Mitnick: "No soy el Hannibal Lecter de los hackers"
El hacker m¨¢s famoso del mundo dice que esta orgulloso de que le contraten empresas a las que hacke¨®
Kevin Mitnick est¨¢ de gira y ha recalado en Madrid. El hacker (pirata inform¨¢tico) m¨¢s famoso de la historia se dedica ahora a dar conferencias y a ofrecer sus servicios de seguridad inform¨¢tica de su empresa Mitnick Security Consulting. Tras pasar cinco a?os en la c¨¢rcel por diversos delitos como robo de software, fraude electr¨®nico e intercepci¨®n de comunicaciones, ha salido reformado y est¨¢ del lado luminoso de la inform¨¢tica.
"No echo de menos mi tiempos de rebeld¨ªa. Ahora las empresas me pagan para que entre en sus redes y encuentre sus vulnerabilidades de seguridad. Y todo el mundo gana. Yo disfruto haciendo las cosas que me gustan, que es detectar los fallos de seguridad y, a la vez, ayudo a mis clientes en lugar de causarles da?o", se?al¨® hoy Mitnick en un encuentro con EL PA?S.
Mitnick se muestra orgulloso de que algunas empresas a las que hacke¨® le contraten ahora como Nokia, Novell o Fujitsu, que incluso lleg¨® ofrecerle ser el m¨¢ximo responsable de seguridad. "Es muy emocionante que las compa?¨ªas a las que tanto da?o caus¨¦ tengan inter¨¦s en solicitar ahora mis servicios. No s¨¦ si soy un hacker blanco (whitehats, como se les conoce en el argot a los expertos en seguridad que juegan a favor de las empresas). Los tiempos cambian. Se puede decir que he madurado".
Perseguido incansablemente por el FBI, Mitnick no s¨®lo escapaba a la persecuci¨®n sino que burlaba a los agentes, localiz¨¢ndoles por sus m¨®viles y jugando al rat¨®n y al gato. "A m¨ª me parec¨ªa muy divertido pero a ellos no les debi¨® parecer tan gracioso. As¨ª que cuando finalmente me atraparon me lo hicieron pasar verdaderamente mal".
Mitnick pas¨® cinco a?os en la c¨¢rcel, de 1995 a 2000, en un duro r¨¦gimen de asilamiento que le prohib¨ªa mantener usar cualquier tipo de dispositivo electr¨®nico (televisi¨®n incluida) e incluso para comunicarse con su abogado o sus familiares. "El fiscal lleg¨® a decir que me prohibieran el acceso a cualquier tel¨¦fono porque silbando en el m¨®vil pod¨ªa provocar una guerra nuclear. O dec¨ªan que s¨®lo en un floppy (los primeros discos flexibles de muy escasa capacidad) conten¨ªa archivos peligrosos que pod¨ªan causar un grave problema de seguridad nacional. Me trataban como si fuera Hannibal Lecter de los hackers. Y no lo soy, se lo aseguro".
Pese al acuerdo extrajudicial, Mitnick se muestra muy descontento con la Justicia estadounidense "porque vulneraron mis derechos constitucionales, como el derecho a un juicio o a comunicarme normalmente con mi abogado".
Al final tuvo que llegar a un acuerdo con el Gobierno: "Me autoinculp¨¦ de cosas que hice y tambi¨¦n de las que no hice. Pero no ten¨ªa m¨¢s remedio porque de no ser as¨ª me hubiera pasado toda la vida de juicio en juicio". Cuando sali¨® de la c¨¢rcel, las autoridades le aplicaron una cuarentena electr¨®nica. "S¨®lo accedieron a dejarme hablar por el m¨®vil porque mi padre ten¨ªa una enfermedad pero me revisaban la factura telef¨®nica todos los meses. Y estaba escribiendo mi libro y s¨®lo me autorizaban a usar el programa del procesador de textos".
El ahora empresario ha escrito dos libros -El arte de la decepci¨®n y El arte de la intrusi¨®n- y sobre su vida se inspir¨® la pel¨ªcula Take Down, de la que se queja "porque mezclaba verdades y mentiras para desacreditarme". Para poner las cosas en su sitio, Mitnick prepara ahora una autobiograf¨ªa donde contar¨¢ las verdaderas peripecias de El C¨®ndor, su apodo de guerra en los tiempos de hacker. "Ya ha habido varios estudios de Hollywood que se han interesado por hacerse con los derechos para hacer una pel¨ªcula".
Mitnick, que participar¨¢ ma?ana en el Cluster de Seguridad de la Comunidad de Madrid, invitado por el Instituto Madrile?o de Desarrollo, dice que Internet ofrece muchas vulnerabilidades pero pese a ello defiende la libertad de la Red y no es partidario de la ilegalizaci¨®n de los programas de intercambio de archivos P2P (peer to peer). "S¨®lo tienes que tener mucho cuidado de ver qu¨¦ parte de tu disco duro compartes en realidad".
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