La rob¨®tica, un juego de ni?os
La Madrid Games Week ofrece un taller para ense?ar programaci¨®n a los m¨¢s j¨®venes
¡°Estoy montando un robot de Lego para luego conectarlo al ordenador para conseguir que haga cosas como golpear una bola, seguir una l¨ªnea o notar si hay alguien y desviarse. Y luego ya al final conectarlo con bluetooth con el m¨®vil¡±. Vicente (11 a?os) lo explica as¨ª de claro. Y tan claro como lo explica se maneja, construyendo el Lego a toda velocidad, ¨¢vido por ponerse frente al teclado y programar su juguete. A media mesa de distancia, tambi¨¦n frente a un monitor y enfrentado a su primer videojuego como creador, Ed¨¦n (14 a?os) no lo ve tan coser y cantar: ¡°Aunque es un programa f¨¢cil, es bastante complicado. Solo hay que hacer un juego de atrapar bolas en el aire. Pero es dif¨ªcil¡±.
Son dos de los m¨¢s de 50 alumnos matriculados de entre 7 y 17 a?os para unas clases poco habituales a¨²n desde el pupitre: programar inform¨¢ticamente, descifrar el c¨®digo que rige nuestra sociedad digital. El lugar, la Madrid Games Week, bajo un ruido atronador de Youtubers, torneos y karaokes que hizo a los monitores tener que desga?itarse. La idea forma parte del creciente espacio cedido por la feria del videojuego a la rob¨®tica, que ha pasado de unas decenas de metros a varios cientos y es una iniciativa de la empresa Camptecnol¨®gico, que lleva desde 2011 ofreciendo cursos en m¨¢s de 12 comunidades aut¨®nomas.
Cada clase es para un grupo reducido, el de ayer de siete alumnos. Una mesa central divide las dos posibles actividades: o robots o videojuegos durante dos horas. La primera v¨ªa combina la construcci¨®n de Lego con motores con CPU incorporada que permite darles instrucciones sencillas, desde interactuar con objetos hasta seguir determinados patrones de movimientos. La segunda enfrenta a los chavales con un programa, el Scratch, que simplifica el entorno de construcci¨®n de un videojuego a ¨®rdenes sencillas. Por ejemplo, Ed¨¦n elige una pelota de f¨²tbol de una lista de objetos, luego le da un bocadillo de texto y la pelota dice ¡°hola¡± y luego le a?ade una orden de movimiento. ¡°Los p¨ªxeles son como los pasos¡±, adoctrinan los monitores. Ed¨¦n le mete m¨¢s de 200 y la pelota casi se sale de la pantalla.
¡°Ense?ar as¨ª funciona porque es un ¨¢mbito en el que se sienten muy c¨®modos y al que responden inmediatamente. Comprender c¨®mo funciona el mundo digital es tan clave como lo fue aprender ingl¨¦s¡±, afirma Jes¨²s ?ngel Bravo Duque (Bilbao, 1958), padre de la experiencia y CEO de Camptecnol¨®gico. El sue?o de este f¨ªsico es que este tipo de ense?anza se traslade a la educaci¨®n primaria. ¡°No basta empezar por la secundaria. El Reino Unido, por ejemplo, lo ha entendido perfectamente. Ha implantado en primaria la asignatura de programaci¨®n y dentro de ella se ense?a impresi¨®n 3D, rob¨®tica¡¡±.
Con los pies en Madrid, las 20.00 llegan. Mario ha conseguido que su robot esquive a las personas sin mayor esfuerzo y quiere dedicarse a esto a programar ¡°robots y videojuegos¡±. Ed¨¦n tambi¨¦n ha conseguido vencer las dificultades de programar su primer videojuego y le gustar¨ªa ¡°much¨ªsimo¡± poder ganarse la vida en el futuro con ello. Leo (11 a?os), que al que se le ha dado mejor hacer el juego que jugarlo ¡ªsolo acert¨® con una bola de las que caen del cielo, y que uno debe apretar con su propia mano, gracias a un sistema de captura de movimiento¡ª tambi¨¦n est¨¢ contento con la experiencia, aunque a lo de trabajar de esto contesta: ¡°Bueno eso yaaaa, habr¨ªa que pensarlo¡±. Pero m¨¢s a¨²n su padre, C¨¦sar Mart¨ªn (Madrid, 1975): ¡°Es bueno que los padres vengan aqu¨ª con sus hijos porque se venden m¨¢s videojuegos que cualquier otro art¨ªculo cultural en Espa?a y uno tiene que enterarse¡±.
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