El fabricante soy yo
Impresoras 3D reproducen objetos cotidianos, desde un tornillo a la dentadura de la abuela Se abre una nueva era de conflictos con los derechos de los dise?adores
El tr¨ªpode de la c¨¢mara de Josianito Llorente est¨¢ adaptado a cualquier m¨®vil. Le sirve para retransmitir con el tel¨¦fono sesiones de los talleres de fabricaci¨®n que imparte por Internet. ¡°Existen accesorios, pero son caros y solo funcionan en un modelo determinado de aparato. Por eso lo fabricamos, ahora sirve con todos¡±. El adaptador sali¨® de una impresora 3D, que convierte los dise?os creados por ordenador en objetos f¨ªsicos.
En un futuro m¨¢s cercano que lejano, todos seremos capaces de fabricar nuestros propios objetos. Del tornillo a la pieza de la l¨¢mpara que se ha roto hasta la dentadura de la abuela. En casa o en la copister¨ªa 3D. No es ciencia ficci¨®n. Estos y otros miles de ejemplos existen. Si la revoluci¨®n empez¨® por la transformaci¨®n en bits del contenido, como canciones, pel¨ªculas y libros; el pr¨®ximo paso es el continente. No solo objetos, tambi¨¦n las m¨¢quinas para crearlos, por efecto de ¡°la digitalizaci¨®n de los medios de producci¨®n y fabricaci¨®n¡±, explica Tom¨¢s D¨ªez, 29 a?os, director del Fab Lab del Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya (IAAC).
Si la revoluci¨®n empez¨® por la transformaci¨®n en bits del contenido, como canciones, pel¨ªculas y libros; el pr¨®ximo paso de la digitalizaci¨®n es el continente. No solo objetos, tambi¨¦n las m¨¢quinas para crearlos.
Este laboratorio de fabricaci¨®n es miembro de la red de 80 talleres que, desde principios de siglo, democratiza el proceso de producci¨®n en m¨¢s de 20 pa¨ªses, impulsado por el Instituto Tecnol¨®gico de Masachusets (MIT). Muchos otros colectivos tambi¨¦n se plantean con ¡°qu¨¦ perspectivas educativas, pedag¨®gicas y sociales se debe afrontar una transformaci¨®n de tal calibre¡±, asegura Llorente, de 34 a?os, responsable de los laboratorios de creaci¨®n de Tabakalera, el proyecto que convertir¨¢ la antigua f¨¢brica de tabaco en Donosti en un Centro Internacional de Cultura Contempor¨¢nea. MediaLab Prado (Madrid), la Plataforma O de Laboral, el centro de arte y producci¨®n industrial (Gij¨®n), el Fab Lab de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Sevilla, entre otros, siguen pasos similares, organizando talleres de fabricaci¨®n.
The Pirate Bay, el portal sueco de intercambio de ficheros, colg¨® d¨ªas despu¨¦s de la clausura de Megaupload archivos de dise?os 3D para fabricar objetos. Los llam¨® ¡°physibles¡± y tild¨® el movimiento como el ¡°pr¨®ximo paso¡± de la digitalizaci¨®n. No es ni el primer ni el ¨²nico sitio que ofrece estos ficheros para compartir con cualquiera conectado a Internet. En el repositorio Thingiverse, por ejemplo, se intercambian aquellos creados por los internautas, principalmente dise?os de hardware bajo licencias libres GPL y Creative Commons. Y en Google 3D Warehouse hay disponibles muebles, complementos y accesorios de Ikea en tres dimensiones, entre otros dise?os.
Imagine esta situaci¨®n. Un amigo tiene en casa el exprimidor de naranjas de, pongamos, el dise?ador Philippe Starck. M¨®vil en mano lo retrata desde diversos ¨¢ngulos, sube las im¨¢genes al ordenador y, con el programa 1,23D Catch de Autodesk, las convierte en el dise?o de un objeto tridimensional. Si, adem¨¢s, tiene una impresora de estas en casa, ?qui¨¦n le impide que lo reproduzca? Tampoco hace falta que se gaste una millonada en adquirir una m¨¢quina profesional, como los modelos DesignJet 3D de HP, cuyo precio oscila entre los 15.000 y los 18.000 euros. Si es manitas se hace con una RepRap o se compra Cube, de Cubify, que por unos mil euros le har¨¢ la misma funci¨®n y le lucir¨¢ en casa como si fuera un dise?o de Apple. El exprimidor no ser¨¢ met¨¢lico ni? tendr¨¢ los acabados de una original, tampoco su precio.
