?A alguien le importa la privacidad?
Dos gur¨²s de distinta escuela, el tecnoentusiasta Jeff Jarvis y el tecnoesc¨¦ptico Nicholas Carr, debaten sobre los l¨ªmites de la intimidad en la Red
Jeff Jarvis, gur¨² del Internet abierto, dice que a la gente le preocupa (tal vez demasiado) la privacidad. Nicholas Carr, ensayista cr¨ªtico con las nuevas tecnolog¨ªas, considera que nuestro comportamiento cuando estamos conectados evidencia que no nos preocupa. Dos pensadores de las redes y la revoluci¨®n digital, dos miradas.
El auge entre los m¨¢s j¨®venes de una red social como Snapchat, en la que los mensajes que la gente env¨ªa desaparecen a los pocos segundos de ser le¨ªdos, podr¨ªa indicar que la inquietud en torno a la cuesti¨®n crece entre las nuevas generaciones. Pero la aceptaci¨®n de cookies sin excesivos miramientos con tal de acceder a servicios (presuntamente) gratuitos que se nos ofrecen en la Red apunta a que, de hecho, no dedicamos demasiado tiempo a preservar nuestra privacidad.
Jeff Jarvis, bloguero de referencia, profesor de Periodismo de la City University de Nueva York (CUNY) y autor de Partes privadas. Privacidad en Internet (Gesti¨®n 2000, 2012) y de El fin de los medios de comunicaci¨®n de masas (Gesti¨®n 2000, 2014), afirma en conversaci¨®n telef¨®nica desde Nueva York que la intimidad necesita de protecci¨®n, s¨ª, pero que lo importante es que la gente pueda compartir contenidos: ¡°No debemos entrar en p¨¢nico con la privacidad hasta el punto de que acabemos encerr¨¢ndonos en nuestros caparazones¡±.
Carr: ¡°Pensamos tanto en c¨®mo nos ven los dem¨¢s y en los ¡®me gusta¡¯ que se estrecha nuestra identidad¡±
Por su parte, Nicholas Carr, finalista del Premio Pulitzer con Superficiales: ?Qu¨¦ est¨¢ haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus, 2011), que el a?o pasado public¨® Atrapados: C¨®mo las m¨¢quinas se apoderan de nuestras vidas (Taurus, 2014), sostiene, tambi¨¦n en conversaci¨®n telef¨®nica desde su casa en Colorado (EE. UU.), que es complicado mantener la intimidad si uno est¨¢ conectado: ¡°Creo que hay una erosi¨®n de la privacidad relacionada con el hecho de estar conectados y en las redes sociales; por estar expuestos y por poder ser rastreados¡±.
Entrevistamos a estos dos gur¨²s para plantearles algunas de las cuestiones clave relacionadas con la privacidad y comprobamos que, en efecto, albergan sensibilidades bien distintas.
Los riesgos en el campo de la privacidad.
Jeff Jarvis.?Me preocupa lo que hacen los Gobiernos. Se presentan como los mejores protectores de la privacidad cuando en realidad son su peor enemigo. Pueden reunir, como nadie, informaci¨®n sobre nosotros y usarla en nuestra contra. Como norteamericano, siento lo que mi Gobierno ha hecho. Tambi¨¦n creo que, a veces, lo que llamamos entregar la privacidad es en realidad hacer una transacci¨®n. Cuando compro un libro en Amazon, saben lo que compro y me recomiendan en funci¨®n de lo que me gusta: eso a?ade valor. Cuando la NSA rob¨® informaci¨®n de la gente, era algo de lo que no se era consciente y sobre lo que no se pod¨ªa tener control.
