Uber: ¡°Somos el transporte del siglo XXI¡±
La compa?¨ªa celebra su quinto aniversario con un sue?o: ciudades con menos coches

¡°Ten¨ªamos una idea muy sencilla, que un coche viniera a por nosotros con solo darle a un bot¨®n en el m¨®vil¡±, dijo Garrett Camp, cofundador de Uber, con aire nost¨¢lgico. As¨ª arranc¨® la celebraci¨®n del quinto aniversario de la aplicaci¨®n. Con m¨¢s de 2.000 invitados de los cinco primeros a?os de la aplicaci¨®n m¨¢s ubicua y pol¨¦mica de los ¨²ltimos tiempos, en el cuarto piso de su sede de la calle Market, a solo un bloque del cuartel general de Twitter, un barrio lleno de programadores de d¨ªa y nido de sin techo al ponerse el sol.
El ambiente era festivo. Uber es el espejo en el que se mira Silicon Valley. Cualquier servicio bajo demanda, ya sea limpieza de casa o reparto de comida, se define como ¡°el Uber de¡¡±. Con globos y el comedor convertido en algo m¨¢s parecido a un club nocturno que una oficina llena, la celebraci¨®n estuvo llena de teatralidad. Uber cedi¨® la palabra a una madre, Theresa Ferguson, que, sin poder reprimir las l¨¢grimas, cont¨® c¨®mo conducir a tiempo parcial le hab¨ªa cambiado la vida.
Travis Kalanick, la otra mitad fundacional y actual consejero delegado fue m¨¢s all¨¢: ¡°Ellos creyeron en nosotros cuando nadie lo hac¨ªa. Al principio, cuando empezamos, nos daba miedo no poder atender la demanda, que nos faltasen coches en la calle. Gracias a ellos, estuvimos a la altura¡±. Llama la atenci¨®n la pleites¨ªa que se rinde a los conductores, cuando ni tan siquiera son empleados, porque no tienen una relaci¨®n contractual con ellos.
Uber es el espejo en el que se mira Silicon Valley. Cualquier servicio bajo demanda, ya sea limpieza de casa o reparto de comida, se define como ¡°el Uber de¡¡±
Son clave para el funcionamiento actual de Uber, pero no entran dentro de sus planes de futuro. Uber ya trabaja con la Universidad Carnegie Mellon en un coche que prescinda del factor humano. En ese campo se enfrentan directamente a Google, con su coche aut¨®nomo. Antes de llegar a ese punto tienen que resolver un problema, el de los mapas. Uber usa la plantilla de Google, pero no la informaci¨®n sobre el flujo del tr¨¢fico. Mientras que el buscador se abastece de datos en tiempo real a trav¨¦s de Waze, comprado hace dos a?os, Uber tiene los que cosecha de sus propios viajes, insuficiente para su ambici¨®n. De ah¨ª que pujen por hacerse con los mapas de Nokia, pasados de moda, pero con un historial y fiabilidad envidiables.
Kalanick, pasada la media hora agarrado al atril, fue subiendo el tono mesi¨¢nico de su intervenci¨®n: ¡°Somos el transporte del siglo XXI. Me parece incre¨ªble que la posesi¨®n m¨¢s valiosa de casi toda la humanidad se desaproveche. Hay casi mil millones de coches en el mundo que no se usan el 96% del tiempo¡±.
Del fundador sorprende la capacidad para dar la vuelta a los argumentos. Los taxistas est¨¢n siendo los grandes damnificados de este servicio. En su opini¨®n la situaci¨®n es muy diferente: ¡°Somos la mejor opci¨®n para el que quiera ganarse la vida conduciendo. La mayor¨ªa de los que trabajan con nosotros antes estaban en el taxi, hartos de pagar hasta 40.000 d¨®lares al a?o por tener una licencia y un coche durante un horario fijo. Gracias a la tecnolog¨ªa hemos creado el puesto de trabajo m¨¢s flexible del mundo, sin horario y sin jefe¡±.
Uber es hoy una multinacional con una valoraci¨®n superior a 50.000 millones de d¨®lares. Prefieren que se les llame start up, pero suena a pose si se tiene en cuenta el poder econ¨®mico que tiene y su r¨¢pida externalizaci¨®n. A los 18 meses del estreno en San Francisco, abrieron en Par¨ªs. Desde entonces, han llegado a 311 ciudades en m¨¢s de 58 pa¨ªses. Cuenta con 3.000 empleados de plantilla, y presume de m¨¢s de un mill¨®n de conductores. Seg¨²n las cifras presentadas a los inversores, Uber espera crecer un 400% este a?o.
Las autoridades, casi siempre el enemigo a batir en cada ciudad, tambi¨¦n tuvieron su referencia en el discurso: ¡°Una ciudad con Uber es m¨¢s pr¨®spera. Estamos deseando sentarnos con los alcaldes para ayudarlos a crecer, a crear empleo. No es tan dif¨ªcil, solo pedimos que dejen que los vecinos se ayuden entre s¨ª, que dejen atr¨¢s leyes de otro tiempo¡±.
Uber ya trabaja con la Universidad Carnegie Mellon en un coche que prescinda del factor humano
Present¨® UberPool, una opci¨®n dentro de su sistema de viajes de precio muy reducido a cambio de compartir porte con desconocidos, como su gran innovaci¨®n: ¡°Es maravilloso, que dos personas vayan al mismo lugar. Nuestra visi¨®n es dar acceso a m¨¢s personas, m¨¢s barato y con menos coches¡±.
Seg¨²n los c¨¢lculos de Uber, resulta m¨¢s barato usarlo que tener un coche en propiedad: ¡°Si se suma aparcamientos, mantenimiento, gasolina, seguro y el tiempo empleados en buscar d¨®nde dejarlo, sale mucho m¨¢s econ¨®mico confiar en nosotros¡±.
Pas¨® de puntillas por Europa, donde tiene problemas para funcionar de manera legal en Alemania, Espa?a y Portugal. Tampoco quiso hablar de Am¨¦rica Latina, con M¨¦xico en el punto de mira de los taxistas. Su gran ilusi¨®n est¨¢ puesta en China e India.
La figura de su fundador est¨¢ rodeada de pol¨¦mica, por sus declaraciones machistas o por la forma en que han manejado las cr¨ªticas con la prensa. Con tono festivo, le quit¨® importancia: ¡°Me han llamado de todo, lo reconozco. Cuanto m¨¢s hablaban de nosotros, m¨¢s gente ten¨ªa ganas de probar Uber¡±.
Aunque Uber lidera el mercado, en San Francisco sufre la competencia con Lyft, el segundo en liza, que acaba de recaudar en una ronda de inversi¨®n 100 millones de d¨®lares de Carl Icahn, uno de los inversores m¨¢s conocidos de la zona.
Uno de los agujeros de Uber est¨¢ en la seguridad. Son varios los casos de intento de violaci¨®n que se han denunciado. Kalanick lo minimiz¨®: ¡°No solo seguimos la ruta del conductor, sino que en cualquier momento el usuario tambi¨¦n la puede compartir con amigos o familia¡±.
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