El efecto Snowden
Las filtraciones del exanalista de la NSA han generado una toma de conciencia en la cuesti¨®n de la privacidad
El pasado martes 2 de junio marc¨® el hito. Ese fue el d¨ªa en que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rubric¨® una ley que por primera vez desde el 11-S limitaba los poderes de la NSA, la Agencia de Seguridad Nacional que despleg¨® en el arranque del siglo XXI un sistema de vigilancia masivo y global sin precedentes. Una maquinaria de control que durante a?os, y en el nombre de la seguridad, rastre¨® comunicaciones, vigil¨® llamadas telef¨®nicas privadas, gast¨® 250 millones de d¨®lares en influir en los dise?os tecnol¨®gicos de las grandes de Silicon Valley, craque¨® comunicaciones encriptadas y penetr¨® en los m¨®viles de l¨ªderes mundiales, entre ellos, el de Angela Merkel.
Nos queda mucho ¡ªsi no, casi todo¡ª por saber sobre lo que se hace con nuestros datos. Pero, al menos, la sensibilidad en torno a la cuesti¨®n est¨¢ en el aire
El hecho de que Estados Unidos haya pasado de hablar de la Patriot Act a la USA Freedom Act, un gran cambio de la m¨²sica ?? ¡ªhabr¨¢ que ver en qu¨¦ queda finalmente la letra, y, en particular, la letra peque?a; para empezar, el espionaje de la NSA fuera de EE UU sigue en pie¡ª es algo que hay que agradecerle, fundamentalmente, a un se?or que quiso que el mundo tomara conciencia del alcance del sistema de vigilancia masivo implementado por los halcones de Washington sobre los rescoldos del atentado terrorista del 11-S: Edward Snowden. El analista norteamericano, hoy afincado en Rusia, dio carpetazo a la edad de la inocencia evidenciando que los servicios de inteligencia acced¨ªan a los servidores de empresas tecnol¨®gicas; puso de manifiesto que nuestra vida digital es mucho m¨¢s transparente de lo que pens¨¢bamos. Y a las grandes no les qued¨® m¨¢s remedio que mover ficha.
Facebook, Google, Apple y Microsoft son algunas de las compa?¨ªas que a finales de 2013 lanzaron una campa?a contra la recolecci¨®n masiva de datos. Algo que, en cierto modo, les compromete a ser m¨¢s pulcros en el manejo de los nuestros. Yahoo anunci¨® en abril del a?o pasado que encriptar¨ªa (por defecto) las comunicaciones de sus usuarios. Y esta semana Google lanzaba una campa?a para comunicar las mayores opciones de privacidad que ofrece.
Tim Cook, el CEO de Apple, lanz¨® el 3 de junio un dardo a otras grandes de Silicon Valey que hacen negocio con los datos de sus usuarios
Ni corto ni perezoso, Tim Cook, el consejero delegado de Apple, lanz¨® el pasado 3 de junio un dardo a otras grandes de Silicon Valey que hacen negocio con los datos de los usuarios. Reclamaba la necesidad de estimular el encriptado de las comunicaciones como sistema de defensa ante los atropellos de la privacidad. Dijo que la informaci¨®n privada es un derecho humano b¨¢sico.
No hay que entusiasmarse con los avances. Nos queda mucho ¡ªsi no, casi todo¡ª por saber sobre lo que realmente se hace con nuestros datos. Pero, al menos, la sensibilidad en torno a la cuesti¨®n est¨¢ en el aire. Antes, a los que reclamaban el encriptado de las comunicaciones les llamaban paranoicos.
La reacci¨®n de las grandes compa?¨ªas no hace otra cosa que dar respuesta a una inquietud ciudadana. Un 78% de los usuarios espa?oles muestra preocupaci¨®n por la seguridad de sus datos personales ¡ªfrente a un 57% europeo¡ª, seg¨²n el informe Estado de la Privacidad publicado por Symantec el pasado mes de febrero: los europeos consideran que empresas y gobiernos no est¨¢n haciendo lo suficiente por mantener sus datos a salvo. Y el 81% de los norteamericanos se declara inseguro al compartir informaci¨®n privada en redes sociales, seg¨²n el estudio publicado en noviembre de 2014 por el Pew Research Center. ?Nombre del estudio? Percepci¨®n p¨²blica de la seguridad en la era Post-Snowden.
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