¡°Facebook y Apple podr¨¢n tener el control que la KGB nunca tuvo sobre los ciudadanos¡±
El historiador, uno de los pensadores del momento, reflexiona sobre c¨®mo la inteligencia artificial y ¡®big data¡¯ transformar¨¢n la naturaleza humana
Un coche aut¨®nomo est¨¢ a punto de atropellar a cinco peatones. ?Qu¨¦ debe hacer? ?Echarse a un lado y matar a su due?o para minimizar las bajas humanas, o salvarle la vida a su pasajero y arrollar a los paseantes? ?C¨®mo deber¨ªa programarse el ordenador del autom¨®vil? Dilemas ¨¦ticos como este preocupan a Yuval Noah Harari (Israel, 1976), profesor de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n y uno de los pensadores de referencia en la actualidad. Su primer libro, Sapiens, una breve historia de la humanidad, se convirti¨® en un fen¨®meno editorial recomendado por Barack Obama y Mark Zuckerberg. En su segundo libro, Homo Deus (Debate), va m¨¢s all¨¢ y advierte de los riesgos de la inteligencia artificial, el big data y los algoritmos que permiten complejas predicciones matem¨¢ticas.
Harari describe un futuro en el que una ¨¦lite humana cada vez m¨¢s poderosa gracias a la tecnolog¨ªa se distancia de la masa hasta convertirse en una nueva especie con capacidades nunca vistas. Un mundo, controlado por m¨¢quinas y corporaciones tecnol¨®gicas, que abandona a su suerte a los humanos que considera in¨²tiles. No se asusten: Harari puntualiza en una entrevista en Madrid que no es tarde para cambiar el porvenir.
Pregunta. Zuckerberg recomend¨® este verano su primer ensayo. ?Cree que pasar¨¢ lo mismo con el segundo?
Respuesta. Es cierto que este libro es m¨¢s desafiante, porque cuestiona opiniones y pr¨¢cticas de Silicon Valley. Pero no es un libro contra Silicon Valley, sino sobre la revoluci¨®n de los ordenadores e Internet. Es lo m¨¢s importante que est¨¢ pasando ahora y lo hemos dejado en manos de unas pocas empresas. Permitir que Facebook y Amazon moldeen el futuro de la humanidad tiene peligros inherentes. No porque representen el mal, sino porque tienen su propia visi¨®n limitada del mundo, sus propios intereses y no representan a nadie, nadie les vot¨®. La mayor¨ªa de partidos y Gobiernos no tienen una visi¨®n seria del futuro de la humanidad.
¡°Hay que convencer a los pol¨ªticos de que la inteligencia artificial no es ciencia ficci¨®n¡±
P. En Silicon Valley prometen cambiar el mundo, hacerlo mejor. No parece un prop¨®sito amenazador.
R.?Es que hay que reconocer que tienen raz¨®n. Lo que se hace all¨ª influir¨¢ m¨¢s que cualquier otra cosa en el siglo XXI. Los pol¨ªticos han perdido el contacto con la realidad. Donald Trump afirma que los chinos les quitar¨¢n el trabajo a los estadounidenses, pero ser¨¢n los robots. Hay que convencer a los pol¨ªticos de que la inteligencia artificial no es una fantas¨ªa de ciencia-ficci¨®n.
P.?Algunos expertos dicen que los trabajos que desaparecer¨¢n ser¨¢n sustituidos simplemente por otros.
R.?No tenemos ninguna garant¨ªa de que los trabajos que se creen sean suficientes para cubrir los que se destruyan. Tampoco est¨¢ claro que los humanos sean capaces de realizar esos nuevos trabajos mejor que la inteligencia artificial. Y, aun as¨ª, un tercer problema es cu¨¢ntos tendr¨¢n la habilidad necesaria para reciclarse.
¡°Estamos cediendo el control de nuestras vidas a los algoritmos¡±
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con esa masa de gente expulsada del mercado laboral?
R. Si las fuerzas del mercado siguen tomando las decisiones m¨¢s importantes, es muy posible que una ¨¦lite acapare el poder y lo use para ascender a una nueva categor¨ªa, de Homo sapiens a homo deus, una especie de superhumanos. Y la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, una nueva clase formada por gente prescindible, se quedar¨¢ atr¨¢s. Esto ya est¨¢ pasando. Los ej¨¦rcitos m¨¢s avanzados ya no reclutan a miles de soldados, sino a un peque?o n¨²mero de militares cualificados, apoyados por drones, robots y t¨¦cnicas de ciberguerra. Para el ej¨¦rcito, muchos soldados son ya innecesarios. La ingenier¨ªa gen¨¦tica y la inteligencia artificial pueden ser utilizadas para crear tipos de sociedades muy diferentes y deber¨ªamos empezar a discutir qu¨¦ sociedad queremos crear. Todav¨ªa podemos elegir.
