¡®Retrona¨²tica¡¯: el pasado siempre vuelve en Internet
Las webs y las cuentas en redes sociales basadas en la nostalgia triunfan en la Red
Internet se ha convertido en la herramienta perfecta para la industria de la nostalgia. Nunca antes se hab¨ªa tenido a mano una tecnolog¨ªa tan sofisticada para idealizar el pasado. Da igual ser un rom¨¢ntico de la postguerra brit¨¢nica, o de los Space Invaders. Tampoco importa ser demasiado joven para alcanzar a haber vivido los a?os que se a?oran. En Internet se halla un sitio para alimentar cualquier mitoman¨ªa particular.
Los adolescentes de Reino Unido est¨¢n fascinados por las fotos de la postguerra brit¨¢nica. Las suben a Pinterest, Facebook o Instagram y son compartidas hasta el cansancio entre gente que no vivi¨® aquellos malos tiempos. La foto del primer ministro hind¨² Jawahaelal Nehru sonriendo junto a la arist¨®crata y ¨²ltima virreina de la India, Lady Mountbatten, justo antes de la independencia en 1947, es muy popular entre los chicos. En la imagen tambi¨¦n aparece Lord Mountbatten a quien se le adjudican unos cuernos bien puestos. El diario The Guardian ha bautizado el fen¨®meno como retrona¨²tica y lo califica como un t¨¦rmino tecnol¨®gico de moda.
Los observadores de la tendencia, aunque no consiguen explicar por qu¨¦ los j¨®venes de hoy pueden estar emocionados por una historia de adulterio del siglo pasado, s¨ª dicen que es posible sentir nostalgia de una ¨¦poca que no se ha vivido. Lo que tambi¨¦n servir¨ªa para explicar la preferencia de algunos chicos por jugar videojuegos al modo de los a?os 90: un servicio que proporciona The National Videogame Archive (con sede en Bradford) vendiendo simuladores virtuales de ordenadores antiguos para jugar viejos juegos en un entorno id¨¦ntico al de los a?os 90.
El blog Mashable, uno de los m¨¢s importantes sobre Internet, tambi¨¦n le dedica al pasado una sesi¨®n llamada, c¨®mo no, Retronaut, con fotos del archivo del curador Chris Wild, creador de la web Retronaut y uno de los pioneros de la tendencia. En esa ventana al pasado se ha podido ver a Jay Z conduciendo por Londres con 19 a?os o a Colin Powell ensayando una especie de selfie en 1950.
Seg¨²n explica el profesor Clay Routledge, que investiga en la Universidad Estatal de Dakota de Norte la funci¨®n existencial de la nostalgia, hay dos maneras de mirar al pasado. Una es autobiogr¨¢fica, y supone la vuelta sobre los propios recuerdos, y otra es hist¨®rica, y se sustenta en los referentes culturales de cada quien. ¡°Creo que la nostalgia hist¨®rica existe porque una generaci¨®n se la transmite a la siguiente. Es decir, en la familia los mayores pasan su a?oranza a los j¨®venes. Es el modo en que una generaci¨®n conecta con otra¡±, explica.
Creo que la nostalgia hist¨®rica existe porque una generaci¨®n se la transmite a la siguiente" (Clay Routledge, profesor de la Universidad Estatal de Dakota de Norte)
Yo fui a EGB, el libro m¨¢s vendido de Espa?a en 2014 seg¨²n Nielsen, es una loa al pasado nacida en una p¨¢gina de Facebook. Lo que empez¨® como un juego ya va por dos libros publicados y un disco. Seg¨²n cuenta uno de sus autores, Jorge D¨ªaz, un d¨ªa decidi¨® pasar a la red social las conversaciones con sus amigos que en alg¨²n momento siempre llegaban al ?te acuerdas de¡? ¡°De nuestra generaci¨®n todo el mundo recordaba La Bola de Cristal o Verano Azul, pero otras cosas peque?as, como los bolis que us¨¢bamos o los dibujos animados, se estaban olvidando¡±. Crearon la marca Yo fui a EGB en Facebook y r¨¢pidamente se hizo viral: ¡°Crec¨ªamos de 20.000 en 20.000 usuarios¡±. Luego, abrieron el blog y, finalmente, una cuenta en Twitter. El primer libro se public¨® en noviembre de 2013 y va por la edici¨®n n¨²mero 15. Su blog tiene dos millones de p¨¢ginas vistas y 750.000 usuarios ¨²nicos al mes. Van por la vida con esta m¨¢xima por delante: ¡°No somos nost¨¢lgicos, m¨¢s que nada porque ya no hay nostalgias como las de antes¡±.
