Una ayuda ¡®online¡¯ para ser olvidado

Olv¨ªdame. Es el nombre (Forget.me) del primer servicio online que facilita ejercer el derecho al olvido en Google. La empresa inglesa Reputation VIP vio abrirse el nicho el pasado mayo, cuando el Tribunal Europeo reconoci¨® el derecho de los ciudadanos a suprimir del buscador aquellos datos irrelevantes y sin inter¨¦s p¨²blico que les afecten. Apenas un mes despu¨¦s lanzaron la p¨¢gina. Por el momento el servicio es gratuito, aunque en el apartado de preguntas m¨¢s frecuentes queda claro que solo ser¨¢ as¨ª durante la fase inicial.

Forget.me es un mero intermediario entre el gigante estadounidense y la persona f¨ªsica que quiere eliminar esos enlaces en la Red. Hasta el lanzamiento del servicio, la ¨²nica forma de ser olvidado era a trav¨¦s del formulario que el buscador puso a disposici¨®n de los internautas a finales de mayo. La multinacional asegur¨® el mes pasado que esas peticiones son analizadas de forma individual y la decisi¨®n que se adopta intenta encontrar un equilibrio entre el derecho de privacidad y el derecho a conocer y difundir informaci¨®n.

Lograr ese equilibrio convierte este nuevo derecho en un proceso con muchas aristas y t¨¦cnicamente problem¨¢tico, como explic¨® a este peri¨®dico el pasado 8 de junio Jos¨¦ Luis Pi?ar, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo, vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad San Pablo CEU y miembro del comit¨¦ internacional que Google nombr¨® para aplicar la sentencia. Facilitar, o al menos intentarlo, los pasos hacia el borrado de parte de la historia personal del individuo, parece ser la intenci¨®n con la que se cre¨® el dominio ingl¨¦s.

Las instrucciones del servicio son claras, y por ahora solo en ingl¨¦s. Despu¨¦s de introducir el nombre, apellidos y cuenta de email, Forget.me pregunta si se quiere revisar una petici¨®n de borrado o se desea hacer una por primera vez.

Al empezar una nueva, aparece una lista de todos los resultados que Google proporciona con el nombre introducido. A la derecha, un bot¨®n con una bandera permite seleccionar los que se quieren eliminar. A continuaci¨®n, la p¨¢gina propone varios textos predefinidos para justificar la solicitud que pueden ser editados por el usuario. Este paso es la parte m¨¢s importante del proceso. Y la m¨¢s complicada.

Ya sea a trav¨¦s del formulario de Google o de la ayuda de Forget.me, hay que explicarle a la multinacional ¨Ce intentar convencerla¨C por qu¨¦ esos enlaces deber¨ªan dejar de existir en la web. Seg¨²n la empresa inglesa que ha puesto en marcha el servicio, un texto mal escrito podr¨ªa provocar que el buscador rechazara la petici¨®n. Tambi¨¦n una mala explicaci¨®n.

El ¨²ltimo paso es decidir si se quiere copiar el texto que la p¨¢gina ofrece y enviarlo personalmente a trav¨¦s del formulario de Google, o hacerlo a trav¨¦s de la interfaz del servicio. Con la ¨²ltima opci¨®n, es Forget.me la que hace el seguimiento de las solicitudes y notifica la decisi¨®n final del buscador.

Si ya se tiene pensado qu¨¦ quiere ser eliminado y clara la argumentaci¨®n, la ¨²nica diferencia entre las dos opciones es la facilidad a la hora de seleccionar todos los enlaces de una misma vez y los textos predefinidos que pueden, o no, ser los m¨¢s adecuados. En cualquier caso, se puede elegir. La empresa inglesa es la primera en este nuevo nicho. Probablemente no ser¨¢ la ¨²nica.