Jarvis: "El problema no es la tecnolog¨ªa, sino el mal uso que otro ser humano le pueda dar"
Nicholas Carr.?En la parte pr¨¢ctica hay un desequilibrio de poder de modo que no somos conscientes del alcance que tiene la violaci¨®n de nuestra privacidad cuando estamos conectados. En otras palabras, no se nos permite saber exactamente qu¨¦ informaci¨®n sobre nosotros est¨¢ siendo almacenada, compartida o usada para anuncios o para otros prop¨®sitos. Ese desequilibrio de poder nos deja abiertos a la manipulaci¨®n y a la explotaci¨®n. Y esto ocurre con compa?¨ªas comerciales que nos craquean y con Gobiernos que nos siguen la pista secretamente. En t¨¦rminos filos¨®ficos, se est¨¢ perdiendo un espacio privado en nuestras vidas, no somos tan libres para pensar de un modo distinto. Al estar expuestos, estamos permanentemente componiendo una imagen p¨²blica en vez de explorar nuestros pensamientos y sensaciones, lo cual nos hace menos interesantes. Pensamos demasiado en c¨®mo nos ven los dem¨¢s, podemos contar los Me gusta, somos demasiado conscientes del atractivo de nuestra imagen p¨²blica, nos obsesionamos con ello y se produce un estrechamiento de nuestra identidad por estar constantemente exhibi¨¦ndonos.
Google, Facebook y la transparencia.
J. J.?Todos lo pueden hacer mejor en lo tocante a la transparencia, dejando m¨¢s claro lo que hacen con los datos, pero no creo que hagan nada terriblemente malo. No podemos demonizar las cookies, haciendo que den miedo y parezcan el mal. No lo son. Pero hay que darle a la gente la informaci¨®n de por qu¨¦ se instalan, en qu¨¦ le beneficia; y darle un cierto control.
N. C.?Nuestra experiencia, con la informaci¨®n que vemos en sitios como Facebook, o con la que nos muestra Google, puede ser manipulada por esas compa?¨ªas que tanto saben sobre nosotros y que tanto control tienen sobre la informaci¨®n a la que tenemos acceso; nosotros no nos damos cuenta de que estamos siendo manipulados. Estas compa?¨ªas no son nada transparentes. Quieren que seamos transparentes, pero ellas no lo son.
Debate sobre la cesi¨®n de datos m¨¦dicos.
J. J.??Por qu¨¦ no publicamos la informaci¨®n sobre salud? Uno, en Estados Unidos, por miedo a perder el seguro m¨¦dico. Pero eso se puede regular. La otra es el miedo a perder un trabajo. Pero tambi¨¦n se puede legislar para que no haya discriminaci¨®n cuando alguien est¨¦ enfermo. Tambi¨¦n hay miedo por el rechazo de nuestra comunidad. Pero en este caso habr¨¢ que actuar sobre la comunidad, esto no es la Edad Media, nadie deber¨ªa sentir verg¨¹enza por estar enfermo. Compartiendo informaci¨®n sobre la salud se pueden extraer grandes beneficios para todos: m¨¢s datos pueden llevar a m¨¢s conocimientos y, tal vez, a salvar vidas.
N. C.?Cuando nuestra salud y nuestros signos vitales est¨¢n siendo rastreados por un reloj de Apple o con la pulsera Fitbit, se nos plantean m¨¢s preguntas: ?tienen las compa?¨ªas aseguradoras o los Gobiernos acceso a esta informaci¨®n? Por eso es importante que sepamos qu¨¦ est¨¢ siendo recogido y c¨®mo est¨¢ siendo usado.
Los l¨ªmites en la privacidad.
J. J.?Hay muchos. No todo deber ser p¨²blico. Lo primero, porque resultar¨ªa tremendamente aburrido. Todos tenemos una privacidad. En ¨²ltima instancia, es lo que no decimos. El problema no es la tecnolog¨ªa, sino el mal uso que otro ser humano le pueda dar.
N. C.?Necesitamos m¨¢s informaci¨®n de c¨®mo est¨¢n siendo rastreados y almacenados nuestros datos. El mejor modo de evitar la manipulaci¨®n es poder ver c¨®mo se usan y tener un control sobre ellos.
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