Mi paciente se deprime
Una aplicaci¨®n m¨®vil registra la localizaci¨®n y el movimiento para conocer el estado de ¨¢nimo de los enfermos
Para muchos pacientes con problemas m¨¦dicos cr¨®nicos como depresi¨®n, dolor o diabetes, el patr¨®n es predecible: cuanto m¨¢s sufren, m¨¢s se recluyen. Puede que los m¨¦dicos no los vean hasta que est¨¦n en plena crisis.
Ahora ha aparecido una soluci¨®n propia de la era digital. Cuando los pacientes se esconden, sus tel¨¦fonos m¨®viles pueden servir para llegar a ellos. Los tel¨¦fonos usan una aplicaci¨®n que hace un seguimiento de la frecuencia con que env¨ªan mensajes de texto, hacen llamadas y se mueven, y los sitios adonde van. Si sus costumbres y patrones se desv¨ªan de un modo que indica que se han vuelto retra¨ªdos, la aplicaci¨®n avisa al m¨¦dico.
El novedoso enfoque se basa en una tecnolog¨ªa que es cada vez m¨¢s habitual en los tel¨¦fonos inteligentes: sistemas de localizaci¨®n global que pueden rastrear la ubicaci¨®n y el movimiento.
¡°Es un sistema que podr¨ªa servir de alerta humana temprana¡±, dice Michael Seid, catedr¨¢tico de pediatr¨ªa en el Centro M¨¦dico del Hospital Infantil de Cincinnati. Desde el a?o pasado, 15 pacientes con problemas gastrointestinales han llevado encima los tel¨¦fonos para participar en una prueba. Los resultados hasta la fecha indican que algunos pacientes modifican claramente sus patrones de comunicaci¨®n y movimiento antes de que se presenten s¨ªntomas graves. ¡°Cuando el dolor aumenta, es menos probable que uno vaya a un parque o a un centro comercial¡±, explica Seid.
Todav¨ªa se est¨¢ probando el programa inform¨¢tico. Pero los expertos en salud mental y los investigadores aseguran que parece muy prometedor a la hora de detectar cambios de comportamiento que indiquen que alguien ha dejado de tomar su medicaci¨®n o necesita una modificaci¨®n de la dosis.
Adam I. Kaplin, catedr¨¢tico de psicolog¨ªa y neurolog¨ªa en la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, dice que hay aspectos de la nueva tecnolog¨ªa que le ¡°preocupan¡±, pero afirma ¡°categ¨®ricamente que han acertado en cuanto a la necesidad de atender a esas personas antes de que se escondan en su madriguera¡±.
Entre las preocupaciones de Kaplin se encuentra la duda de si estos sistemas podr¨ªan alertar de que alguien est¨¢ enfermo cuando no lo est¨¢, como en el caso de personas que no est¨¢n deprimidas ni tienen dolores sino que simplemente descansan o quiz¨¢s tienen gripe. Y a?ade que los pacientes podr¨ªan sentirse excesivamente controlados.
Las empresas y los investigadores dicen que son conscientes de las inquietudes relacionadas con la privacidad. Pero se?alan que los pacientes deben dar su consentimiento y que la informaci¨®n solo llega a los profesionales sanitarios o a los familiares elegidos.
La tecnolog¨ªa pertenece a un campo al que a menudo se denomina ¡°grandes datos¡±, en el que se recopila y criba una enorme cantidad de informaci¨®n para entender y prever mejor el comportamiento, como los patrones de compra, los movimientos del mercado de valores y las condiciones que pueden conducir a conflictos militares. En el ¨¢mbito de la salud, los investigadores intentan poner a punto una serie de tecnolog¨ªas de grandes datos entre las que se encuentran m¨¦todos para evaluar mejor los comportamientos de los pacientes y medir la eficacia de los f¨¢rmacos.
Uno de los principales centros de investigaci¨®n en este campo ha sido el Laboratorio de Medios de Comunicaci¨®n del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts, donde Alex Pentland, catedr¨¢tico de din¨¢micas humanas, supervisa el programa. Dice que la idea de registrar los movimientos y las comunicaciones de los pacientes podr¨ªa proporcionar a los m¨¦dicos pruebas m¨¢s precisas acerca del comportamiento que las que obtienen mediante las descripciones de los pacientes.
Deborah Estrin, catedr¨¢tica de inform¨¢tica de la Universidad de California, en Los ?ngeles, trabaja con pacientes que sufren dolor cr¨®nico para averiguar si los datos extra¨ªdos de los tel¨¦fonos pueden mostrar si se han vuelto sedentarios repentinamente. Estrin dice que la investigaci¨®n inicial apunta a posibilidades como los tratamientos personalizados basados en la evaluaci¨®n de los patrones individuales de comportamiento. ¡°Estoy entusiasmada, pero queda mucho trabajo por hacer¡±, dice. Y a?ade: ¡°Si la salud fuese algo sencillo, no enfermar¨ªamos tanto¡±.
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