Hololens, la gran sorpresa de Microsoft
Las nuevas gafas de la compa?¨ªa mezclan la realidad aumentada con la realidad virtual
En cada presentaci¨®n del fundador de Apple, Steve Jobs, se esperaba el m¨ªtico momento ¡°one more thing¡±, su frase m¨¢gica para sacarse un nuevo producto de la chistera. Cuando su eterno rival desvel¨® unas inesperadas gafas consigui¨® un efecto similar. La sorpresa cautiv¨® a un auditorio que no esperaba nada similar. Quiz¨¢ un wearable, aunque ya ten¨ªan una pulsera deportiva, pero no algo verdaderamente rompedor. Hololens son unas gafas, s¨ª, pero muy distintas de las de Google, de realidad aumentada, o las Oculus Rift compradas por Facebook de realidad virtual. Mientras que las primeras muestran una capa de contenido digital sobre la realidad, y las segundas recrean escenario inmersivos sin ver lo que nos rodea en el mundo real, las de Microsoft son un h¨ªbrido entre ambas.
La versi¨®n que Microsoft dej¨® probar, sin posibilidad de llevar el m¨®vil a la sala, hacer fotos y mucho menos v¨ªdeos, difiere de la mostrada en la presentaci¨®n. ¡°Por pocas semanas no hemos llegado¡±, se justificaban. La toma de contacto se hizo en una peque?a sala que ambientaba el sal¨®n de cualquier hogar. En la pared, unos cables. En la mesa, un destornillador, cables, interruptor y un sensor de corriente el¨¦ctrica. Tras ponerse el artilugio en la cabeza, cuyo prototipo es casi un casco y debe tomarse por dos varillas marcadas para no desmontarlo, es necesario colgarse una petaca del cuello. Se trata del procesador gr¨¢fico, que en el prototipo no se ha minimizado hasta poder dejarlo dentro del dispositivo. Antes de comenzar la prueba, unas ¨²ltimas instrucciones: se apunta con la mirada y con la mano derecha, semiextendida, dedo ¨ªndice hacia arriba se fija el puntero, si se baja el dedo, como si se pulsase un spray, se consigue un efecto similar al de hacer clic con el rat¨®n. Los primeros minutos se siente cierto mareo, despu¨¦s parece natural esa realidad sobreimpresa.
De repente, en pantalla, o en la realidad, es dif¨ªcil discernir, aparece una persona en una llamada de Skype. Ejerce como t¨¦cnico que se presta a ayudar a montar el interruptor que encienda la l¨¢mpara. Si se mueve la cabeza, el t¨¦cnico no deja campo de visi¨®n. Primer consejo, anclar la llamada. Un bot¨®n con forma de chincheta junto a la llamada sirve para dejar en un punto fijo las aplicaciones. Indica qu¨¦ herramientas tomar y c¨®mo hacerlo para evitar un disgusto. Dibuja trazos, que se ven como hologramas en relieve, para unir bien los cables. Cinco minutos despu¨¦s, ?funciona!
Una ventaja a?adida, las llamadas, se pueden grabar. Saber que el interlocutor ve lo mismo que el usuario de las gafas, y que se puede consultar a posteriori, representa un gran potencial a explotar en el campo m¨¦dico y educativo. ?C¨®mo ser¨ªa operar con un experto dando indicaciones? ?C¨®mo visitar una ciudad con un amigo que ha vivido all¨ª guiando los pasos y disfrutando del paseo?
HoloStudio no pretende ser especialmente l¨²dico, pero es adictivo
Siguiente sala, Minecraft. El juego de construcci¨®n cobra una nueva dimensi¨®n, mucho m¨¢s rica, cuando se juega en las gafas. Se puede construir una fortaleza sobre el sill¨®n de casa, despu¨¦s, pasear alrededor. El uso es fluido, sin cortes. La sensaci¨®n, que el juego tiene mucho m¨¢s sentido as¨ª, que desde el principio parec¨ªa pensado para disfrutarlo as¨ª.
HoloStudio no pretende ser especialmente l¨²dico, pero es adictivo. En apariencia es un taller de creaci¨®n de figuras. En la realidad, un primer paso para popularizar la impresi¨®n en tres dimensiones. Quita de enmedio todo el proceso de aprender a modelar en el ordenador, para hacerlo usando las manos, movimientos y gestos, para ver c¨®mo quedar¨¢ en el mundo real sin necesidad de abstracci¨®n. Despu¨¦s, el patr¨®n se puede llevar a la impresora.
Ni se sabe fecha de salida, ¡°durante el ciclo de vida de Windows 10¡±, algo que puede hacerles caer en la decepci¨®n que trata de superar Google Glass, ni se ha dado una aproximaci¨®n sobre su precio.
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