Congreso del libro electr¨®nico: ¡°El victimismo no ayudar¨¢¡±
S¨®crates criticaba amargamente la escritura, porque la palabra escrita corromp¨ªa la mente de los j¨®venes
El Primer Congreso del Libro Electr¨®nico se clausur¨® el viernes en Barbastro (Huesca). La segunda jornada estuvo dedicada al libro educativo, a la influencia de las tabletas y, en general, a lo que se nos viene encima, con o sin pirater¨ªa.
La educaci¨®n es un gran mercado que se abre al libro electr¨®nico, especialmente en un escenario de estudio a distancia a trav¨¦s de Internet como Coursera, Udacity o la UNED en Espa?a. Pero un simple archivo PDF no es un sustituto v¨¢lido para el libro de texto, asegura Daniel Torres, director del centro Superior de Ense?anza Virtual. Si el libro electr¨®nico no alcanza la calidad necesaria, los estudiantes prefieren el de papel.
En una librer¨ªa, el libro est¨¢ presente. En el oc¨¦ano de informaci¨®n de la Red, los electr¨®nicos se enfrentan al reto de la visibilidad, afirma Iria ?lvarez ,de Santillana. Aqu¨ª es donde el tradicional papel del librero se ve sustituido por las redes sociales que permiten que los autores conecten directamente con sus lectores, y que los lectores comenten sus obras favoritas en clubes literarios virtuales como Goodreads o Literalia.
Los libreros tienen v¨¦rtigo ante estos cambios, confiesa Juan Manuel Cruz, presidente de su asociaci¨®n, y reivindica una tradicional garant¨ªa de veracidad de la edici¨®n tradicional. La cadena del valor del libro impreso se ve profundamente afectada por el modelo virtual, y sus editores y distribuidores reclaman control, precios fijos y castigo a los piratas.
Las ventas digitales despegan lentamente, pero expertos como el editor Jaume Balmes lamentan que la exigua inversi¨®n produzca libros electr¨®nicos que son poco m¨¢s que un archivo de texto, dejando de lado las nuevas posibilidades de dise?o que crean una mejor experiencia de lectura.
Las tabletas y lectores no son solo soportes, y los libros no son solo contenido. Los dispositivos son una ventana a un ecosistema de contenidos, como lo define Koro Castellanos, de Kindle Espa?a. Los libros son objetos conectados que se abren otros libros y otros lectores. La experiencia est¨¢ determinada tanto por lo que aporta el autor como por las posibilidades que aporta la plataforma.
El victimismo no ayudar¨¢, y hay que ocuparse, no preocuparse dice Patxi Beascoa, de Random House Mondadori. Ocuparse de esa gente que sigue leyendo y ofrecer un buen libro electr¨®nico bien producido no se puede piratear. No se trata de imitar el libro de papel, sino ofrecer una experiencia nueva y ¨²nica.
Las decisiones sobre el futuro hay que hacerlas en el presente, insiste Javier Celaya. Si la industria editorial quiere ser relevante en los pr¨®ximos a?os tendr¨¢ que invertir fuertemente y asumir las p¨¦rdidas, o resignarse a seguir el destino de los gigantes de la industria discogr¨¢fica o la prensa, reducidos a una sombra de lo que fueron, su antiguo negocio en manos de los grandes de Internet.
S¨®crates critica amargamente la escritura en el di¨¢logo con Fedro, preocupado porque la palabra escrita corrompa la mente de los j¨®venes. Hace solo 500 a?os la humanidad aprendi¨® a embotellar su saber en toneladas de ¨¢rboles muertos. Hoy el mundo ha dado una vuelta m¨¢s sobre su eje, y nuestras herramientas, una vez m¨¢s, escriben el futuro de la humanidad.
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