El Gobierno argentino reacciona ante la fiebre de Pok¨¦mon Go
Pide a los numerosos jugadores que tomen precauciones para evitar accidentes
Salir a la calle para capturar pok¨¦mons con el celular. La consigna, f¨¢cil y adictiva, ha sido seguida por cientos de personas en las ¨²ltimas horas en las principales ciudades argentinas. Desde que Pok¨¦mon Go se habilit¨® en Latinoam¨¦rica, este mi¨¦rcoles, Buenos Aires se ha llenado de jugadores -en su mayor¨ªa hombres entre 15 y 30 a?os- a la caza de las criaturas de este videojuego de realidad aumentada. Sin casi despegar los ojos de la pantalla, rastrean pok¨¦mons por calles, parques y subterr¨¢neos gracias a su sistema de geolocalizaci¨®n, sum¨¢ndose a la fiebre desatada previamente en Europa y Norteam¨¦rica. Ante la pokeman¨ªa, el Gobierno de Mauricio Macri ha pedido a los cazadores tomar precauciones para evitar accidentes con un meme que se viraliz¨® en las redes sociales con la etiqueta #PokemonGoArg. "Vamo a prestar atenci¨®n", puede leerse en el mensaje difundido por la Casa Rosada desde su cuenta de Twitter, en el que uno de los monstruos de bolsillo del videojuego porta una se?al de "pare" en medio de un paso de peatones.
Prest¨¢ atenci¨®n. Evit¨¢ accidentes. #PokemonGoArg pic.twitter.com/Ge675Bb3Cc
— Casa Rosada (@CasaRosada) August 4, 2016
El Ministerio de Justicia se ha sumado tambi¨¦n a las recomendaciones a trav¨¦s de un comunicado. "La Direcci¨®n Nacional de Protecci¨®n de Datos Personales (DNPDP) recomienda a la comunidad usuaria de aplicaciones para tel¨¦fonos m¨®viles realizar un uso responsable de este tipo de juegos y tomar todos los recaudos correspondientes para el cuidado de la privacidad, especialmente en el caso de los ni?os, ni?as y adolescentes", se?ala el documento. La cartera de Justicia pide a los padres que "acompa?en a los menores de edad en el uso de los equipos" y advierte a los jugadores que est¨¦n atentos para detectar posibles solicitudes de permisos "para acceder a informaci¨®n de identificaci¨®n personal como datos de geolocalizaci¨®n, de navegaci¨®n, de direcciones IP y de correos electr¨®nicos, entre otros".
Por ahora, la mayor¨ªa de jugadores argentinos usa Pok¨¦mon Go como una distracci¨®n camino al trabajo o la escuela y en los ratos libres. Es el caso de Nahuel, Lucas, Esteban y Juli¨¢n, cuatro alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, quienes se muestran unos a otros los pok¨¦mon conseguidos antes de entrar en la escuela. Se descargaron la aplicaci¨®n anoche y por ahora han jugado en el camino habitual entre sus casas y el colegio, aunque no descartan variar ligeramente la ruta a la hora de regresar. En las cercan¨ªas de la instituci¨®n educativa pueden conseguirse los pok¨¦mon Eevee, Weedle y Pidgey, entre otros. "Parece adictivo, pero no para tomar un avi¨®n e irse a otra ciudad a conseguir un pok¨¦mon", dice Nahuel. Cerca de ellos, Santiago reparte naipes para jugar al truco con sus amigos, sentados en corro en el suelo. "No me lo descargu¨¦ para no tentarme", asegura, mientras a su lado otra compa?era se?ala que prefiere "los juegos antiguos".
Las redes sociales han explotado con comentarios sobre el juego de realidad aumentada, entre ellos trucos para capturar a Pikachu, la imagen m¨¢s reconocible de Pok¨¦mon Go, nada m¨¢s descargar la aplicaci¨®n. "Lo vi tarde (el truco), pero ya lo voy a encontrar", dice convencido Carlos G¨®mez, un vendedor de 24 a?os. Tambi¨¦n se comparten comentarios sobre las pokeparadas -en las que los jugadores se abastecen de pokebolas con las que capturar criaturas, pociones y kits para revivirlos en los combates, entre otros- y los gimnasios donde se entrenan las criaturas capturadas. La Casa Rosada, el Centro Cultural Kirchner y el Obelisco son algunos de los lugares emblem¨¢ticos que aparecen en el mapa de la aplicaci¨®n.
La empresa desarrolladora del juego, Niantic, public¨® en su sitio oficial un formulario que permite a?adir pokeparadas y gimnasios y tambi¨¦n eliminarlos. En Jap¨®n, por ejemplo, las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki solicitaron la retirada de los Parques de la Paz del mapa, mientras que en Alemania quedaron excluidos algunos antiguos campos de concentraci¨®n. En Argentina, hasta el momento, ning¨²n lugar ha sido vetado.
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