Escasas protestas en Espa?a contra el tratado ACTA
La convocatoria tuvo ¨¦xito en casi toda Alemania, Par¨ªs y Viena En Barcelona y Madrid los manifestante se disolvieron r¨¢pidamente
Aunque la convocatoria pretend¨ªa convertirse en un grito coral en todo el mundo contra el tratado comercial ACTA no ha conseguido su objetivo, salvo en Par¨ªs, donde las fotos enviadas a trav¨¦s de Twitter por los manifestantes mostraban calles llenas de ciudadanos con las m¨¢scaras de la pel¨ªcula V de Vendetta y convertida en s¨ªmbolo del colectivo Anonymous. Tambi¨¦n tuvo notable seguimiento en Friburgo, Nuremberg, Berl¨ªn, Frankfurt, Sof¨ªa y Viena.
En Barcelona, unas 15 personas mal contadas acudieron a la convocatoria lanzada desde Facebook por una estudiante de Bosnia-Herzegovina, no vinculada a ninguna organizaci¨®n, cuando vi¨® que en el listado mundial de actos no figuraba la capital catalana.
La situaci¨®n en Madrid fue muy similar. En el lugar habitual de protestas contra la ley Sinde, la plaza del Rey, se dieron cita menos de 50 personas, que ordenadas en c¨ªrculo y con un meg¨¢fono trataban de consolarse: ¡°No nos importa ser pocos, pero tenemos ser fuertes y crear conciencia¡±. V¨ªctor Domingo, presidente de la Asociaci¨®n de Internautas, lo resum¨ªa en una frase: ¡°Nos cuesta movernos de la silla, aunque nos estamos jugando mucho. Tenemos que seguir protestando en Internet y en las calles¡±.
Ultano Pe?a, presidente del Partido Pirata en Espa?a, una de las organizaci¨®n que convocaba, se negaba a bajar los brazos ante la escasez de seguidores: "Coincide con las asambleas semanas de los barrios, pero no es excusa. Somos fuertes en la Red y tenemos que demostrarlo tambi¨¦n en la calle. No vale solo con hacer clic, hay que crear conciencia m¨¢s all¨¢ de las pantallas".
La movilizaci¨®n quiere responder a un acuerdo comercial que pretende combatir el tr¨¢fico de falsificaciones y la violaci¨®n de la propiedad intelectual. Mientras Estados Unidos ha frenado las leyes antipirater¨ªa (SOPA y PIPA) para buscar un mayor consenso, el citado tratado ya fue suscrito, el a?o pasado, por Estados Unidos, uno de sus principales impulsores, Canad¨¢, Australia, Jap¨®n, Corea del Sur y Nueva Zelanda, entre otros pa¨ªses. Lo que m¨¢s preocupa a quienes combaten su redactado es que introduce medidas gen¨¦ricas cuya aplicaci¨®n concreta podr¨ªa suponer la persecuci¨®n penal de proveedores de Internet que supuestamente favorecieran la pirater¨ªa a nivel comercial. El 26 de enero Espa?a tambi¨¦n se adhiri¨®.
ACTA admitir¨ªa nuevas sanciones penales para obligar a los proveedores de Internet a vigilar los contenidos en Internet, lo que supondr¨ªa, seg¨²n sus oponentes, una merma en la libertad de expresi¨®n y un incremento de la inseguridad jur¨ªdica ya que autorizar¨ªa a los titulares de derechos a obtener informaci¨®n sobre los infractores en la Red por parte de los operadores. No se trata de art¨ªculos de obligado cumplimiento por parte de los Estados. Las autoridades europeas, ante el esc¨¢ndalo que provoc¨® el conocimiento de las negociaciones secretas del citado tratado, han asegurado que en la UE cualquier f¨®rmula de persecuci¨®n de la infracci¨®n se dar¨¢ por la v¨ªa judicial. Quienes se oponen al tratado, por su ambiguo y gen¨¦rico redactado, subrayan expresiones como la necesidad de ¡°remedios expeditivos¡± para prevenir las infracciones y el despliegue de ¡°obst¨¢culos¡± para impedir que avance la pirater¨ªa. El texto a?ade que los procedimientos que se pacten deben respetar la privacidad y la libertad de expresi¨®n.
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