¡®Gears of war¡¯, masoquistas a la guerra

Matar bichos ya no vale. Por mucho que los monstruos tengan lanzagranadas o ametralladoras, y una cara nada amigable, eliminarlos es cosa de ni?os. M¨¢s aun para un gear, un experimentado soldado con una armadura enorme y un b¨ªceps que obligar¨ªa a Van Damme a sesiones extra en el gimnasio. As¨ª que, ante la cuarta entrega de sus aventuras, Gears of war Judgement, a la venta solo para Xbox 360 en Espa?a desde el pasado 22 de marzo, los programadores han introducido un nuevo elemento de diversi¨®n: el masoquismo.

El juego, para aquellos que lleguen con alg¨²n a?o de retraso o acaben de descubrir qu¨¦ es una Xbox 360, enfrenta a los pocos supervivientes del planeta Sera con las locustas, criaturas babeantes y armadas hasta los dientes que salieron del subsuelo para acabar con la humanidad. Con su climax de frenes¨ª y balas, adrenalina e inmediatez, el primer Gears of war (2006) grit¨® al mundo que la nueva generaci¨®n de consolas hab¨ªa llegado. El cap¨ªtulo original y sus dos secuelas llevaban a un grupo de soldados especialmente aficionados a las misiones suicidas y los chistes macabros por ciudades y escenarios maravillosamente reproducidos por el Unreal Engine (el motor gr¨¢fico) para intentar devolverles el favor a las locustas.

Durante los primeros tres cap¨ªtulos de Gears of war el equipo Delta, liderado por el carism¨¢tico Marcus Phoenix, un expreso que es liberado de la c¨¢rcel justo al principio del juego original, afront¨® todo tipo de asquerosidad emergida de las entra?as de Sera, sufri¨® bajas tr¨¢gicas y experiment¨® sorprendentes reencuentros. Entre gigantescas ara?as y enormes b¨ªpedos dotados de misiles, el usuario avanzaba por un mundo cada vez m¨¢s decadente y agonizante, procurando mantener viva la esperanza a base de ametrallar o serrar todo lo que se interpusiera en su camino.

Lo que, b¨¢sicamente, no deja de ser el principio fundamental de Gears of war Judgement. Con otros protagonistas, Baird y Cole, ya familiares para los fans de la saga. En otra ¨¦poca, antes incluso del primer Gears of war, y tan solo 30 d¨ªas despu¨¦s de la emersi¨®n de las locustas. Pero sobre todo con una gran novedad, a discreci¨®n del usuario. Ante cada enfrentamiento de este fren¨¦tico shooter en tercera persona el jugador puede buscar una calavera roja pintada en una pared y optar por un tiroteo normal o uno que siga la ley de Murphy. Por poner un ejemplo, ?para qu¨¦ afrontar un ej¨¦rcito de monstruos con el soporte de otra patrulla cuando se puede hacer en solitario, y con menos armas? No sean cobardes: ?prefieren meterse en un cuarto lleno de oscuros maratonistas con hachas que solo desean cortarles o hacer lo mismo pero a?adiendo kilos de polvo que hacen imposible ver nada hasta que no se tenga el monstruo a un cent¨ªmetro o directamente la pantalla de game over?

M¨¢s all¨¢ de subir el nivel del desaf¨ªo, el elemento introducido por People Can Fly, talentosos programadores polacos con los que Epic Games ha colaborado para esta cuarta entrega, aumenta tambi¨¦n las veces que se podr¨¢ volver a jugar el t¨ªtulo, hasta completarlo de la forma m¨¢s dif¨ªcil posible: es decir, en la llamada modalidad locura y escogiendo complicarse la vida siempre que se pueda.

Para alargar la jugabilidad de Gears of war Judgement est¨¢ tambi¨¦n (o sobre todo, seg¨²n el tipo de usuario) la modalidad multijugador. En este aspecto el t¨ªtulo mantiene la excelencia y la rapidez de sus antecesores, que ya llevaron a millones de usuarios a masacrarse online en feroces enfrentamientos de cinco contra cinco, en decenas de mapas y opciones distintas. Los que ya hayan jugado alg¨²n cap¨ªtulo de la saga se encontrar¨¢n con un in¨¦dito choque todos contra todos y echar¨¢n de menos las modalidades Bestia y sobre todo Horda ¨Clos gears ten¨ªan que sobrevivir en una arena a 40 oleadas cada vez m¨¢s poderosas de locustas ¨C inexplicablemente sustituida por la parecida pero menos intrigante Supervivencia.

A cambio, Gears of war Judgement ofrece la mejor gr¨¢fica de la saga, con luces y escenarios completamente realistas, y lleva al extremo la receta marca de la casa: los bichos salen por todos los lados y, gracias a la reaparici¨®n casual, volver a jugar una secuencia no significa encontrarse por fuerza con los mismos enemigos ni que salgan del mismo sitio. La alegr¨ªa, por desgracia, dura relativamente poco, ya que unas ocho o nueve horas son suficientes para terminar la aventura. Quiz¨¢s incluso menos, si van a lo f¨¢cil y aceptan ayudas y fusiles aliados. Pero, claro, ?qu¨¦ clase de gears son?