P. Los algoritmos son cada vez m¨¢s importantes. ?Con qu¨¦ consecuencias?
R.?Uno de los grandes peligros es que nos conocen cada vez mejor y confiamos en ellos para que elijan por nosotros, desde cosas sencillas, como qu¨¦ noticias leer, hasta importantes, como nuestra salud. Perdemos el control de nuestras vidas y se lo cedemos a los algoritmos. Es cierto que, muchas veces, cederlo es positivo. Por ejemplo, Angelina Jolie se hizo una prueba de ADN y encontr¨® una mutaci¨®n en un gen que, seg¨²n el algoritmo, le daba una posibilidad del 87% de desarrollar un c¨¢ncer de mama. En ese momento no estaba enferma, se sent¨ªa perfectamente bien. Pero se someti¨® a una doble mastectom¨ªa. Y creo que hizo bien. El potencial de la tecnolog¨ªa es incre¨ªble. El reto es saber usarlo, porque tambi¨¦n hay un lado oscuro. Si confiamos en los algoritmos porque nos aconsejan bien, cada vez les damos m¨¢s poder y control sobre nuestras vidas y pueden empezar a manipularnos incluso de forma no intencionada.
P. A mucha gente no le importa ceder sus datos.
R. Nuestros datos personales son nuestro mayor activo. Ad¨®nde vas, qu¨¦ compras, y por encima de todo tus datos biom¨¦tricos, tu ADN, tu presi¨®n arterial¡ Pero la gente se lo cede a Amazon, Facebook y Google a cambio del correo electr¨®nico, las redes sociales y los v¨ªdeos de gatitos. Estas compa?¨ªas acumulan una gran cantidad de datos y analizarlos les permite comprender a la sociedad, al mundo, mejor que nadie. Facebook puede, te¨®ricamente, decidir las elecciones en EE?UU. Una de las informaciones m¨¢s valiosas hoy d¨ªa es qui¨¦nes son los votantes indecisos. Esa informaci¨®n la tiene Facebook. No todos estamos en la red social, es cierto, pero mucha gente s¨ª, y la compa?¨ªa podr¨ªa intentar averiguar qui¨¦nes son esos indecisos e incluso qu¨¦ deber¨ªa decirles el candidato para convencerlos de que le voten. Facebook tiene este poder porque la gente le regala su informaci¨®n.
P. ?Es el fin del libre albedr¨ªo?
¡°Es muy posible que una nueva clase de superhumanos monopolice el poder en el futuro¡±
R.?El cerebro es tan complejo que ni el KGB sovi¨¦tico, espiando a todas horas a los ciudadanos, era capaz de entender a la gente o predecir sus gustos y deseos. En cierto sentido, eso nos hace libres. Pero en el siglo XXI estamos adquiriendo m¨¢s conocimientos biol¨®gicos y los ordenadores tienen m¨¢s poder. As¨ª que lo que el KGB era incapaz de controlar, Facebook o Apple podr¨¢n hacerlo en¡ ?10, 20 o 30 a?os? Podr¨ªan monitorizar tu cuerpo con sensores biom¨¦tricos, recoger estos datos y, con algoritmos sofisticados, analizarlos y saber exactamente qui¨¦n eres, tu personalidad, qu¨¦ te gusta, qu¨¦ responder¨ªas a una cuesti¨®n. Cuando una entidad externa te entiende mejor que t¨² mismo, ya no hay libre albedr¨ªo.
P.?Mucha gente pensar¨¢ que usted es un tecn¨®fobo m¨¢s¡
R. En el libro hablo m¨¢s de los riesgos que de las ventajas de la tecnolog¨ªa, porque creo que es responsabilidad de pensadores, historiadores y fil¨®sofos advertir de los peligros y tratar de buscar soluciones. Ya se encargar¨¢n los ingenieros y los empresarios de resaltar las ventajas. Es importante que nos conozcamos a nosotros mismos y averig¨¹emos qu¨¦ queremos en la vida. Creo que as¨ª podremos usar la tecnolog¨ªa de forma m¨¢s sensata y alcanzar nuestros propios objetivos.
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