Espacio personal en un reino virtual
Desde forjarse un nicho creativo a dise?arse a s¨ª mismos electr¨®nicamente, los usuarios est¨¢n construyendo una red de influencia
La gente mira y act¨²a del modo que lo hace por demasiadas razones como para que quepan en el cuaderno de un terapeuta. Aun as¨ª, adaptamos nuestro comportamiento o ajustamos nuestro aspecto en un intento de controlar c¨®mo nos perciben los dem¨¢s.
Algunos lo definen como sentido com¨²n. Los expertos en ciencias sociales lo llaman "control de la impresi¨®n" y atribuyen una gran parte de su interpretaci¨®n del proceso al soci¨®logo Erving Goffman, que en un libro de 1959, La presentaci¨®n de la persona en la vida cotidiana, comparaba las interacciones humanas con una representaci¨®n teatral.
Ahora que las primeras impresiones a menudo se dan en el ciberespacio, no cara a cara, las personas no s¨®lo planean estrategias con las que pueden expresar virtualmente qui¨¦nes son, sino que tambi¨¦n luchan por crear una versi¨®n virtual de ellas que atraiga a diferentes p¨²blicos, como compa?eros de trabajo o de universidad o mam¨¢ y pap¨¢.
"?Qu¨¦ imagen presentas?", preguntaba Mark R. Leary, profesor de psicolog¨ªa y neurociencia en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, que lleva m¨¢s de 20 a?os estudiando el control de la impresi¨®n en el mundo real. Como otros expertos, ahora est¨¢ examinando el mundo virtual en funci¨®n del control de la impresi¨®n, unos estudios que a veces aplican un barniz acad¨¦mico a interpretaciones que parecen obvias, y otras veces arrojan resultados sorprendentes.
"Nos ha llamado la atenci¨®n el dilema ante el que se encuentra la gente", contaba Leary sobre un estudio que inici¨® en diciembre acerca de c¨®mo edita la gente sus personajes virtuales. "Algunas personas parecen elegir su p¨²blico. Otras seleccionan los mejores rasgos de s¨ª mismas. Como profesor, mi p¨¢gina de Facebook est¨¢ suavizada. No puedo colgar fotos m¨ªas jugando al ping-pong cervecero".
Los acad¨¦micos afirman que la popularizaci¨®n de los sitios masivos sociales y de citas "que facilitan el compartir p¨²blicamente los gustos, los odios, los sue?os y las p¨¦rdidas", anima a m¨¢s gente a "actuar" para los dem¨¢s de formas cada vez m¨¢s sofisticadas.
Desde luego, las p¨¢ginas sociales y de citas en Internet son "como el control de la impresi¨®n inflado de esteroides", sostiene Joseph B. Walther, profesor de comunicaci¨®n y telecomunicaci¨®n en la Michigan State University. Como todav¨ªa son formas nuevas de comunicaci¨®n, "la gente a¨²n no sabe muy bien lo que est¨¢ haciendo o cu¨¢les son las mejores pr¨¢cticas", a?ad¨ªa.
Entre las conclusiones de Walther est¨¢n que el atractivo de los amigos en tu perfil de Facebook afecta el modo en que la gente te percibe. En un estudio que se publicar¨¢ este a?o en la revista Human Communication Research, Walther y sus colegas descubrieron que se consideraba que los usuarios de Facebook que ten¨ªan comentarios p¨²blicos en su tabl¨®n de anuncios virtual hechos por amigos atractivos eran m¨¢s guapos que la gente que ten¨ªa comentarios de amigos nada atractivos.
Muchas de las estrategias de presentaci¨®n de uno mismo observadas por los expertos parecer¨¢n obvias para los internautas avezados: mejorar el prestigio de uno vincul¨¢ndose con amigos de alto estatus; usar un alias como Batman o 007; referirse al brillante cr¨¢neo de uno como rapado, no calvo; usar esos emoticones tan monos para encandilar al grupo demogr¨¢fico que env¨ªa inspiradores correos electr¨®nicos en cadena; demostrar capacidad de liderazgo siendo el primero en adoptar e introducir a los dem¨¢s en las ¨²ltimas aplicaciones de Facebook; mencionar que casi has hecho carrera de DJ o modelo, en lugar de la que realmente paga las facturas; tomar decisiones calculadas sobre lo que debes incluir como intereses o libros favoritos.