¡°Las RepRap son impresoras caseras que ensamblan en casa. Principalmente imprimen en pl¨¢stico, que son duros, pero no son flexibles. Son perfectas para prototipos y moldes, pero no tanto para acabados finales. Aunque ya existen las que lo hacen en otros materiales, son mucho m¨¢s caras¡±, explica Llorente. El objetivo del proyecto RepRap es llegar a imprimir sus circuitos integrados y sus partes de metal. Hay varios modelos distintos de estas m¨¢quinas, bajo licencia libre, que los anglosajones denominan Do it Yourself (Hazlo tu mismo). Al ser abiertas, puede comprar sus componentes, ensamblarlos y empezar a producir objetos. La neoyorquina MakerBot Industries, promotora del portal Thingiverse, tambi¨¦n suministra kits para construir impresoras 3D, que oscilan de los 800 a los 1.300 euros. Ultimaker es la versi¨®n europea. Llega del FAB Lab de Utrech (Holanda), imprime en pl¨¢stico transparente y cuesta unos 1.200 euros.
A Starck quiz¨¢ no le importe que usted se imprima el exprimidor en casa. Pero qu¨¦ ocurre cuando los que lo fabrican son miles de millones de personas en el mundo. Probablemente ya no le tolere tanto. ¡°Ni nadie que tenga protegida sus invenciones y dise?os¡±, opina Carles Comes, abogado del bufete ZBM. La propiedad industrial son los derechos territoriales que se otorgan a una persona sobre su invenci¨®n (patente o modelo de utilidad), dise?o y marca. Un producto puede estar protegido por dise?o y tambi¨¦n por patente y, por norma general, otorga al titular la potestad de fabricar y comercializarlo, pero tambi¨¦n a prohibir que un tercero lo haga. Y si lo autoriza es a cambio de royalties.
Con la legislaci¨®n espa?ola del dise?o industrial en la mano, Starck no podr¨ªa hacer nada, porque ¡°la ley autoriza la reproducci¨®n de un dise?o a un usuario privado, siempre que no tenga un fin comercial¡±, explica Mario Pomares, del bufete Berenguer & Pomares Abogados. Es decir, ni Starck ni nadie podr¨ªa impedir que usted ni yo fabric¨¢ramos el exprimidor en casa, como nadie puede impedir que haga una copia de una canci¨®n para su uso particular. A diferencia del derecho de autor, que otorga a los creadores una compensaci¨®n por estas copias, en el dise?o no hay canon.
?Qu¨¦ ocurre si alguien cuelga a estos dise?os protegidos en Internet? ?Comete una infracci¨®n? ¡°Al subirlo se reproduce el dise?o, pero no se comercializa, es decir no se pone a la venta el producto que lleva incorporado el dise?o. Por otro lado, la ley no recoge la difusi¨®n como acto infractor sino la fabricaci¨®n, oferta, comercializaci¨®n... de productos que lo incorporen. Es un tema complejo y sin duda, ser¨¢ motivo de discusi¨®n en los tribunales¡±, a?ade Pomares.
La ley espa?ola autoriza la reproducci¨®n de un dise?o a un usuario privado, siempre que no tenga un fin comercial
En el caso de las patentes y los modelos de utilidad, la cosa cambia, asegura Comes. ¡°Si hay derechos, habr¨¢ infracci¨®n indirecta, porque se ofrece a un tercero las herramientas necesarias para que pueda fabricar un producto protegido¡±. El problema, a?ade, es la territorialidad. Como Internet carece de fronteras, pero la propiedad industrial otorga protecci¨®n en los pa¨ªses donde se solicita, ?qu¨¦ ocurre cuando el que sube el archivo est¨¢ en China, pero el que lo descarga est¨¢ en Espa?a? ¡°Los abogados ya nos estamos peleando por estos asuntos en los tribunales y este nuevo escenario viene a a?adir a¨²n m¨¢s complejidad y vac¨ªo legal al asunto¡±.
