Google tambi¨¦n usa drones de reparto

Agua, comida para perros y paquetes de primeros auxilios. Esas son las primeras entregas de los "veh¨ªculos de vuelo aut¨®nomo", como denomina Google a sus reci¨¦n anunciados drones. Forman parte del Project Wing (proyecto Ala en espa?ol), cuyas primeras pruebas han tenido lugar en Australia y Namibia. Seg¨²n explica un portavoz, no tienen nada que ver con su proyecto para llevar Internet en caso de emergencia a pa¨ªses desfavorecidos, sino que pretenden cubrir de manera eficiente la entrega de objetos en grandes extensiones poco pobladas. A la mente viene la propuesta de Jeff Bezos para repartir compras de Amazon. Sin embargo, Google no pretende vender nada, ni usarlo en zonas urbanas, la gran traba para el gigante del comercio, sino implantarlo all¨ª donde las carreteras, trenes o aviones no llegan.

El dise?o es peculiar: una estructura de fibra ligera y aerodin¨¢mica, cuatro h¨¦lices en la parte superior y un hueco en el centro para llevar la carga que se quiere transportar. Despega como un helic¨®ptero, en vertical, y una vez que alcanza la altura adecuada, planea en horizontal. En el interior esconde la tecnolog¨ªa necesaria para conectarse de manera remota a los servidores que lo controlan. Las rutas se determinan de antemano, pero es capaz de adaptarse a los cambios meteorol¨®gicos modificando la ruta.

Al igual que las gafas de Google, se trata de uno de los proyectos, en principio alocados, que salen de la mente del cofundador de la empresa, Sergey Brin. Durante sus dos semanas de vacaciones de verano se desplaz¨® a Australia para comprobar sobre el terreno si era viable o no su ¨²ltima fantas¨ªa. Los resultados, y el hecho de que lo hayan sacado a la luz, hacen ver que s¨ª.

La idea se fragu¨® a finales de 2011. No fue hasta julio de 2012 cuando consiguieron fichar a Nick Roy, un ingeniero aeron¨¢utico del MIT, enfrascado en un proyecto para llevar desfibriladores en pocos segundos. Para ello hab¨ªa desarrollado unos veh¨ªculos h¨ªbridos, capaces de volar pero tambi¨¦n de desplazarse. Era solo el punto de partida. En 2013 se tom¨® la decisi¨®n de que las alas de Google ser¨ªan solo y exclusivamente voladoras.

Seg¨²n el cient¨ªfico, sus aparatos son capaces de alejarse entre 40 y 60 metros de distancia de los obst¨¢culos a su alrededor y ¡°no se parecen en nada a esos juguetes que se usan los fines de semana en los parques¡±.

Una granja a las afueras de Warwick, a m¨¢s de 160 kil¨®metros de Brisbane, ha servido como laboratorio de pruebas de estos prototipos. Google sostiene que el amor por la innovaci¨®n de esta regi¨®n, as¨ª como sus cielos abiertos, lo hac¨ªan el lugar id¨®neo para ello, as¨ª como sus grandes oscilaciones en viento, temperatura y humedad en cuesti¨®n de horas. Lo que no indican es que es uno de los lugares del mundo con una legislaci¨®n m¨¢s laxa en este campo.

El aspecto l¨²dico, muy desenfadado, impregna cada hito en Google. No quer¨ªan ser menos esta vez, as¨ª que el primer objeto transportado fue una barrita de chocolate a solo un kil¨®metro de distancia. El vecino le devolvi¨® una bolsita con un <i>snack</i> en se?al de agradecimiento pocos minutos despu¨¦s. Despu¨¦s, intercambiaron chucher¨ªas para sus perros, ¡°no fuera que se pusieran celosos¡±. Todo muy simp¨¢tico, pero que encaja poco con la finalidad declarada del proyecto que es la de? llegar de forma m¨¢s segura, barata y eficiente donde no lo hacen otros medios de transporte. Los siguientes env¨ªos, hasta 30, llevaron vacunas para el ganado y kits de emergencia.

Brin amenaza: ¡°Ya estamos de vuelta en California, listos para hacer m¨¢s pruebas en forma de aventuras¡±.

Por ahora, no se concreta ni la autonom¨ªa ni la forma de recarga de los aparatos, sino que prefieren hacer un desglose de los problemas que resuelven. Seg¨²n un informe del Banco Mundial, solo el 13% de las carreteras de Per¨² est¨¢n bien asfaltadas. Google insiste en que ser¨¢n de gran ayuda en caso de cat¨¢strofes naturales para proveer de bater¨ªas, m¨®viles, agua y v¨ªveres.