Por encima de las cifras contundentes del ¨¦xito de Yo fui a EGB, a sus creadores les sorprende la implicaci¨®n de la comunidad que se ha creado en Internet. ¡°La gente nos manda fotos antiguas, las bolsas de Galer¨ªas Preciados o de Pryka que se encuentran en la casa del pueblo. Un obrero de Andaluc¨ªa levant¨® un suelo y encontr¨® un chicle Boomer y tambi¨¦n nos lo envi¨®. Lo bueno es que en los a?os 70 y 80 hab¨ªa pocas marcas, todo era m¨¢s homog¨¦neo y todos hac¨ªamos lo mismo. Un ni?o de ahora lo tendr¨ªa m¨¢s dif¨ªcil porque el consumo est¨¢ m¨¢s fragmentado¡±, afirma Jorge D¨ªaz.
'Yo fui a EGB', que sale de una p¨¢gina de Facebook, fue el libro m¨¢s vendido de Espa?a en 2014 seg¨²n Nielsen
Junto al otro creador del fen¨®meno Yo fui a EGB, Javier Ikaz, ha tenido que dedicarse en exclusiva a alimentar la nostalgia de su generaci¨®n. ¡°Hemos tenido que aparcar todo, escribimos un post diario en el blog y contestamos a todos los comentarios, nos pasamos el d¨ªa investigando y buscando fotos de la ¨¦poca¡±, asegura D¨ªaz, que afirma que tienen seguidores que nunca fueron a EGB.
Idealizar el pasado es algo que han hecho los hombres a lo largo de la historia, pero ahora Internet permite retroalimentar la melancol¨ªa con media humanidad, y abre la posibilidad de documentar hasta el detalle cualquier recuerdo. Solo por mencionar un recurso disponible para la nostalgia, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos ha digitalizado m¨¢s de siete millones de fotograf¨ªas y las ha organizado en galer¨ªas tem¨¢ticas. Adem¨¢s ha subido a Internet mapas, grabaciones en v¨ªdeo y audio, peri¨®dicos, cartas y diarios personales. Todo puede ser consultado por el p¨²blico en el archivo American Memory.
Los proyectos de digitalizaci¨®n de gran volumen de documentos hist¨®ricos son una mina para los nost¨¢lgicos. Jos¨¦ Castellano se mueve muy bien por sus entretelas para nutrir sus cuentas de Instagram y Facebook donde se le conoce como Le Marais. Lo suyo es la est¨¦tica de los a?os 30 y 40. ¡°Las fotos me entran por los ojos. Es una cuesti¨®n de tonalidades y filtros. Tambi¨¦n podr¨ªa gustarme una imagen de 2014¡±. Castellano tiene fichada una colecci¨®n de galer¨ªas que ¨¦l llama ¡°retrovintage¡±, pero no se considera un sujeto melanc¨®lico: ¡°En mi caso es pura est¨¦tica. No siempre tiempos pasados fueron mejores, y yo no me cambiar¨ªa por esos buenos se?ores, pero tengo que reconocer que algo tienen esas fotos¡±.
La ¨²ltima vuelta de tuerca nost¨¢lgica en Internet es recrear fotos de la infancia. Amigos que se re¨²nen y repiten una foto que se hicieron en el colegio veinte a?os antes, en el mismo sitio e id¨¦ntica postura, y si es posible con ropa similar. Mujeres que vuelven a hacerse su foto de la clase de ballet treinta a?os despu¨¦s. Luego se comparten el original y la copia nost¨¢lgica y son vistas por miles de personas que replican la tendencia. Es otra aportaci¨®n de Internet a la idealizaci¨®n del pasado, con un efecto de imitaci¨®n reproducido exponencialmente y con una enorme disponibilidad de una filtros y tonos para dotar de tonos sepias y sombras melanc¨®licas cualquier alusi¨®n al pasado.
En las universidades de Southampton (Reino Unido) y North Dakota (Estados Unidos) se empieza a desarrollar una incipiente ciencia de la nostalgia, una disciplina joven que comenz¨® a emerger hace un par de d¨¦cadas. Su misi¨®n es buscar una explicaci¨®n biol¨®gica a la man¨ªa, exclusivamente humana por otra parte, de idealizar el pasado. Si los psiquiatras de los siglos XVII y XVIII y XIX consideraron la melancol¨ªa un s¨ªntoma de depresi¨®n y de enfermedad mental, estos nuevos investigadores, en su mayor¨ªa expertos en comportamiento, afirman que recordar el pasado tambi¨¦n podr¨ªa tener beneficios psicol¨®gicos.
Seg¨²n esta nueva corriente liderada por el profesor Clay Routledge la nostalgia genera sentimientos positivos, refuerza la autoestima y fortalece los v¨ªnculos con otras personas. Desde los laboratorios de Psicolog¨ªa Experimental de la Universidad de North Dakota, Routledge y su equipo llevan m¨¢s de diez a?os de experimentos con el objetivo de ¡°redimir la nostalgia¡±. Estos cient¨ªficos inducen los recuerdos en condiciones de laboratorio, por ejemplo mediante la m¨²sica, o los olores, y han comprobado que volver sobre emociones pasadas pone a la gente de buen humor. ¡°Pensar en buenas experiencias del pasado hace que la gente se sienta mejor en el presente¡±, afirma Routledge.
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