Spam con sobre y sello
La lucha de Frieda Springer, una viuda que result¨® estafada por las mafias nigerianas y que se ha convertido en una hero¨ªna
Cuando el spam viajaba con sobre y sello, Internet no era a¨²n digno de lo cotidiano. En aquella ¨¦poca el delito pose¨ªa remite escrito con pu?o y letra, y viajaba de buz¨®n en buz¨®n. En 1993 el buz¨®n postal de Frieda Springer se abri¨® sin saber que iba a comenzar la lucha contra un mal que m¨¢s tarde utilizar¨ªa Internet para desplumar a los usuarios.
Esta mujer alemana que roza ya los 60 a?os se ha convertido en un s¨ªmbolo de la lucha contra este tipo de delitos. Su historia comienza en el momento en el que recibe una notificaci¨®n procedente de Nigeria. Su marido que hab¨ªa fallecido unos meses atr¨¢s dejaba una fortuna en el pa¨ªs africano, seg¨²n la correspondencia. Los datos personales de su esposo eran reales, al igual que el nombre del banco que le advert¨ªa que estaba apunto de perder una fortuna.
Frieda respondi¨® e incluso lleg¨® a realizar una transferencia con una cantidad de dinero, "aseguraban que arreglar los papeles llevaban consigo un coste", explica esta mujer nacida en una peque?a localidad b¨¢vara de Bechhofen. Las promesas y la esperanza que se les ofrece a las v¨ªctimas por conseguir un premio o fortuna resultan determinantes para la consecuci¨®n del delito, seg¨²n Mirko Manske, comisario de la Oficina Federal de Investigaci¨®n Criminal alemana, y experto en el fraude online: "Las personas que caen en este tipo de delitos "es porque creen que las cosas buenas suceden sin m¨¢s". Frieda continu¨® creyendo, y adelantando dinero una y otra vez. Los criminales cada vez pon¨ªan m¨¢s pegas para que se pudiese realizar el cambio de nombre de los negocios de su marido, lo que le cost¨® casi 360.000 d¨®lares.
"El banco era un bloque de edificios"
Frieda puso los pies en Nigeria a los tres meses de recibir la carta con falsas promesas de fortuna. Fue en ese momento cuando fue consciente de que hab¨ªa sido v¨ªctima de una estafa: "Al llegar a la direcci¨®n del banco, me encontr¨¦ un bloque de edificios". Tras caer en la desesperaci¨®n, respir¨® e inici¨® una batalla por recuperar el dinero perdido. La primera puerta a la que llam¨® fue al Gobierno alem¨¢n, que no puedo ayudarla alegando que el delito no hab¨ªa sucedido en su jurisdicci¨®n, un dato que no pasa desapercibido por las mafias que saben que Internet a¨²n no posee una legislaci¨®n a nivel internacional. El rechazo de su Gobierno provoc¨® que Frieda trabajase codo con codo con las autoridades nigerianas para recuperar su dinero.
Tras una lucha de cinco a?os Frieda logr¨® recuperar 300.000 d¨®lares. El resto del bot¨ªn a¨²n no ha podido ser rescatado debido a que en 1999 la guerra en el pa¨ªs africano paraliz¨® todos los tr¨¢mites. En ese tiempo esta alemana, que no ha bajado los brazos, se ha convertido en un ejemplo de lucha para la INTERPOL, con quien colabora de forma estrecha. A su vez, Frieda posee en Lagos una oficina para la ayuda de las v¨ªctimas, que cada vez son con mayor frecuencia captadas por las mafias a trav¨¦s de Internet. Seg¨²n datos del FBI, las quejas desde 2006 por este tipo de estafas se han multiplicado por cuatro, y en el ¨²ltimo a?o han aumentado los casos en un 30%.
"Las mafias son las mismas, pero han cambiado de medio, ahora utilizan Internet", asegura Frieda quien cree que las personas m¨¢s vulnerables son "las personas mayores que acceden a Internet por primera vez, los colores, los banners... llaman la atenci¨®n. Sin embargo, los j¨®venes est¨¢n todo el d¨ªa expuestos a un medio al que ya se han acostumbrado".
El desconocimiento es la clave y de ah¨ª que las autoridades policiales reclamen una educaci¨®n a los usuarios por parte de las administraciones. Una de las principales estafas que afectan a otros pa¨ªses europeos involucra directamente a Espa?a: "Los criminales utilizan cebos como la loter¨ªa espa?ola. Todo el mundo ha o¨ªdo hablar de ella, de los grandes premios que otorga, pero fuera de Espa?a nadie conoce su funcionamiento", explica Mirko Manske, agente alem¨¢n.
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