"Si alguien cita un t¨ªtulo rumano poco conocido, ?es que esa persona es muy lista o es pretenciosa?", se pregunta Judith Donath, profesora de artes y ciencias medi¨¢ticas en el Massachusetts Institute of Technology.
En un estudio sobre las citas por Internet, varios profesores de universidades diferentes descubrieron que, en ausencia de impulsos visuales y orales, los solteros desarrollan sus propias t¨¦cnicas de presentaci¨®n: controlar la longitud de los mensajes de correo electr¨®nico (demasiado verborreico equivale a demasiado desesperado); limitar las horas a las que se env¨ªan los mensajes (un sujeto masculino se enter¨® de que escribir a las mujeres a altas horas de la madrugada les hac¨ªa sentirse inc¨®modas); y anotar el ¨²ltimo d¨ªa que se conectaron (se considera que los usuarios que visitan la p¨¢gina con una frecuencia demasiado escasa no est¨¢n disponibles o, lo que es peor, resultan indeseables).
Estos expertos descubrieron que era algo corriente entre los que buscaban una cita por Internet quitar importancia a la edad o al peso, o colgar fotograf¨ªas de hace cinco a?os. En general, los acad¨¦micos no piensan que el control de la impresi¨®n sea una pr¨¢ctica intencionadamente enga?osa o nefanda. Es m¨¢s una especie de lubricaci¨®n social. Los que lo estudian en Internet han descubierto que cuando las personas falsean su representaci¨®n, a menudo es porque intentan expresar una versi¨®n idealizada o futura de ellas mismos.
Los investigadores insin¨²an que las fotograf¨ªas que cuelga la gente en los sitios sociales tratan de mostrar algo m¨¢s que su aspecto. M¨¢s bien, los miembros eligen las fotos con cuidado para exhibir rasgos de sus personalidades.
Catherine Dwyer, una profesora de la Pace University de Nueva York que estudia el comportamiento virtual, comentaba que los hombres j¨®venes de MySpace suelen hacerlo posando con su coche.
"Uso fotos que me describen", explica Leonard Alonge, de 44 a?os, chef y actor que vive en Delray Beach, en Florida, y miembro de Facebook. "Fotos en la cocina, con amigos. Lo hago para expresar mi personalidad: amigable, extrovertido, nada demasiado expl¨ªcito. Soy una persona bastante conservadora".
Clare Richardson, de 17 a?os, de Los ?ngeles, est¨¢ solicitando una plaza en distintas universidades y por tanto vigila mucho lo que cuelga en Facebook, pero conoce a otros adolescentes que "quieren dar la impresi¨®n de que son de los fiesteros", dice.
Keith N. Hampton, catedr¨¢tico adjunto en la Annenberg School for Communication en la Universidad de Pensilvania, se?ala que la idea de "impresionar a todo el mundo" es el problema fundamental de los sitios sociales. Est¨¢n dise?ados de modo que millones de personas ven la misma imagen de un miembro. Para que el control de la impresi¨®n virtual sea eficaz, seg¨²n Hampton, se deber¨ªa redise?ar los sitios para permitir a la gente que revele diferentes aspectos de su identidad a usuarios diferentes. Deber¨ªa poder presentar una cara ante el jefe y otra ante tus compa?eros de mus.
Pero ?qu¨¦ pasa con ese tipo de usuarios a los que, a pesar de todas las advertencias, no les importa lo m¨¢s m¨ªnimo qui¨¦n ve qu¨¦? Siguen colgando fotos obscenas suyas. Revelan informaci¨®n muy personal. Provocan advertencias de los padres. Se exponen al robo de su identidad, a herir sentimientos y a perder su trabajo. Y puede que ¨¦se sea el quid.
"En la actualidad, es posible que colgar material revelador o inculpatorio en Internet se haya convertido en otro foro para manifestar su indiferencia ante el peligro o las repercusiones", escrib¨ªa Donald en un art¨ªculo publicado en la edici¨®n de octubre de The Journal of Computer-Mediated Communication.
"Pueden querer indicar que tienen el futuro tan asegurado que ninguna indiscreci¨®n en un sitio social lo pondr¨ªa en peligro, o mostrar su distanciamiento del tipo de futuro en el que se necesita discreci¨®n. Para estos usuarios, el riesgo en s¨ª es el beneficio".
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