La mansi¨®n de las ideas
Una treintena de j¨®venes emprendedores espa?oles convive en una casa de Brooklyn
En esta mansi¨®n no hay criados ni maderas nobles ni obras de arte. En esta mansi¨®n no hay objetos de plata ni trofeos de caza ni fiestas con esmoquin. De hecho, el cuartel general de StartupsMansion ni siquiera es una mansi¨®n. En esta casa del barrio chino de Brooklyn, cerca de la cicatriz de las v¨ªas del metro, lo que hay son habitaciones y ba?os compartidos, ropa tendida en los balcones, moquetas desvencijadas, restos de una fiesta de Halloween y el talento de una treintena de j¨®venes emprendedores espa?oles que han convertido el sitio en una incubadora de sus empresas. Est¨¢ por ver que del 909 de la calle 59, al sur del Green Wood Cemetery, vaya a surgir un futuro genio como Bill Gates o Steve Jobs, pero el garaje desde el que asaltar el mundo, al menos, lo tienen. No lejos de all¨ª, a un rato en Metro, est¨¢ Manhattan, Wall Street, Silicon Alley, los inversores, los contactos, los mentores¡ el dinero, en definitiva, para que esas semillas de talento germinen.
Vista desde fuera, la casa del proyecto StartupsMansion podr¨ªa recordar a un piso de camas calientes repleto de inmigrantes o al decorado de un reality show. El trasiego de gente, las idas y venidas al garaje de atr¨¢s y el rumor de las 38 personas all¨ª alojadas podr¨ªan confundir a m¨¢s de uno. Sin embargo, lo que encierra la casa con sus cinco ba?os y tres cocinas son ingenieros y desarrolladores de software y hardware, dise?adores gr¨¢ficos y de p¨¢ginas webs, y responsables de negocios con proyectos tan dispares como un parche para diab¨¦ticos, una aplicaci¨®n para viajar por el mundo sin saber el destino, otra para unificar recursos ¨²tiles para familiares de afectados por da?os cerebrales, una plataforma para gestionar suscripciones o un videojuego con aromas gallegos. Son ideas con nombres atractivos como SchoolMars, Ameiga, Gigoing, Visualfy, Tweri, Tuintra, Kydle y muchos m¨¢s. Pocos de los all¨ª alojados superan la treintena. Han decidido dejarlo todo para pasar tres meses en Nueva York, lo que dura su visado de turista, y probar suerte.
Los organizadores de StartupsMansion son Pascual Aparicio, de 43 a?os; Ignacio Hojas, de 20, y Carlos de Ory, de 25. Con experiencia en el mundo de las empresas tecnol¨®gicas incipientes pero cansados de los problemas para progresar en Espa?a, decidieron emigrar a San Francisco en busca de abono para sus proyectos. Lo costoso de la aventura les llev¨® a plantearla de otra manera: crear un programa-incubadora con m¨¢s gente y proyectos, y en un entorno tan bueno o m¨¢s que San Francisco, pero m¨¢s asequible y manejable: Nueva York. Lanzaron la idea por las redes y la respuesta fue instant¨¢nea: 750 emprendedores estaban dispuestos a cruzar el charco con ellos. Seleccionaron a 31. Ya s¨®lo quedaba alquilar una casa con garaje. Brooklyn fue el barrio elegido y los propietarios, una familia china.
StartupsMansion cobra una tarifa de unos 2.000 euros a cada participante que incluye avi¨®n, alojamiento, el lugar de trabajo y los contactos y agenda necesaria para que los emprendedores pueden ampliar sus horizontes. El programa tiene tres fases: la toma de contacto (los participantes se conocen e intercambian sus experiencias), el desarrollo de los proyectos (las ideas se llevan a puerto o se descartan) y el cierre (se presentan resultados y se valoran los objetivos alcanzados). ¡°Nuestra filosof¨ªa es: equiv¨®cate mucho, equiv¨®cate pronto y equiv¨®cate barato. Se trata de probar con los recursos que tenemos. Estamos satisfechos. Queremos que el programa tenga continuidad¡±, afirma Aparicio.
