Silicon Valley se mira el ombligo

Apenas hubo espacio para la cr¨ªtica, tan solo una menci¨®n a la necesidad de incluir m¨¢s personas de color y mujeres en el mundo tecnol¨®gico. Ni una sola menci¨®n para los latinos. El resto de la velada fue una constante celebraci¨®n de c¨®mo Silicon Valley est¨¢ cambiando el mundo. Es lo que se espera da una gala considerada los Oscar de la tecnolog¨ªa. La octava edici¨®n de los Crunchies, dedicados a ensalzar lo mejor de 2014, puso el cartel de no hay billetes, a casi 100 d¨®lares cada uno, en uno de los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos de la ciudad, en la Sinf¨®nica de San Francisco.

A la entrada, limusinas, coches de lujo, seguridad y medio centenar de manifestantes que culpan al sector tecnol¨®gico de acabar con la esencia de la ciudad. Entre los pancartas y c¨¢nticos, protestas por los desahucios y reproches a Uber por considerarse por encima de la ley.

Protestas contra Uber

El maestro de ceremonias fue una estrella medi¨¢tica, TJ Miller, m¨¢s conocido como Erlich Bachman de la serie de HBO Silicon Valley, una parodia que recrea con agudeza el d¨ªa a d¨ªa de lo que ¨¦l mismo denomin¨®: ¡°empollones so?adores¡±. Entre el p¨²blico chaquetas, pajaritas, vaqueros y muchas zapatillas de deporte. Entre ellas, pocas, vestidos entre la gala y el mismo que se us¨® para ir a la oficina pocas horas antes. Se intenta dar glamour, pero el ambiente distendido que impera en la ciudad termina por contagiar hasta lo supuestamente cuidado.

Hubo juegos de palabras, como los intentos del presentador por crear nuevos lemas para las empresas que compet¨ªan. ¡°Fitbit: si no subes las escaleras, mueres. Uber: dame cinco estrellas¡±, una referencia a la petici¨®n de los conductores a los cliente. Ya no hay propinas, pero s¨ª recomendaciones sociales que marcan la diferencia a la hora de conseguir m¨¢s viajes. Cuanto mejor es la valoraci¨®n, m¨¢s servicios les da el algoritmo de Uber. ¡°Spotify: no pagas nada porque nosotros no pagamos a nadie¡±, un gui?o a las quejas de los artistas.

Shyp, dedicada al env¨ªo de paquetes con solo hacer una foto desde el m¨®vil fue objeto de mofa constante. Travis Kalanick, cofundador y consejero delegado de Uber, mostr¨® su nueva cara cuando recogi¨® el premio a la mejor aplicaci¨®n del a?o. Y reividic¨® su labor al presentar la categor¨ªa de mejor aplicaci¨®n extranjera, precisamente ¨¦l, mientras Uber, mantiene litigios en juzgados de medio mundo: ¡°A veces tengo la sensaci¨®n de que la tecnolog¨ªa no existe fuera de California¡±. Fue su ¨²nica declaraci¨®n ¨¢cida. Pas¨® por encima de las protestas que segu¨ªan fuera y no quiso hacer menci¨®n alguna al ej¨¦rcito de conductores sin seguro m¨¦dico. Uber genera empleo, casi todo a tiempo parcial, pero en la mayor¨ªa de los casos, tambi¨¦n informal.

Se dio un repaso a todos los t¨®picos habituales. Desde la necesidad de seguir so?ando a filantrop¨ªa. Se puso como ejemplo a Jeremy Stoppelman, creador de Yelp, pero tambi¨¦n al premiado como mejor directivo del a?o Marc Benioff. El fundador de Salesforce, con 15.000 empleados, dej¨® su trabajo en Oracle para crear su propia compa?¨ªa. 20 a?os despu¨¦s tiene un hospital infantil con su nombre gracias a donar el 1% de las acciones de la empresa y de sus ganancias en una fundaci¨®n.

Como en los ?scar de Hollywood, los encargados de presentar y entregar las diferentes categor¨ªas de premios fueron estrellas del mundillo. Como Kevin Systrom, fundador de Instagram, o Nathan Blecharczyk, de Airbnb. De repente, apareci¨® un perro en el pasillo central. Era otra broma relacionada con la sencillez de los env¨ªos de Shyp. Una sucesi¨®n de nombres y aplicaciones que dejan fuera de juego a cualquiera que viva ajeno al mundo de las aplicaciones.

Fiel reflejo de la realidad que se vive, solo dos mujeres contaron con atenci¨®n especial. Por suerte, fue por su trabajo. Marissa Mayer, nominada en la categor¨ªa de directiva del a?o y Elizabeth Holmes, la multimillonaria creadora de Theranos, elegida mejor startup de salud, cuyo discurso fue el m¨¢s emotivo dela velada: ¡°Me siento muy honrada por seguir este legado, por formar parte de este lugar llamado Silicon Valley, por mezclar salud y tecnolog¨ªa. Ahora bien, quiero pediros ayuda, quiero que nadie diga adi¨®s a su sue?o demasiado pronto por falta de oportunidades¡±.

Entre los triunfadores indiscutibles, la mensajer¨ªa, con Line como mejor aplicaci¨®n internacional, Slack, enfocado a mejorar el trabajo en equipo, y los servicios de gratificaci¨®n inmediata, categor¨ªa en la que entra cualquier programa que con un solo bot¨®n lleve hasta uno una comida, objeto o ayuda en poco tiempo.

Ah, que nadie intente emprender en Oakland, al otro lado de la bah¨ªa. Fue otra de las bromas m¨¢s celebradas. Silicon Valley celebr¨® su prosperidad con una ducha de optimismo. ¡°Estamos cambiando la cultura local y global desde este rinc¨®n del mundo¡±, celebr¨® el presentador. Se dej¨® de lado el stress para ser ramen profitable, el punto en que una empresa da como para pagar los gastos de los fundadores, en un gui?o a la t¨ªpica dieta de fideos instant¨¢neos.