El futuro no es futurista
El 2015 que se avecina no se parece mucho al que vivi¨® Marty McFly en ¡®Regreso al futuro 2¡¯. ?Y los monopatines voladores?
Solemos celebrar que un autor de ciencia-ficci¨®n en realidad est¨¦ hablando de nuestro presente cuando supuestamente est¨¢ describiendo nuestro futuro. A lo mejor estamos premiando algo que es inevitable. ?Acaso es posible proyectarnos al futuro sin cargar con las neuras y cerraz¨®n del presente? En Regreso al futuro, los a?os cincuenta que ve¨ªamos eran una evocaci¨®n de un pasado id¨ªlico que solo podr¨ªa darse desde la ingenuidad pol¨ªtica de los a?os ochenta. Si la pel¨ªcula se rodase ahora, Marty McFly se enfrentar¨ªa a unos a?os cincuenta pos-Mad Men llenos de sombras y humo. De igual manera, el futuro imaginado en Regreso al futuro 2 funciona, m¨¢s que como una especulaci¨®n, como el retrato perfecto del furor consumista de la d¨¦cada que iba a empezar, los ruidosos noventa.
?Qu¨¦ tiene que ver el 2015 de Regreso al futuro 2 con el 2015 que nos espera? Teniendo en cuenta que la pel¨ªcula retrataba la plaza de una peque?a ciudad como si fuese un parque de atracciones para la clase media, podemos decir que nada.
Un Hill Valley 2015 ajustado a la realidad nos mostrar¨ªa la plaza del pueblo como un lugar igual de ¨¢rido que su contrapartida en el lejano Oeste. La mayor parte de establecimientos se habr¨ªan trasladado a un centro comercial en las afueras y muchos locales estar¨ªan cerrados y vac¨ªos, eternamente a la venta. S¨ª, el Hill Valley del 2015 es el pueblo que atisb¨¢bamos al comienzo de Perdida.
Por ejemplo, el tibur¨®n hologr¨¢fico que ataca a Marty McFly es de los gadgets de la pel¨ªcula que m¨¢s cerca est¨¢n de la realidad, entre las gafas Oculus Rift, la evoluci¨®n del 3D y la realidad aumentada, pero est¨¢ ubicado en uno de los sitios m¨¢s imposibles de toda la pel¨ªcula: una sala de cine en el centro del pueblo.
Tampoco tendremos a mano coches y monopatines voladores, este ¨²ltimo uno de los artilugios futuristas m¨¢s deseados de todos los tiempos. Los drones nos han explicado algo que ya sab¨ªamos: para que una tecnolog¨ªa semejante invada el mercado dom¨¦stico antes ha debido ser desarrollada con fines militares. So?ad con monopatines, triciclos, bicicletas y coches voladores cuando ya llevemos un a?o, como m¨ªnimo, viendo soldados hacer piruetas en el aire en Oriente Medio.
Tampoco llegar¨¢n a tiempo las ropas con tallas ajustables al cuerpo que vemos en la pel¨ªcula. Las grandes firmas todav¨ªa est¨¢n invirtiendo demasiado en fomentar el proceso inverso, el de que los cuerpos se ajusten a las tallas.
En definitiva, nuestro 2015 no se va a parecer al futuro imaginado. Aunque si hay que apostar, apuesto por la pizza que crece en un suspiro. Un momento... ??Tenemos wi-fi y no tenemos eso?!
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