¡°Nuestra filosof¨ªa es equiv¨®cate mucho, equiv¨®cate pronto y equiv¨®cate barato¡±, dice uno de los organizadores
A juzgar por la opini¨®n de los participantes, la experiencia, que termina el pr¨®ximo 3 de diciembre, ha sido muy positiva. Lander Amorrortu, bilba¨ªno de 34 a?os, se dedica a la realidad virtual aplicada a la gran industria energ¨¦tica. Su estancia en Nueva York le ha permitido acercarse a los grandes actores del mercado de EE UU. ¡°Y en mi empresa han aprendido a estar sin m¨ª. S¨®lo por eso ya ha valido la pena¡±, bromea. Merche S¨¢nchez, barcelonesa de 30 a?os, cerr¨® su aceleradora de startups antes de sumarse al proyecto. Tras la experiencia neoyorquina, su pr¨®ximo destino en Silicon Valley. ¡°Necesitaba parar un poco y ver c¨®mo funciona el mundo de los emprendedores aqu¨ª. Estoy muy contenta¡±, confiesa.
Eduardo Jorgensen, de 22 a?os, est¨¢ al frente de su empresa MedicSen (tecnolog¨ªa al servicio de la salud) y a punto de acabar Medicina. Lleg¨® a StartupsMansion con un proyecto de un parche para diab¨¦ticos. Ante las dificultades para desarrollarlo sin sus socios de Madrid, decidi¨® unirse a Merche S¨¢nchez para crear Mistery Tour, una plataforma de viajes para aventureros en la que el usuario no conoce su destino hasta horas antes de emprender la ruta. El leridano Xavier Barata, de 32 a?os, fundador de King of App, est¨¢ moviendo su plataforma para hacer aplicaciones de m¨®vil. Busca inversores. De momento ya le han cedido un puesto en el pr¨®ximo MobileWorld Congress de Barcelona.
Muchos de los proyectos son hijos de Brooklyn, nacidos de una conversaci¨®n a altas horas de la madrugada, de un paseo o de una noche de copas. Es el caso de Shouter, una aplicaci¨®n para contactar con gente para cualquier cosa, desde tomar un caf¨¦ o pedir informaci¨®n sobre algo, en un determinado radio de acci¨®n. Su desarrollador es el onubense Jos¨¦ Vicente Lobo, de 24 a?os. ¡°Ven¨ªamos en el Metro y empezamos a hablar de ello. Ya la tenemos en marcha. Ha sido incre¨ªble¡±, recuerda.
El gallego Abd¨®n Rodr¨ªguez, de 22 a?os, tambi¨¦n ha mejorado su videojuego War of Sides a base de probarlo con sus compa?eros de cuarto. El jiennense Manuel Zafra ha aprovechado sus meses sin sueldo fuera de Telef¨®nica para lanzar su plataforma de gesti¨®n de suscripciones y para desarrollar su curiosa aplicaci¨®n para m¨®viles: con s¨®lo dar tus medidas te dice qu¨¦ marca de ropa se ajusta mejor a tu cuerpo. Sus vecinas de planta, la espa?ola Miriam Alcaide, de 31 a?os, y la colombiana Elena Yepes, de 32, trabajan en algo m¨¢s trascedente: Tweettohelp, una plataforma que conecta a las empresas, las ONG y los usuarios de las redes sociales para mejorar la responsabilidad social corporativa de las primeras. ¡°Por cada tuit, la empresa planta un ¨¢rbol. La idea ha tenido una gran aceptaci¨®n en el entorno ONG de aqu¨ª¡±, se congratula Miriam.
¡°Una de las exigencias para participar en el proyecto es que todo el mundo tiene que estar abierto a colaborar¡±, explica Aparicio. A colaborar y a aprender. Durante los tres meses de estancia, los emprendedores reciben visitas de dos o tres d¨ªas de diversos mentores, los ¨²nicos que disfrutan de habitaci¨®n individual en la casa de Brooklyn. Se trata de profesionales como Andr¨¦s Leonardo Mart¨ªnez, responsable de desarrollo de programas en Google; Luis L¨®pez, experto en cuestiones legales relativas a la privacidad; Juan Manuel Baixauli, empresario de los viajes online, o Juan Merodio, experto en redes sociales. Los que no pueden viajar a Nueva York se hacen presentes por videoconferencia en el garaje de StartupsMansion. Aguantar el fr¨ªo all¨ª es otra de las pruebas que deben superar estos aventureros.
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