi¨®n empieza de forma casi instant¨¢nea, y si puedes pausarla, rebobinarla o detenerla a tu antojo. Los v¨ªdeos no son aportados por los usuarios, sino por compa?¨ªas de medios con experiencia en este campo que logran con Joost un canal de distribuci¨®n de sus programas en el que la pirater¨ªa todav¨ªa no ha hecho acto de presencia.
Como la televisi¨®n tradicional, Joost es un servicio gratuito, que se financiar¨¢ a rav¨¦s de la publicidad que ya empieza a verse en algunos de sus canales. Uno o dos anuncios por hora, mucho menos que lo que sufren los televidentes de una cadena convencional. Esto es posible, dicen los directivos de la compa?¨ªa, gracias a que Joost conocer¨¢ perfectamente a sus audiencias, pudiendo los anunciantes dirigirse directamente al grupo de consumidores que les interesa.
Quienes quieren distribuir sus contenidos en Joost se ponen en contacto con una de las sedes que la compa?¨ªa tiene en Nueva York y Londres, y donde probablemente se negocian los acuerdos econ¨®micos sobre el reparto de ingresos publicitarios. Uno de los acuerdos cerrados en las ¨²ltimas semanas es el que liga a esta nueva televisi¨®n con Viacom, propietaria de MTV y Comedy Central, entre otros canales, y enfrentada desde la semana pasada a Google en los tribunales por permitir la publicaci¨®n en YouTube de sus contenidos.
P2P aplicado a la televisi¨®n
A los v¨ªdeos del gigante medi¨¢tico que pueden verse en Joost hay que sumar los documentales de Nacional Geograghic, clips musicales de los grupos de la discogr¨¢fica Warner, canales dedicados al motor, a los juegos de ordenador, a los cortos de cine independiente? La oferta que actualmente llega por el cable o el sat¨¦lite a cualquier hogar europeo es mayor que la de Joost, pero sus fundadores esperan crecer hacia un modelo que distribuya s¨®lo contenidos de calidad con una resoluci¨®n de imagen m¨¢s que aceptable, similar a la del DVD.
Para lograr retransmitir tal cantidad de datos, los creadores de Joost han recurrido a la tecnolog¨ªa P2P, en la que el usuario no es s¨®lo receptor de contenidos, sino tambi¨¦n emisor. Una hora de visionado de Joost supone as¨ª recibir unos 300 megabytes de informaci¨®n y enviar a la red m¨¢s de 100. Cifras que, en caso de generalizarse el uso de esta herramienta, podr¨ªan convertir a las operadoras de telecomunicaciones como ¨²nico eslab¨®n de la cadena no beneficiado por el sistema.
Al convertir al usuario en emisor de contenidos, Joost descarga a sus servidores del trabajo ?y coste econ¨®mico- que supondr¨ªa tener que proporcionar tal alto tr¨¢fico de datos para un elevado n¨²mero de televidentes. Tal y como est¨¢ dise?ado el sistema, los servidores de la empresa s¨®lo son la puerta de entrada de los contenidos a la red de Joost. Desde ellos se retransmiten los datos a un n¨²mero determinado de usuarios que a su vez los rebotan al resto de miembros de la red, hasta un punto en el que cuando otro nodo solicita un programa ya no accede a los ordenadores de la empresa, sino que obtiene el programa completo del resto de televidentes.
La audiencia se comunica
La guinda de Joost es que sus impulsores saben del poder de la comunidad, la de desarrolladores de software y la de sus usuarios. A la primera la escuchan y reconocen. Parte del c¨®digo inform¨¢tico que hace posible el funcionamiento del sistema proviene de proyectos de software libre, algo que por una parte abarata los costes y por otra ayuda a solucionar problemas. Como dijo a Wired el arquitecto t¨¦cnico del proyecto, Dirk-Willem van Gulik, "de no ser por Mozilla, Ubuntu y otros proyectos similares, todav¨ªa estar¨ªamos rasc¨¢ndonos la cabeza" en busca de ideas.
A la comunidad de usuarios, por otra parte, se le permite algo que si est¨¢ presente en proyectos como YouTube, pero que los consumidores de televisi¨®n convencional s¨®lo conocen a trav¨¦s de los mensajes SMS: la posibilidad de comunicarse. Adem¨¢s de los foros de la p¨¢gina oficial del proyecto, los usuarios de Joost pueden hablar en directo sobre el programa que est¨¢n viendo, gracias a una ventana de chat que aparece sobre los v¨ªdeos cuando el internauta los activa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.