¡°Nos indignamos con el FBI por un m¨®vil, pero Facebook sabe tu vida¡±
La inspectora de Polic¨ªa, experta en ciberseguridad, explica c¨®mo han cambiado las investigaciones desde la revoluci¨®n de las redes sociales
Dentro de la polic¨ªa hay hackers, pero de los buenos. "Los que cometen los delitos son otros, los de sombrero negro. Los nuestros son expertos en ciberseguridad", cuenta Silvia Barrera (Madrid 1977), inspectora de polic¨ªa, jefa t¨¦cnica de la Unidad de Investigaci¨®n Tecnol¨®gica y admiradora declarada del concepto hacker. "Me sienta mal ese car¨¢cter negativo que le hemos dado, nos ayudan a entender c¨®mo funciona Internet, todas las posibilidades que tiene". Y es que desconocemos pr¨¢cticamente todo de esta herramienta. El 93% de Internet es lo que se denomina Deep Web (red profunda, en castellano), canales y foros donde un usuario b¨¢sico de Facebook y Twitter se perder¨ªa sin remedio. Es ah¨ª, en muchas ocasiones, donde se gestan los delitos cibern¨¦ticos. "Los malos saben lo ¨²ltimo de tecnolog¨ªa para actuar donde nosotros no podemos llegar". Internet hizo los cr¨ªmenes m¨¢s r¨¢pidos, c¨®modos y masivos; las redes sociales los han hecho m¨¢s complicados de investigar. Barrera trabaja ahora en el ¨¢mbito forense, analizando las unidades tecnol¨®gicas que pueden influir en un delito, y lo tiene claro: "El concepto ha cambiado, ya no solo la polic¨ªa puede influir en las investigaciones".
Pregunta. ?C¨®mo ha afectado la eclosi¨®n de las redes sociales a su trabajo diario?
Respuesta. Imagine un homicidio de los de antes sin implicaci¨®n tecnol¨®gica: se encuentra un cuerpo, llegamos y aseguramos la zona para que nadie toque las pistas y las evidencias. Ahora, las pistas est¨¢n en mitad de Internet, las tiene un proveedor de servicios de una red social y, si quiere, no te las da. Las investigaciones ya no est¨¢n solo en manos de la polic¨ªa, ni siquiera de un juez, porque los delitos en Internet no tienen fronteras, y los juzgados, s¨ª.
P. ?Alguna de sus investigaciones se ha visto entorpecida por esta negativa de las redes sociales?
"Hemos aceptado darle acceso a Facebook a toda nuestra informaci¨®n confidencial. Sin ni siquiera saberlo"
R. Por supuesto. He necesitado informaci¨®n, en casos de desapariciones, que hab¨ªa en la cuenta de una persona de la que no sabes si sigue viva, donde est¨¢ o en qu¨¦ situaci¨®n. Y he recibido la negativa de las redes sociales, diciendo que ese caso no era urgente. Yo no tengo ning¨²n tipo de inter¨¦s en lo que est¨¢ pasando en la cuenta de esta persona, pero s¨ª de las pistas que puede darme. La vida de esa persona est¨¢ en manos, muchas veces, de esa red social. Son sus empleados, en base a unos criterios que no conocemos, los que deciden si te dan o no una informaci¨®n. La polic¨ªa no puede acceder a ninguna cuenta, como me han llegado a pedir. Son propiedad de las empresas.
P. Este debate ha adquirido m¨¢s importancia despu¨¦s de la negativa de Apple a facilitar el acceso al iPhone del tirador de San Bernardino. ?Qu¨¦ opina, como experta en ciberseguridad y miembro de la polic¨ªa, sobre la batalla de Apple y el FBI?
R. Estamos hablando de privacidad versus seguridad nacional. En ese dispositivo puede haber una prueba para incriminar a un terrorista. Vamos a ponderar bienes. Adem¨¢s, cualquier medida de investigaci¨®n se adopta bajo la tutela de un juez. Es decir, la polic¨ªa nunca va a acceder a un dispositivo de una persona si no hay una autorizaci¨®n judicial de por medio. Es el juez quien decide qu¨¦ bien prima ante el otro. Estamos hablando de una necesidad, de cuestiones de seguridad nacional. ?Qu¨¦ problema hay, entonces, si hay una garant¨ªa de los derechos por el control judicial? Nosotros nos indignamos porque el FBI o la polic¨ªa intenta acceder a un m¨®vil para investigar, pero permitimos a Facebook que acceda a toda nuestra vida.
"Si hubiera una guerra, Google fuera Spiderman y Facebook fuera Batman ganar¨ªa ampliamente Google"
P. ?Vendemos mucha informaci¨®n a trav¨¦s de las redes sociales, de la tecnolog¨ªa, de los m¨®viles? ?En qu¨¦ punto deber¨ªamos parar?
