Ben Pasternak, el genio adolescente de moda
Con solo 16 a?os se resiste a fichar por los grandes de Silicon Valley
Los genios de la anterior revoluci¨®n tecnol¨®gica se lanzaron al estrellato sin terminar la universidad. Los de la nueva ola apenas terminan la secundaria. Hace dos a?os, las empresas de Silicon Valley se rifaban a Michael Sayman. Trabaj¨® como becario de verano en Facebook. Volvi¨® a su Miami natal salir con t¨ªtulo del instituto y se mud¨® a Menlo Park. Hoy es un ferviente defensor de Bernie Sanders, aunque no tiene edad para votar. En lugar de continuar su carrera acad¨¦mica ostenta uno de los cargos m¨¢s deificados en el mundillo tecnol¨®gico, es Jefe de Producto en la red social.
El nuevo adolescente de moda es todav¨ªa m¨¢s radical. El nuevo cerebro por el que pelean en Silicon Valley se llama Ben Pasternak. Se ha mudado, con solo 16 a?os, de su Australia natal a Nueva York, donde desarrolla su startup. Superada la edad de oro de las redes sociales puras, con Snapchat como ¨²ltimo gran lanzamiento en esta categor¨ªa, Flogg, su creaci¨®n, es un mercado de compra y venta de objetos desde el m¨®vil. R¨¢pido y directo, es el exponente de una nueva generaci¨®n que solo piensa en el m¨®vil y quiere compartir entre amigos.
La valoraci¨®n oficial de su empresa es una inc¨®gnita. Tan solo se sabe que han recaudado una cifra superior a los dos millones de d¨®lares. La mec¨¢nica es muy similar a la de Wallapop, o lo que hac¨ªa en sus inicios Craiglist. Se ofrecen objetos de segunda mano y se pone un precio, negociable o no. La diferencia en la app del millonario incipiente es que las redes sociales juegan un papel importante, solo aparecen ofertas de amigos y amigos de amigos. Se puede dar prioridad a los que viven cerca para quedar en un lugar y hacer la entrega. Se combina la facilidad de uso de subir de una foto desde el m¨®vil, con la mec¨¢nica de Tinder, deslizar el objeto a la derecha si nos gusta, a la izquierda para rechazarlo.
A pesar de las felicitaciones y elogios de los grandes de la tecnolog¨ªa, se niega a mudarse a la Costa Oeste. Twitter y Snapchat ?e han dedicado gui?os. Google y Facebook fueron m¨¢s all¨¢ del cortejo habitual. Adem¨¢s del tour por la empresa, le pusieron en contacto con ingenieros j¨®venes, con equipos explorando campos que podr¨ªan ser de tu inter¨¦s para que deseara ser parte de ellos. Les dio calabazas. Pasternak quiere ser su propio jefe. Los que trabajan con ¨¦l aseguran que no es tanto por el af¨¢n de poder como de proyectar su visi¨®n, de hacer de su idea un producto real.
Antes de cambiar de continente cre¨® una aplicaci¨®n que le encumbr¨®. El mismo la define como el ant¨ªdoto contra el aburrimiento en clase. Impossible Rush fue el nombre de su exitoso rompecabezas, el comienzo de su leyenda. Muy parecido al oriental tangram, un juego de encajar tri¨¢ngulos de color negro para crear nuevas formas, pero digital y en color. Super¨® el mill¨®n y medio de descargas en pocos meses. Despu¨¦s lleg¨® el turno de One, una app que trataba de poner orden en el el laberinto diario de actualizaciones en redes. Facebook, Instagram y Twitter en un mismo lugar, de un vistazo.
Flogg, su creaci¨®n, es un mercado de compra y venta de objetos desde el m¨®vil
La oficina de comunicaci¨®n de Flogg insiste en que a su l¨ªder no le mueve el dinero, al menos que no es su prioridad. Como ejemplo apunta a la venta de Impossible Rush por 200 d¨®lares a su amigo en Nueva York Carlos Fajardo. Seg¨²n Pasternak fue el que le ayud¨® a dar popularidad a la aplicaci¨®n y le convenci¨® para mudarse a la Gran Manzana. Vive solo, en un apartamento en Manhattan. Aunque presume de madurez, a veces necesita que pap¨¢ y mam¨¢ ejerzan. Hace unas semanas extravi¨® la tarjeta de cr¨¦dito. Cuando fue al banco se vio con que le ped¨ªan la firma de sus responsables legales para darle una copia. Su padre Mark, licenciado y con m¨¢ster en arquitectura confiesa que no esperaba que su hijo dejase los estudios tan pronto, pero sabe que el mundo ha cambiado. ¡°Es un territorio por explorar, vivimos en un nuevo mundo¡±, contesta a trav¨¦s de la agencia que gestiona la imagen de Pasternak. A pesar de este pormenor con la tarjeta de cr¨¦dito, no piensan mudarse, en Sidney, donde cuidan de Jake y Maya, sus hermanos de 13 y 6 a?os respectivamente.
Pasternak es joven, irreverente y presume de ello: ¡°Acabo de contestar m¨¢s de mil correos de gente que me pide ayuda para montar su empresa siendo adolescentes. He contestado a todos como si fuera un mensaje de texto de un amigo¡±.
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