Los ¡®ronaldos¡¯ del videojuego

Jorge Casanovas, Federico Lizondo, Isaac Flores, Adri¨¢n P¨¦rez y Fernando Soria mueven millones de aficionados que siguen sus gestas deportivas. Tienen patrocinadores, centros de alto rendimiento y muchas horas al d¨ªa de pr¨¢ctica.

Se les conoce por sus nombres de guerra: Werlyb, Fr3deric, Pepiinero, Adryh y Rydle. Expertos del rat¨®n y teclado. Gladiadores que luchan en la arena del monitor al videojuego m¨¢s popular del deporte digital: el League of Legends (LOL).

El 18 de diciembre del 2014 vivieron un momento m¨¢gico. Se jugaban entrar en la divisi¨®n de honor europea de este videojuego. Es decir, un pase a mudarse a Berl¨ªn durante tres meses, cobrar un sueldo de la competici¨®n y luchar por ganarse un puesto en el campeonato mundial, donde se opta a un premio para el ganador que ronda el mill¨®n de euros. Cuando iban dos partidas a cero frente al combinado polaco Reason Gaming, Twitter comenz¨® a hervir con su hashtag, #WeAreGiants. Para cuando rubricaban la victoria, eran trending topic n¨²mero 1 en Espa?a y el tercero en el mundo.

Giants encarna la cara espa?ola de un fen¨®meno global que no deja de crecer. Del 18 al 19 de abril, el Palacio de Vistalegre de Madrid vio c¨®mo 12.000 personas coreaban la final europea del juego. Seis meses antes, en la final mundial rugieron m¨¢s de 40.000 hinchas. Y 32 millones los segu¨ªan por Internet. El negocio en torno a estos esport [ap¨®cope de electronic sport, deporte electr¨®nico] deja atr¨¢s los 100 millones de euros y tiene previsto alcanzar los 1.000 en 2020, seg¨²n datos de la consultora del sector Newzoo. Es decir, situarse a la altura de la Champions de f¨²tbol.

Equipos como Giants tienen contratos con patrocinadores como en cualquier deporte de ¨¦lite. En su caso, Ozone, empresa de perif¨¦ricos para ordenador, y Gaming TV, plataforma de streaming online con m¨¢s de 300.000 afiliados. La dimensi¨®n medi¨¢tica coge por sorpresa a los propios jugadores. ¡°Antes, cuando te fichaban, te regalaban un rat¨®n para el ordenador. Ahora por un rat¨®n no ir¨ªas a ninguna parte¡±, comenta Federico Lizondo.

La raz¨®n que encuentran para este fervor es la forma en que est¨¢ dise?ado el LOL. Juegan cinco contra cinco. Cada jugador escoge a un h¨¦roe de fantas¨ªa y salta con ¨¦l a un escenario visualizado a vista de p¨¢jaro con el objetivo de destruir la fortaleza rival, el Nexo. Entremedias, estrategia. Y la posibilidad de que en cualquier momento la cosa se tuerza. ¡°En el f¨²tbol, si vas perdiendo 3-0, es muy dif¨ªcil que te remonten a un 3-4. Pero en el LOL te hacen el 3-4 en un minuto. Si en el f¨²tbol es dif¨ªcil acertar la quiniela, aqu¨ª lo es m¨¢s¡±, apunta entre risas Isaac Flores.

El casero berlin¨¦s, primer rival

Suena a sainete espa?ol o a comedia de Woody Allen. Pero, para el equipo Giants, la an¨¦cdota de su llegada a Berl¨ªn para competir en la Champions del videojuego no tuvo ninguna gracia. ¡°El casero nos minti¨®. Nos dijo que ten¨ªamos Internet y cuando llegamos vimos que no era cierto. As¨ª que ten¨ªamos la casa, pero no la conexi¨®n. Y en Alemania tardan much¨ªsimo en instalarla¡±, explica Federico Lizondo.

Tuvieron que entrenarse en una tienda para preparar sus dos partidos oficiales a la semana. Esta an¨¦cdota refleja uno de los aspectos claves del LOL como deporte: su enorme exigencia. La necesidad de jugar horas y horas para mantener el nivel.

Los 14 d¨ªas que estuvieron sin entrenarse les pasaron a Giants una dura factura que pagar¨ªan durante toda la temporada. ¡°Arrancamos muy bien. Ven¨ªamos calentitos de la fase de ascenso y ganamos f¨¢cilmente los dos primeros partidos. Pero las dos semanas siguientes no pudimos entrenar y perdimos los dos partidos. Y a la siguiente m¨¢s, aunque ya est¨¢bamos entrenando, no pudimos recuperarnos y ca¨ªmos tambi¨¦n¡±, recuerda Lizondo.

La planificaci¨®n semanal de Giants habla de deporte de ¨¦lite. Jueves y viernes a jugar, un partido cada d¨ªa. Y desde el lunes se entrena a tope. ¡°De cuatro a seis y de siete a diez juntos. Y a eso s¨²male cuatro o cinco horas de entrenamiento en solitario. No est¨¢bamos acostumbrados a un ritmo tan duro¡±, confiesa Lizondo.

Adem¨¢s, el hecho de que pudieran ser ya profesionales del videojuego no ocultaba que los gladiadores de Giants eran chavales de veintitantos que en su mayor¨ªa viv¨ªan por primera vez fuera de casa. ¡°No tener a tu familia y a tus amigos es duro. Pero convivir, bueno, te haces las cosas, la comida... Tampoco es para tanto¡±, comenta, sonriendo, Lizondo. Fernando Soria, el veterano de la escuadra, es m¨¢s gr¨¢fico: ¡°Es como si fuera un cuarto de estudiantes, pero todos chicos y bastante cerdos¡±, afirma entre risas.

El momento m¨¢gico

Fue uno de esos momentos de puro deporte. Como la Mano de Dios de Maradona. O el golazo de Zidane en la novena. Milagros que se reciben desde las gradas con silencios reverentes seguidos de ovaciones ensordecedoras. Y a Giants, en su primera temporada de la Champions del videojuego, le toc¨® vivir uno.

¡°Est¨¢bamos fuera. ?bamos perdiendo por 10.000 de oro contra Elements [el material que permite hacer m¨¢s poderosos a los h¨¦roes durante la partida], que es como si dices que te van ganando 5-0¡±, describe Lizondo. Entonces sucedi¨® la magia. Con todo en contra, el h¨¦roe que manejaba Lizondo logr¨® matar el Nashor, el monstruo del juego que m¨¢s oro da. Sus rivales se desmoralizaron. En segundos, Giants arras¨® a sus rivales. Soria a¨²n no se lo explica: ¡°Aun con el Nashor, la partida estaba complicad¨ªsima. Fue casi milagroso¡±.

A pesar de ofrecer a los millones de hinchas del LOL un jugad¨®n, en Giants est¨¢n centrados en mejorar. Pero reconocen que el sue?o de o¨ªr a los m¨¢s de 40.000 hinchas de la gran final est¨¢ muy lejos. De momento se conforman con gozar de instantes propios de la fama, como el que vivi¨® el benjam¨ªn del equipo, Jorge Casanovas.

¡ªCu¨¦ntale lo de la chica de ayer. El sobre que te dio.

¡ª?Pero c¨®mo le voy a contar eso? Pobre chavala.

¡ª?Venga!

Pero Werlyb, avergonzado, mientras sus compa?eros se re¨ªan, prefiri¨® callar qu¨¦ conten¨ªa ese sobre.