R. No vamos a parar, si vamos todav¨ªa a m¨¢s. ?Sabe cu¨¢ntos permisos te pide Facebook para descargarte la aplicaci¨®n en el m¨®vil? 18. Entre ellos hay uno que te pide acceder a tu informaci¨®n confidencial. Y t¨² le has dado permiso. ?A tu informaci¨®n confidencial! A Facebook le faltaban las conversaciones que ten¨ªamos a trav¨¦s de su Messenger, pero se lo mont¨® muy bien y compr¨® WhatsApp. As¨ª ya tiene toda tu vida: lo que publicas, tu informaci¨®n confidencial a la que t¨² le has dado permiso porque no tienes tiempo de leer las condiciones que has aceptado y adem¨¢s tus conversaciones de WhatsApp. Pero nos indignamos porque no hay que darle datos a la polic¨ªa. Facebook tiene la informaci¨®n confidencial de 1.600 millones de personas que llevan esa aplicaci¨®n instalada en el m¨®vil. ?Qui¨¦n tiene el poder entonces?
P. ?Qu¨¦ poder tienen estos datos que almacena Facebook?
R. Lo tienen todo. Pero Google tiene todav¨ªa m¨¢s. Si hubiera una guerra entre ellos, Google fuera Spiderman y Facebook fuera Batman, ganar¨ªa ampliamente Google. Porque tiene los servicios de correo, calendario y la red social Google Plus. Adem¨¢s, las aplicaciones que te descargas desde Google Play llevan impl¨ªcitas unas condiciones que tambi¨¦n benefician a Google.
He llegado a reuniones con otros compa?eros hombres y los jefes decirles a ellos ¡®?Felicidades por esa operaci¨®n que hiciste!¡¯ y a m¨ª ¡®?T¨² estabas m¨¢s rubia la ¨²ltima vez que te vi?¡¯
P. ?Todo esto es culpa de que no leemos los acuerdos de uso de estas tecnolog¨ªas?
R. Da igual, aunque lo leas. ?Qu¨¦ vas a hacer? ?Quedarte sin Facebook en el m¨®vil? ?No bajarte aplicaciones?
P. El m¨®vil se ha convertido en una extensi¨®n m¨¢s de nosotros. ?Coger el tel¨¦fono de alguien, por ejemplo de un posible criminal, te da toda la informaci¨®n sobre qui¨¦n es esa persona?
R. No es que hable, es que tu vida est¨¢ dentro del m¨®vil. Para nosotros es muy ¨²til. Solemos colaborar con los compa?eros de homicidios analizando todo aquello tecnol¨®gico (ordenador, m¨®vil o cualquier dispositivo que almacene informaci¨®n) para ver qu¨¦ es lo que hac¨ªa la v¨ªctima antes de desaparecer o qu¨¦ hac¨ªa el autor, si buscaba o no referencias en la Red que le llevaron a pensar con qu¨¦ o c¨®mo cometer el crimen. Hemos actuado, por ejemplo, en el homicidio de las dos chicas de Cuenca, en el caso de Bret¨®n o en desapariciones, como la chica del Camino de Santiago.
P. Tambi¨¦n en otro tipo de delitos.
R. Claro, damos apoyo cuando, por ejemplo, se detecta un delito de blanqueo de capitales, hacemos el registro con la UDEF (Unidad de Delincuencia Econ¨®mica y Fiscal). La verdad es que hemos tenido mucho trabajo en estos a?os. Adem¨¢s, cada d¨ªa es distinto, no te estancas. Yo, que llegu¨¦ de rebote a la Unidad de Investigaci¨®n Tecnol¨®gica, cada d¨ªa me apasiona, me atrapa m¨¢s.
P. ?Fue dif¨ªcil llegar a su posici¨®n actual de inspectora y jefa siendo mujer? ?Sigue siendo un mundo de hombres?
R. S¨ª. Lo fue y sigue si¨¦ndolo. Yo he llegado a reuniones con otros compa?eros hombres, y los jefes hombres les han dicho a ellos ¡®?Felicidades por esa operaci¨®n que hiciste!¡¯ y a m¨ª ¡®?T¨² estabas m¨¢s rubia la ¨²ltima vez que te vi?¡¯. Hay cosas que, objetivamente, cuestan m¨¢s en un mundo as¨ª de masculino, porque eres mujer y tienes que demostrar que, aparte, eres buena en lo tuyo. Yo he o¨ªdo muchas veces el comentario de 'Es mujer y encima trabaja bien'. ?C¨®mo qu¨¦ encima? Pero yo lo tengo claro, s¨¦ hacia donde quiero ir, s¨¦ lo que me gusta, mi objetivo es hacer mi trabajo bien y no me importa que est¨¦n delante hombres, mujeres o qui¨¦n sea.
P. ?Qu¨¦ retos futuros tiene ahora?
R. No sabr¨ªa decir, porque yo me siento ahora muy c¨®moda con el trabajo que hago. Adem¨¢s, nunca me ha movido el dinero, no voy donde me pagan. S¨ª me mueve el sentir que hay gente que quiere saber sobre ciberseguridad. Adem¨¢s, me gusta mucho escribir. Estoy en proceso de escribir algo m¨¢s serio, m¨¢s m¨ªo, siempre vinculado al mundo ciber, que se pueda publicar. Me gustar¨ªa llegar a comunicar cada vez mejor, para que todo el mundo lo entienda bien. Doy clases de oratoria y de comunicaci¨®n muy a menudo, porque me gusta, simplemente. Luego escribo y leo, mucho. Mi ilusi¨®n de peque?ita era ser escritora y aunque en este campo no cabe literatura, hay muchas formas de contarlo y que no parezca un simple y aburrido art¨ªculo de ciberseguridad. Me gustar¨ªa un d¨ªa ser tambi¨¦n conocida por lo que escribo.
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