Drones que vuelan hasta las nubes para provocar lluvia en ¨¦pocas de sequ¨ªa

En el desierto de Nevada, en EE UU, un equipo de investigadores lleva a cabo las primeras pruebas experimentales de aeronaves no tripuladas que vuelan con una particular misi¨®n: depositar en las nubes distintos elementos para provocar la lluvia o para evitarla, seg¨²n se requiera en cada momento y lugar.

En este caso, la instituci¨®n Desert Research Institute (DRI), dedicada al estudio medioambiental, explora el uso de los drones para provocar la lluvia, con el fin de intervenir durante las sequ¨ªas que afectan el estado de Nevada. Se trata, en ¨²ltima instancia, de resolver el problema que supone la falta de agua en la regi¨®n; de explorar soluciones para la gesti¨®n de los recursos naturales y aumentar el abastecimiento y las reservas hidr¨¢ulicas del estado, explican desde el instituto.

La aeronave utilizada mide algo m¨¢s de tres metros de envergadura, pesa 25 kilogramos y ha sido bautizada como Savant (Sandoval Silver State Seeder) en honor al gobernador de Nevada Brian Sandoval, impulsor de la industria de drones en aquel estado. El Savant vuela de forma aut¨®noma hacia zonas con nubes que no llegan a descargar agua, al menos no en esa zona. Un vez alcanzadas, el dron enciende dos bengalas cargadas con yoduro de plata.

La siembra de nubes se basa en la idea de que las mol¨¦culas de agua presentes en la nube se cristalicen en las part¨ªculas de yoduro de plata, provocando as¨ª su precipitaci¨®n al suelo. Idealmente el agua caer¨¢ en forma de lluvia, aunque dependiendo del clima puede precipitarse en forma de nieve o de granizo. Esta ¨²ltima es la forma menos deseada debido los da?os que puede causar en bienes y cultivos.

Las pruebas llevadas a cabo por DRI no est¨¢n exentas de controversia. Por un lado el alcance del dron utilizado en las pruebas, as¨ª como su tama?o y peso, resulta limitado para la siembra de nubes. La aeronave vol¨® durante algo menos de veinte minutos y ascendi¨® a poco m¨¢s de 120 metros, aunque el equipo tiene autorizaci¨®n para llevar sus drones hasta los 400 metros de altura.

Sin embargo, los investigadores consideran los primeros vuelos aut¨®nomos del dron Savant son ?un ¨¦xito? por su capacidad para transportar y disparar autom¨¢ticamente las bengalas en el lugar designado por los climat¨®logos.

Por otro lado, la idea de ¡°sembrar las nubes¡± para provocar lluvia artificial es bastante antigua y en cambio todav¨ªa hoy su efectividad sigue sin haberse demostrado. Hasta ahora no hay resultados concluyentes respecto a la posibilidad de manipular el clima aplicando esta t¨¦cnica y hasta el punto de provocar lluvia artificial. Tampoco se ha demostrado posible hacer lo contrario: disolver nubes y evitar que lluvia en ?momentos inoportunos?, caso de eventos deportivos. Voces contrarias a la siembra de nubes alertan sobre posibles riesgos en el entorno debido a la concentraci¨®n de productos qu¨ªmicos, entre otros inconvenientes.

Hasta ahora la ?siembra de nubes? se puede llevar a cabo desde tierra, disparando ca?ones antia¨¦reos o lanzadores de cohetes, o desde el aire, usando aviones convencionales. Seg¨²n DRI el uso de drones con este fin explora la posibilidad de automatizar optimizar el proceso reduciendo adem¨¢s los costes y el riesgo.