El profesor vigila tu Facebook
GeoListening y CompuGuardian son contratados para rastrear la actividad de los alumnos en las redes sociales fuera de las aulas
Durante a?os, el trabajo de un director de colegio ha consistido en cerciorarse de que los estudiantes se comportaban en los pasillos y no fumaban en el lavabo. La vigilancia terminaba en las puertas del centro. Ahora, cuando los estudiantes tambi¨¦n protestan, se mofan o piden ayuda a gritos en las redes sociales, los educadores tienen m¨¢s oportunidades de controlarlos las 24 horas del d¨ªa. Y algunas escuelas recurren para ello a la tecnolog¨ªa.
Varias empresas se ofrecen para filtrar lo que hacen los estudiantes a trav¨¦s de la red del centro. Ahora, unas cuantas brindan herramientas automatizadas para escrutar tambi¨¦n las publicaciones realizadas fuera del campus en busca de peligros. Para los directores de los colegios, esto plantea nuevos interrogantes sobre si deber¨ªan ¡ªo si la ley les permite¡ª castigar a los ni?os por sus arrebatos en Internet.
El problema se ha agravado despu¨¦s de que una ni?a de 12 a?os se suicidara en Florida tras sufrir acoso escolar por la Red y en la vida real. Los educadores buscan el equilibrio entre el derecho de los estudiantes a la libertad de expresi¨®n y los problemas que los alumnos puedan tener por lo que publican en las redes sociales, tanto en el colegio como ante la justicia. Los tribunales han intervenido en este debate.
En septiembre, una corte federal de apelaciones de Nevada dio la raz¨®n a los responsables de un colegio que expulsaron a un alumno de segundo de secundaria por amenazar en Myspace con disparar a sus compa?eros. En 2011, un juzgado de Indiana sentenci¨® que la direcci¨®n de un colegio hab¨ªa violado la Constituci¨®n al castigar a las alumnas que posaban con piruletas con forma de falo en las fotos de una fiesta del pijama subidas a Facebook.
¡°Esto preocupa y, en algunos casos, supone un gran problema para los distritos escolares¡±, afirma Daniel A. Domenech, director general de la Asociaci¨®n Estadounidense de Administradores de Escuelas. Seg¨²n ¨¦l, la vigilancia de lo que dicen los alumnos en Internet puede resultar confusa. ¡°?Es algo que un estudiante tiene derecho a hacer o algo que va contra las normas y regulaciones de un distrito?¡±, plantea.
Las entrevistas con docentes indican que la vigilancia a los estudiantes fuera de los recintos escolares todav¨ªa se realiza principalmente sigui¨¦ndolos en las redes sociales o confiando en que estos cuenten sus problemas. Y vigilar a los alumnos en la red entra?a sus riesgos: una directora de Misuri tuvo que dimitir tras ser acusada de fisgonear a sus alumnos a trav¨¦s de una cuenta falsa de Facebook. ¡°Eran nuestros hijos a los que estaba vigilando¡±, dijo una usuaria de Twitter que se identific¨® como Judy Rayford cuando se dio a conocer la noticia el a?o pasado. Y sin ¡°autorizaci¨®n¡± de hijos ni padres, agreg¨®.
Pero la tecnolog¨ªa se est¨¢ poniendo al d¨ªa. En agosto, los responsables educativos de Glendale, California, pagaron a la tecnol¨®gica Geo Listening para que analizara las publicaciones de los ni?os del distrito en las redes sociales. La compa?¨ªa aseguraba que ayudar¨ªa a proteger a los estudiantes despu¨¦s de varios suicidios de adolescentes de la zona.
Los estudiantes se mofaron de la iniciativa en Twitter. Alguno afirm¨® que los directores del Distrito Unificado de Escuelas de Glendale (GUSD) ¡°ni siquiera entender¨ªan lo que tuiteo la mayor¨ªa del tiempo; deber¨ªan contratar a un analista de jerga de instituto #shoutout2GUSD¡±.¡°M¨¢s bien deber¨ªamos controlar al gusd¡±, escribi¨® un usuario de Twitter cuando un monitor, que neg¨® su culpabilidad, fue detenido por supuestos abusos sexuales.
Chris Frydrych, consejero delegado de Geo Listening, que tambi¨¦n tiene su sede en California, rechaza explicar c¨®mo funciona la tecnolog¨ªa de su empresa, y solo dice que combina ¡°una pizca de tecnolog¨ªa y mucho capital humano¡±. Seg¨²n el directivo, Geo Listening busca palabras clave y sentimientos en las actualizaciones p¨²blicas. Asegura que no leen los mensajes de Facebook dirigidos a ¡°amigos¡± o ¡°amigos de amigos¡±.
Frydrych tampoco revela con qu¨¦ otras escuelas trabajan, pero pronostica que a final de a?o tendr¨¢n contratos con 3.000 centros.
David Jones, de CompuGuardian, en Salt Lake City (Utah), se?ala que sus servicios permiten a los directores de los colegios controlar si los estudiantes investigan temas como la fabricaci¨®n de bombas o hablan de la anorexia. ¡°Te ayuda a descubrir qu¨¦ alumnos est¨¢n teniendo determinados problemas¡±, precisa. ¡°Y luego puedes profundizar en ellos¡±.
La cuesti¨®n reside en saber cu¨¢ndo se pasa de proteger a los ni?os unos de otros o de s¨ª mismos a coartar su libertad de expresi¨®n? John G. Palfrey Jr., director de la Academia Phillips en Massachusetts, aboga por un t¨¦rmino medio. ?l, que solo sigue a sus estudiantes en Twitter si ellos hacen lo propio, recela de las herramientas de vigilancia automatizadas. ¡°No queremos grabar todas las conversaciones que mantengan en el pasillo¡±, afirma Palfrey. ¡°La seguridad y el bienestar de nuestros estudiantes es nuestra m¨¢xima prioridad, pero tambi¨¦n necesitamos que dispongan de tiempo y espacio para crecer sin la sensaci¨®n de que estamos observando cada uno de sus movimientos¡±.
? 2013 New York Times News Service
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