Storify triunfa seleccionando lo mejor de Twitter
La plataforma, concebida hace tres a?os por un veterano periodista, crea historias con medios sociales
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Una plataforma para que cualquiera construya una nueva historia a partir de lo que la gente comparte en Facebook, Twitter, Pinterest, Instagram o YouTube. El equivalente a la remezcla y al sampleo, origen de creaciones indispensables en la historia reciente de la m¨²sica. En estos tiempos tan sociales, Storify ten¨ªa que hacerse popular y hallar un hueco hasta en lugares como la Casa Blanca.
Cuando se usa por vez primera, sorprende lo period¨ªstica que es la herramienta. Y al conocer al cofundador, Burt Herman, lo entiendes: un veterano reportero y excorresponsal de 39 a?os pasado por Silicon Valley no podr¨ªa hacer otra cosa.?
La g¨¦nesis de Storify est¨¢ en 2009, cuando a Herman le fue concedida una beca Knight en la Universidad de Stanford (California). El periodista hab¨ªa vivido en Corea, Mosc¨² o Berl¨ªn, como corresponsal o jefe de oficina de la agencia Associated Press.Tambi¨¦n ten¨ªa en su curr¨ªculo ser el fundado Hacks&Hackers, una asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que une a periodistas y programadores.

En Palo Alto, un aut¨¦ntico vivero tecnol¨®gico, pas¨® un a?o aprendiendo dise?o y emprendimiento, tal como relataba a un grupo de colegas en un chat colectivo. "Despu¨¦s de la beca volv¨ª brevemente a mi agencia, pero entend¨ª que si no me lanzaba a fundar una start-up, nunca lo har¨ªa. Sent¨ªa que ten¨ªa que vincular las redes sociales con el periodismo".
En Stanford se top¨® con Xavier Damman, un programador belga que hab¨ªa concebido una plataforma anterior. Pusieron en com¨²n un mont¨®n de ideas y naci¨® Storify, apodado as¨ª por el t¨¦rmino que proviene de sus tiempos al frente de las diferentes oficinas: era la orden para que se elaborase una informaci¨®n.
"Estamos en una nueva era en la que la gente comparte noticias, genera informaci¨®n con tel¨¦fonos, como es el caso", dice cuando se le pone delante el iPhone para grabar un v¨ªdeo. Estamos en San Francisco, en el masivo encuentro anual de periodistas de la Online News Association. Hace dos a?os, en Washington, Storify era poco m¨¢s que una idea que sonaba bien cuando te la contaban en un expositor.
Dos a?os despu¨¦s, ha conseguido duplicar su audiencia con un promedio de tres millones de usuarios ¨²nicos, dos terceras partes de ellos provenientes de Estados Unidos, seg¨²n datos de Comscore. Entre sus ¨²ltimos relatos, este sobre el embarazo de los duques de Cambridge, creada por The Times, o esta sobre como ha cambiado la vida el uso de los SMS elaborada por CBC.
Storify ya ha sido usado por grandes empresas (desde IBM a Levi's), organismos (Greenpeace o la ONU) y decenas de medios de comunicaci¨®n. "Hasta la Casa Blanca, pasando, naturalmente, por las campa?as de Obama y Romney". Herman se muestra orgulloso de su criatura. "La verdad es que es bastante popular entre los medios de informaci¨®n de todo el mundo, y tambi¨¦n entre firmas de todo tipo, que lo integran para incluir lo que se est¨¢ diciendo de su producto". Al Yazira, por ejemplo ha creado The Stream, un g¨¦nero entero alrededor de Storify.
No tiene sentido empezar una historia y que sea una suma de tweets o entradas de Facebook,? mantiene el cofundador. Vuelve el periodista. Hay que contar una historia, narrar, poseer un argumento. "Yo quer¨ªa innovar sumando periodismo y redes sociales", comentaba en el mismo encuentro con sus colegas.
En una era incierta para los grandes medios de comunicaci¨®n, Herman se hizo emprendedor. Y se?ala las diferencias con arte: "Ser periodista implica tratar de ser lo suficientemente cuidadoso para no cometer nunca un error y resultar preciso. Construir una start-up significa equivocarte todo el tiempo y no tener miedo a fallar".
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