Entramos en la gran nave de Facebook
La sede de la red social, proyectada por Frank Gehry, carece de despachos
Los cristales dan un toque de lujo, pero es una de las pocas concesiones a un espacio muy funcional con capacidad para m¨¢s de 5.000 empleados. As¨ª es la nueva sede de Facebook en Menlo Park (California, EE UU), apenas separada por una carretera de la anterior, pero radicalmente distinta.
El aparcamiento est¨¢ al nivel del suelo. En el primer piso, una nave di¨¢fana de 40.319 metros cuadrados, con altura de casi siete metros, da cobijo a los empleados. Los empleados de marketing, comunicaci¨®n, movilidad y parte de seguridad ya han hecho la mudanza de sus escritorios, que pueden acondicionar a su gusto. Los enjambres de puestos de trabajo, mesas amplias para seis u ocho empleados, se unen por departamentos, a los que denominan barrios.
Encontramos cafeter¨ªas y neveras junto a lugares para reuniones improvisadas cada pocos pasos. Ni un solo despacho, solo bancos corridos
Mark Zuckerberg celebra que el edificio se haya entregado a tiempo y dentro del presupuesto, algo poco habitual en este tipo de proyectos. La idea comenz¨®, de la mano de Frank Gehry, en 2010 y su puesta de largo tuvo lugar el pasado mes de abril. Poco a poco, de manera discreta, comienzan a abrirse las puertas a los visitantes.
A la entrada, un mont¨®n de bicicletas con cascos en la cesta frontal. Pasada la recepci¨®n, en la primera planta, encontramos cafeter¨ªas, neveras y aperitivos junto a lugares para reuniones improvisadas cada pocos pasos. No hay un solo despacho, solo bancos corridos. Los m¨¢s impacientes recorren los pasillos en patinete. Tambi¨¦n puede dirigirse a una m¨¢quina expendedora donde, gratis, le dar¨¢n un teclado o auriculares de su gusto.
En el techo, una mara?a de tubos y cables. En el extremo norte del edificio, la cantina, con multitud de platos de todas las latitudes que cambian cada d¨ªa. Se puede encargar la hamburguesa o el perrito en un iPad, porque todav¨ªa se deja una rendija para la comida no tan sana. No es la norma en la zona, ni lo recomendable, pero todo vale para satisfacer a los empleados m¨¢s exigentes.
Las ensaladas, hechas al momento o con las combinaciones m¨¢s frecuentes, se hacen con verduras y hortalizas que han crecido cerca. La verdadera sorpresa est¨¢ en la azotea, un jard¨ªn para pasear, contemplar la bah¨ªa o hacer yoga en el c¨¦sped.
Una m¨¢quina expende, gratis, teclados o auriculares a su gusto
John Tehanes, que ha dirigido la construcci¨®n, insiste en el esfuerzo realizado para integrarse en el paisaje. Tambi¨¦n dice que deben respetar a los vecinos si quieren seguir creciendo. Aunque el resto de edificios, en el exterior, son muy similares, s¨ª es cierto que el jard¨ªn de la azotea consigue perderse con los ¨¢rboles del entorno y la marisma que se forma al final de la bah¨ªa de San Francisco. Desde su nacimiento hace 11 a?os en un dormitorio en la Universidad de Harvard, Facebook ha ido creciendo en usuarios, m¨¢s de 1.700 millones en todo el mundo, empleados, casi 10.000, y oficinas, m¨¢s de 60 sedes.
Algunos trabajadores, de manera extraoficial, se han quejado de la falta de intimidad, del ruido y de las constantes interrupciones. Las paredes de grafiti no parecen suficiente para contentarlos.
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