Las empresas de la Web 2.0, en busca de identidad
Los expertos reunidos en el Internet Global Congress concluyen que la nueva Internet es negocio, aunque las compa?¨ªas no acaben de entenderlo del todo
Como la plaza en la Edad Media. O como el centro comercial en la Edad contempor¨¢nea. As¨ª se ven a si mismas las actuales operadoras de telecomunicaciones, seg¨²n Luis Lada, consultor profesional y uno de los 15 expertos reunidos en las primeras sesiones del Internet Global Congress. El evento, que ha abierto hoy sus puertas, alcanza su novena edici¨®n con el objetivo de que las nuevas tecnolog¨ªas digitales calen en la sociedad, y fundamentalmente, entre los empresarios. Una meta nada modesta, sobre todo si de lo que se habla es de la revoluci¨®n que est¨¢n viviendo los servicios a trav¨¦s de Internet.
En la primera sesi¨®n de las dedicadas espec¨ªficamente a la tecnolog¨ªa en el congreso, el lugar de encuentro metaf¨®rico del que hablaba Lada ha estado presente una y otra vez. Y se ha traducido f¨¢cilmente a la llamada Web 2.0: un mercado en el que los participantes se ponen f¨¢cilmente en contacto entre s¨ª, pero sobre todo, en el que los consumidores han pasado a ser tambi¨¦n productores.
La borrosa perspectiva de una Internet puesta patas arriba quedaba un poco m¨¢s clara a la luz de la estrategia de Amazon, resumida por Jeff Barr, portavoz de la compa?¨ªa. Barr ha dedicado su tiempo a presentar varios ejemplos de sitios web de su compa?¨ªa en los que el negocio no est¨¢ s¨®lo en las necesidades, pero sino tambi¨¦n en las capacidades de los usuarios.
Mechanical Turk, uno de esos sitios impulsados por la tienda n¨²mero uno de Internet, se enorgullece as¨ª de "pagar a personas por realizar aquellas tareas que las personas hacen mejor que las m¨¢quinas". Y Barr a?ad¨ªa un ejemplo, dentro del ejemplo: el de un servicio de mapeado de rutas urbanas que paga a cualquiera que, desde su casa, indique a la base de datos d¨®nde hay un paso de cebra, y d¨®nde una se?al de tr¨¢fico.
?Ingresos 2.0?
El siguiente paso, entonces, era ponerle cr¨ªtica a un panorama dominado por las noticias de compras milmillonarias y por los anuncios, casi diarios, de nuevos servicios que nunca terminan de agotar del todo el jugo de la creatividad. Lo hac¨ªa Antonio Rodr¨ªguez, ejecutivo de la casa de an¨¢lisis Arthur D. Little: ?Esperanza o burbuja?
La conclusi¨®n, aplaudida, es que si los movimientos empresariales pueden hacer pensar que se asiste a una reedici¨®n de la burbuja tecnol¨®gica, los de los usuarios dejan claro que esta vez, la historia es distinta. En esa visi¨®n, el paradigma de esa nueva mentalidad podr¨ªa ser el caso de la serie Firefly. Defenestrada de las parrillas, resucit¨® en forma de pel¨ªcula (Serenity) gracias a los usuarios. Lo que antes era impensable, ahora es sencillamente posible.
Sin embargo, y en esto no ha habido disension, todav¨ªa sigue sin estar claro c¨®mo hacer caja. Publicidad, si, ?Pero qu¨¦ m¨¢s? Una pregunta que ha sonado con eco. La respuesta, una vez m¨¢s, la dar¨¢n los consumidores.
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