Sobre la cr¨ªtica a Apple por sus condiciones laborales
La prioridad para la mayor¨ªa de los trabajadores de Foxconn es conservar su puesto de trabajo
El movimiento de oposici¨®n a la explotaci¨®n de los trabajadores en Estados Unidos naci¨® el d¨ªa en que descubrimos c¨®mo se cos¨ªan nuestras zapatillas Nike. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, estamos descubriendo c¨®mo se fabrican nuestros preciados iPhones, lo cual ha dado a Apple su propio momento Nike.
Las noticias sobre los suicidios de los empleados del principal proveedor chino de Apple, Foxconn, en 2010, seguidas de los informes sobre las horas extra obligatorias, el trabajo infantil, el incumplimiento de los salarios m¨ªnimos y las condiciones laborales peligrosas en las instalaciones de sus proveedores, contrastan con la condici¨®n de Apple como creador de aparatos consagrados y con los 13.000 millones de d¨®lares de beneficios que ha obtenido en el primer trimestre.
Estas informaciones han dado pie a protestas entre los estudiantes y los sindicatos, que instan a Apple a obligar a sus proveedores en China a mejorar las condiciones de los centenares de miles de trabajadores que montan sus productos, trabajadores cuyos salarios representan 10 m¨ªseros d¨®lares del precio de un iPhone4, que es de 549 d¨®lares.
Pero si las preocupantes condiciones en las cadenas de montaje de Foxconn vuelven a suscitar dudas sobre la responsabilidad de las corporaciones en esta era de capitalismo mundial, la protesta tambi¨¦n plantea una pregunta sobre la presi¨®n para mejorar la conducta de las multinacionales en los pa¨ªses pobres: ?es peor el remedio que la enfermedad?
En ciertos aspectos, Apple es diferente de los fabricantes de ropa y de zapatos que provocaron las campa?as anteriores. Su notoriedad y riqueza dan a entender que la presi¨®n del consumidor podr¨ªa inducir a sus proveedores en China a efectuar cambios.
China es un ejemplo de las ventajas de la globalizaci¨®n. La inversi¨®n extranjera se ha disparado a lo largo de los ¨²ltimos 20 a?os y ha impulsado un crecimiento econ¨®mico espectacular. Y seg¨²n Nicholas Lardy, del Instituto Peterson de Econom¨ªa Internacional, los salarios no agr¨ªcolas han aumentado un 10% al a?o en t¨¦rminos reales durante la ¨²ltima d¨¦cada. Hacia mediados de ella, la tasa de pobreza de la naci¨®n hab¨ªa ca¨ªdo al 17%, desde el 64% a principios de los noventa, de acuerdo a estad¨ªsticas del Banco Mundial.
En Bangladesh, la mitad de la poblaci¨®n vive en la m¨¢s absoluta miseria, aproximadamente la misma proporci¨®n que en 1981. Como se?alaba hace 50 a?os la economista brit¨¢nica Joan Robinson, ¡°la miseria de ser explotados por capitalistas no es nada en comparaci¨®n con la miseria de que no te exploten en absoluto¡±.
Esto plantea un dilema para los aspirantes a activistas en Occidente. Consideran que su cometido es convencer a multinacionales como Apple de que el coste de mejorar las condiciones laborales en las f¨¢bricas de sus proveedores es menor que el posible coste para su reputaci¨®n si permite la explotaci¨®n de los trabajadores. Pero no deben olvidar que la prioridad n¨²mero uno para la mayor¨ªa de los trabajadores de Foxconn es conservar su puesto de trabajo. Y aunque la presi¨®n podr¨ªa mejorar sus vidas, tambi¨¦n puede hacer que la empresa les sustituya.
La prioridad n¨²mero uno para la mayor¨ªa de los trabajadores de Foxconn es conservar su puesto de trabajo
El comentario m¨¢s elocuente sobre la efectividad del movimiento antiexplotaci¨®n es que, a?os despu¨¦s, prevalezcan las condiciones laborales p¨¦simas y unos salarios ilegalmente bajos en los proveedores de grandes marcas multinacionales.
Sin embargo, los que critican a Apple no deben tirar la toalla. Para empezar, han convencido a importantes marcas y minoristas de que asuman su responsabilidad por las condiciones laborales en su cadena de suministro. Y el movimiento ha obligado a respetar m¨¢s las normas sanitarias y de seguridad.
Pero la tan cacareada capacidad de Apple para obligar a sus abastecedores a realizar ajustes para cumplir sus rigurosas especificaciones en el menor tiempo posible da a entender que la empresa tendr¨ªa pocos problemas para imponer normas sobre salarios o derechos de los trabajadores.
Esto no es m¨¢s que el principio. Qui¨¦n sabe si los activistas podr¨¢n contribuir a mejorar las vidas de los trabajadores de Foxconn y hacer que nos sintamos m¨¢s tranquilos respecto a nuestros iPhones.
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