Los aparatos inteligentes nos pueden volver tontos
Programas como Freedom o SelfControl limitan la navegaci¨®n por Internet mientras se est¨¢ escribiendo
Durante mucho tiempo, los escritores se han instalado en lugares de retiro de los bosques para aislarse del mundo exterior y concentrarse en la p¨¢gina en blanco, pero cada vez es m¨¢s dif¨ªcil mantenerse alejado del mundo conectado. Algunos de esos retiros permiten acceso inal¨¢mbrico a estudios de escritura, mientras que otros, como Yaddo y MacDowell, limitan la posibilidad de navegar por la Red a sus bibliotecas.
¡°A veces, la gente se sorprende de su propia reacci¨®n¡± al desconectar, explica a The New York Times David Macy, director de MacDowell. ¡°Incluso existe una denominaci¨®n m¨¦dica para ello, o puede que sea el nombre que le dio [el peri¨®dico sat¨ªrico] The Onion: ¡®Ansiedad provocada por no estar en una zona con conexi¨®n inal¨¢mbrica¡±.
Algunos autores han instalado programas como Freedom y SelfControl para intentar limitar la navegaci¨®n por Internet. El novelista estadounidense Jonathan Franzen extrajo la tarjeta inal¨¢mbrica del ordenador y cort¨® el cable Ethernet para convertirlo en una m¨¢quina de escribir sin acceso a Internet, informa The Times.
El intento de minimizar las distracciones entra?a algo m¨¢s que nobleza. Las interrupciones nos idiotizan, seg¨²n una investigaci¨®n del Laboratorio de Interacci¨®n entre Humanos y Ordenadores de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, Pensilvania.
El grupo distra¨ªdo-interrumpido respondi¨® correctamente con una frecuencia un 20% inferior al grupo que no sufri¨® interrupciones
Los investigadores se propusieron calcular la potencia cerebral que se pierde cuando alguien es interrumpido, ya sea por una llamada telef¨®nica o un correo electr¨®nico, seg¨²n explican sus autores, Bob Sullivan y Hugh Thompson, en The Times. Cuando se avisaba a los sujetos de que se producir¨ªa una distracci¨®n y eran interrumpidos en el transcurso de una prueba, obten¨ªan unos resultados mucho peores que los de quienes trabajaban sin molestias. El grupo distra¨ªdo-interrumpido respondi¨® correctamente con una frecuencia un 20% inferior al grupo que no sufri¨® interrupciones.
C¨®mo controlar un tel¨¦fono m¨®vil y al mismo tiempo caminar sin tropezar es algo que Google esperaba resolver al crear Glass. Otras empresas tambi¨¦n est¨¢n facilitando el uso del tel¨¦fono durante la realizaci¨®n de otras actividades, seg¨²n comentan los psic¨®logos Daniel J. Simons y Christopher F. Chabris en The Times. En abril, Chevrolet hizo p¨²blica su ¡°integraci¨®n sin ojos ni manos¡± con Siri, la interfaz de control de voz para iPhone.
Pero el cerebro funciona de otro modo. ¡°El problema es que mirar y ver no es lo mismo¡±, escriben Simons y Chabris, ¡°y la gente hace suposiciones err¨®neas sobre lo que creen que le va a llamar la atenci¨®n¡±. Algunos experimentos han demostrado que no nos percatamos de cosas tan obvias como una persona disfrazada de gorila cuando se desv¨ªa nuestra atenci¨®n. ¡°Los investigadores, que utilizaron dispositivos de seguimiento visual, descubrieron que la gente puede pasar por alto el traje de gorila aunque lo est¨¦ mirando fijamente¡±, explican Simons y Chabris. ¡°Este fen¨®meno de la ¡®ceguera por desinter¨¦s¡¯ demuestra que lo que vemos no solo depende de d¨®nde miremos, sino tambi¨¦n de c¨®mo centremos nuestra atenci¨®n¡±.
Pocos escritores renunciar¨ªan a las capacidades de investigaci¨®n que ofrece Internet. Pero la nueva tecnolog¨ªa est¨¢ evolucionando con m¨¢s rapidez que nuestra habilidad para manejarla.
¡°Puede que Google Glass permita a los usuarios hacer cosas incre¨ªbles¡±, se?alan Simons y Chabris, ¡°pero no elimina los l¨ªmites de la capacidad humana para prestar atenci¨®n¡±.
Env¨ªe sus comentarios a nytweekly@nytimes.com
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