Mira lo que haces: nos vigilan
Las autoridades chinas controlan, con c¨¢maras americanas, campus, hospitales, mezquitas y cines desde puestos de mando centralizados
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A medida que el Gobierno chino prosigue con una campa?a multimillonaria para cubrir el pa¨ªs de c¨¢maras de vigilancia, hay al menos una compa?¨ªa estadounidense que se beneficiar¨¢: Capital Bain, una empresa de capital riesgo fundada por Mitt Romney, uno de los contendientes principales para la candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos.
En diciembre, un fondo dirigido por Bain, en el que un fideicomiso ciego [un mecanismo que permite a una persona que ejerce un cargo p¨²blico ceder la administraci¨®n de su patrimonio a un tercero independiente] de la familia Romney tiene participaciones, adquiri¨® la divisi¨®n de videovigilancia de una empresa china que dice ser el principal proveedor del programa Ciudades Seguras del Gobierno, un sistema de supervisi¨®n avanzada que permite a las autoridades controlar campus, hospitales, mezquitas y cines desde puestos de mando centralizados.
La empresa propiedad de Bain, Uniview Technologies, produce lo que denomina c¨¢maras de ¡°infrarrojos antidisturbios¡± y programas que permiten a los agentes de polic¨ªa de diferentes jurisdicciones compartir im¨¢genes en tiempo real a trav¨¦s de Internet. Otros proyectos anteriores inclu¨ªan un centro de mando de emergencias en T¨ªbet que ¡°proporciona una base s¨®lida para el mantenimiento de la estabilidad social y la protecci¨®n de la vida pac¨ªfica de la gente¡±, seg¨²n la p¨¢gina web de Uniview.
Los defensores de los derechos humanos recuerdan que en China las c¨¢maras tambi¨¦n se emplean para intimidar y controlar a los disidentes pol¨ªticos y religiosos. Loksag, un monje budista tibetano de la provincia de Gansu, cuenta que las c¨¢maras ayudaron a las autoridades a identificar y arrestar a cerca de 200 monjes que participaron en una protesta en su monasterio, en 2008.
Las c¨¢maras ayudaron a las autoridades a arrestar a 200 monjes que participaron en una protesta en un monasterio budista en 2008
Romney no ha tenido nada que ver con las operaciones de Bain desde 1999 y no tuvo voz ni voto en la decisi¨®n de invertir en China. R. Bradford Malt, que gestiona los fideicomisos de Romney, aseguraba en una declaraci¨®n que hab¨ªa colocado activos del fideicomiso en el fondo antes de que este comprara Uniview. Tambi¨¦n se?alaba que no ten¨ªa ning¨²n control sobre las inversiones del fondo asi¨¢tico. Seg¨²n la declaraci¨®n de estados financieros que el precandidato present¨® en agosto, Romney y su mujer ganaron un m¨ªnimo de 5,6 millones de d¨®lares con los activos de Bain que forman parte de sus fideicomisos ciegos y sus planes de pensiones.
La decisi¨®n de la empresa de introducirse en el sector de la vigilancia chino, que no para de crecer, plantea dudas sobre el papel directo que desempe?an las firmas estadounidenses a la hora de suministrar a reg¨ªmenes autoritarios tecnolog¨ªa que puede emplearse para oprimir a los ciudadanos. Tambi¨¦n se produce en un momento delicado para Romney, que con frecuencia ha instado a adoptar una l¨ªnea dura contra la supresi¨®n de la libertad religiosa y la persecuci¨®n pol¨ªtica por parte del Gobierno chino.
Los esc¨¦pticos sostienen que, al igual que otros acuerdos anteriores en los que han participado empresas estadounidenses, la adquisici¨®n de Uniview por parte de Bain incumple el esp¨ªritu ¡ªaunque no necesariamente la letra¡ª de las sanciones que EE UU impuso a Pek¨ªn a ra¨ªz de la mortal represi¨®n contra los manifestantes de la plaza de Tiananmen en 1989.
La mayor¨ªa de los equipos de videovigilancia no est¨¢n contemplados en las sanciones, aunque un grupo canadiense de derechos humanos descubri¨® en 2001 que las fuerzas de seguridad chinas emplearon videoc¨¢maras fabricadas en Occidente para identificar y arrestar a los manifestantes de Tiananmen.
En los ¨²ltimos a?os, varias empresas occidentales, entre ellas Honeywell, General Electric, IBM y United Technologies, han recibido cr¨ªticas por vender al Gobierno chino sofisticados equipos de vigilancia. En 2007, Yahoo resolvi¨® extrajudicialmente una demanda en la que se alegaba que hab¨ªa proporcionado a las autoridades los correos electr¨®nicos de un periodista que posteriormente fue condenado a 10 a?os de c¨¢rcel por enviar un mensaje que, seg¨²n la fiscal¨ªa, conten¨ªa secretos de Estado.
Bain ha defendido su decisi¨®n de comprar Uniview diciendo que los productos de la empresa se anuncian como instrumentos para el control de la delincuencia, no para la represi¨®n. Pero Adam Segal, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, recuerda que las empresas estadounidenses no pueden eludir la responsabilidad por la forma en que se emplea su tecnolog¨ªa, especialmente despu¨¦s de las recientes controversias en torno a las ventas de sistemas de filtrado de Internet occidentales a l¨ªderes autocr¨¢ticos del mundo ¨¢rabe.
Las ciudades chinas est¨¢n incorporando a toda prisa sistemas de vigilancia. Chongqing, en la provincia de Sichuan, gastar¨¢ 4.200 millones de d¨®lares en una red de 500.000 c¨¢maras, seg¨²n los medios de comunicaci¨®n estatales. La provincia de Guangdong, centro neur¨¢lgico industrial situado junto a Hong Kong, est¨¢ montando un mill¨®n de aparatos. En Pek¨ªn, el Gobierno municipal quiere colocar c¨¢maras en todos los centros de ocio, que se sumar¨¢n a las 300.000 que se instalaron para los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008.
Seg¨²n Nicholas Bequellin, investigador de Human Rights Watch en Hong Kong, el Gobierno aspira a crear un sistema de control omnisciente mediante una combinaci¨®n de Internet, tel¨¦fonos m¨®viles y c¨¢maras. ¡°En lo que respecta a la vigilancia, China no oculta sus ambiciones totalitarias¡±, dec¨ªa.
Li Tiantian, de 45 a?os, abogada especializada en temas relacionados con los derechos humanos, comenta que, durante los tres meses que pas¨® detenida el a?o pasado, la polic¨ªa trat¨® de manipularla empleado unas im¨¢genes grabadas en la entrada de un hotel. Seg¨²n la abogada, el v¨ªdeo la mostraba entrando en el hotel en compa?¨ªa de hombres que no eran su novio. Durante los interrogatorios, recuerda Li, la polic¨ªa le ech¨® en cara su vida sexual y trat¨® de ense?ar la cinta a su novio, pero este se neg¨® a mirar.
¡°El grado de intromisi¨®n en la las vidas privadas de la gente no tiene precedentes¡±, se quejaba en una entrevista telef¨®nica. ¡°Ahora, cuando paseo por la calle, me siento muy vulnerable, como si la polic¨ªa estuviera observ¨¢ndome todo el tiempo¡±.
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