Vac¨ªo legal para una nueva revoluci¨®n industrial en la que dejaremos de ser consumidores para convertirnos en prosumidores (productores de nuestros bienes de consumo). ¡°La impresi¨®n tridimensional supone un cambio de paradigma. A nivel log¨ªstico, la distribuci¨®n desaparece. Ya no hace falta transportar los materiales, porque el dise?o de los objetos ¡®viaja¡¯ digitalmente, para luego adaptarse a escala local a trav¨¦s de los materiales.Objetos que pueden ser peque?os o grandes. A escala micro (vasos) o macro (edificios enteros)¡±, sostiene Llorente. La NASA, por ejemplo, se plantea utilizar la tecnolog¨ªa para fabricar los repuestos de sus aparatos en las misiones espaciales.
¡°Ahora estamos como en los a?os sesenta con los ordenadores. Se est¨¢n inventado las m¨¢quinas y tambi¨¦n para qu¨¦ se van a usar, pero falta dar el salto del mundo amateur al del uso cotidiano¡±, dice Jos¨¦ P¨¦rez de Lama.
¡°Tendremos la oportunidad de imprimir objetos ¨²nicos. La producci¨®n en serie est¨¢ m¨¢s que estudiada, pero ?hacer 100.000 o un milll¨®n de objetos totalmente diferentes? La verdadera transformaci¨®n ser¨¢ cuando podamos fabricar productos ¨²nicos y personalizados a partir del contenido digital, aunque de momento a¨²n falta¡±, opina Javier Larraz, director del negocio Designjet en HP Iberia, que incluye las impresoras 3D.
¡°Ahora estamos como en los a?os sesenta con los ordenadores. Se est¨¢n inventado las m¨¢quinas y tambi¨¦n para qu¨¦ se van a usar, pero falta dar el salto del mundo amateur al del uso cotidiano¡±, considera Jos¨¦ P¨¦rez de Lama, profesor y responsable del Fab Lab de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Sevilla. Antes, ¡°debemos avanzar en la investigaci¨®n de los materiales, porque ahora son limitados¡±, sostiene Larraz. D¨ªez lo comparte. ¡°Hoy ya tenemos los medios de producci¨®n, sean cortadoras l¨¢ser, impresoras 3D o fresadoras que, controladas por ordenador, fabrican objetos. Si bien ya se est¨¢ usando pl¨¢stico, arena, hormig¨®n, cart¨ªlago y hueso, todav¨ªa son caros y, adem¨¢s, faltan muchos m¨¢s materiales. De momento, adem¨¢s, cada m¨¢quina se usa para uno, cuando lo ideal ser¨ªa que cambiando su cabezal, pudieras crear cosas con diferentes materiales.
Full Printed es un cortometraje de animaci¨®n para la exposici¨®n Laboratori de Fabricaci¨® en el museo Disseny HUB de Barcelona.
¡°Investigaciones en marcha hay muchas¡±, explica P¨¦rez de Lama. ¡°Nosotros hemos terminado un proyecto m¨¦dico basado en resina fotosensible¡±. La Asociaci¨®n de Arquitectura de Londres investiga c¨®mo producir casas con arcillas hormigonadas. Y el italiano Enrico Dino ha dedicado su vida a D-Shape una impresora 3D de seis metros cuadrados capaz de imprimir casas y edificios enteros, en una mezcla de arcilla y aglomerante marino con el que fabrica rocas. Este proyecto ha sido llevado al cine en el documental El Hombre que imprim¨ªa edificios.?
En la s¨¦ptima reuni¨®n de los Fab Lab, celebrada en Lima (Per¨²), se decidi¨® promover las ¡°ciudades laboratorio¡± o Fab City. El objetivo es llevar la producci¨®n a las ciudades para pasar del modelo urbano actual, ¡°donde entran productos y sale basura, al que llamamos PITO, por sus siglas en ingl¨¦s), al modelo de urbe DIDO ¡°donde lo ¨²nico que entra y sale es informaci¨®n y conocimiento, porque todo se genera dentro, desde los objetos a la energ¨ªa¡± , explica D¨ªez. El proyecto pretende dotar de Fab Labs a todos los barrios de las ciudades para que sirvan de plataforma donde la gente ¡°cree sus propias herramientas, se forme a s¨ª misma, innove y emprenda, porque nuestro modelo de consumo actual, basado en la producci¨®n en serie, es insostenible¡±. Dise?o industrial, arquitectura, ingenier¨ªa y medicina, entre otras disciplinas, ya se est¨¢n beneficiando de esta nueva tecnolog¨ªa que, en cinco o diez a?os ser¨¢ de consumo masivo.
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