La cara m¨¢s oscura de los m¨®viles ¡®ganga¡¯ chinos
Tras la apariencia de chollos se esconden multitud de marcas que ofrecen terminales de escasa calidad, un servicio ¨ªnfimo, e incluso estafas en las especificaciones
Las marcas de m¨®viles chinas han logrado abrirse camino en el mercado occidental gracias a su magn¨ªfica relaci¨®n calidad-precio. Empresas como Huawei, Xiaomi, Meizu o OnePlus ofrecen aparatos de gama alta por la mitad de lo que cuestan sus equivalentes con los logotipos de Apple o de Samsung. Pero tambi¨¦n hay una constelaci¨®n de compa?¨ªas que se valen del desconocimiento de los usuarios para colocar?smartphones cuya calidad deja mucho que desear. Basta con buscar ¡®m¨®viles chinos¡¯ en una plataforma como Aliexpress para darse de bruces con nombres completamente desconocidos: Amigoo, Doogee, Bylynd, Ulefone, Umi, y un sinf¨ªn de nombres de los que ni siquiera los chinos han o¨ªdo hablar jam¨¢s.
Pero es f¨¢cil morder el anzuelo. En la pantalla del ordenador desfilan modelos de dise?os razonablemente atractivos, especificaciones avanzadas, y, sobre todo, precios dif¨ªciles de batir. Por ejemplo, al azar, el Oukitel K6000, se vende por poco m¨¢s de 130 euros a pesar de que cuenta con 3GB de memoria RAM, pantalla FHD de 5,5 pulgadas, una c¨¢mara de 13 megap¨ªxeles, sensor de huellas dactilares, y una bater¨ªa de nada menos que 6.000 mAh. Todo ello envuelto en un bonito cuerpo met¨¢lico. Teniendo en cuenta que Meizu vende a 229 euros su equivalente -el M3Note, un gran tel¨¦fono-, sin duda parece una ganga.
Es f¨¢cil morder el anzuelo. En la pantalla del ordenador desfilan modelos de dise?os razonablemente atractivos, especificaciones avanzadas, y, sobre todo, precios dif¨ªciles de batir
Pero merece la pena leer la letra peque?a. En primer lugar, se deja bien claro que los impuestos y aranceles preceptivos no est¨¢n incluidos en el precio, algo que, de ser requeridos, pueden aumentar considerablemente tanto la factura del aparato como el plazo de entrega. Es m¨¢s, al final, puede resultar incluso m¨¢s caro que el Meizu, que se env¨ªa directamente desde Espa?a con todo en regla. Ese es el primer sobresalto al que se expone el usuario, algo habitual en las tiendas especializadas que distribuyen marcas sin presencia oficial en nuestro pa¨ªs. Eso s¨ª, el vendedor del Oukitel se compromete a declarar un bajo valor del tel¨¦fono para reducir el gravamen de la Aduana, algo que al consumidor puede ahorrarle unos euros pero que es una pr¨¢ctica ilegal.
Luego sorprende la pol¨ªtica de devoluciones: ¡°Se aceptan si el producto es muy distinto de su descripci¨®n. El comprador puede devolver el producto (haci¨¦ndose cargo de los gastos de env¨ªo de vuelta) o qued¨¢rselo y acordar con el vendedor la devoluci¨®n del dinero¡±, se lee. Y, de hecho, ah¨ª radican multitud de quejas. No solo es subjetivo ese ¡®muy distinto de su descripci¨®n¡¯, sino que el reembolso solo se har¨¢ efectivo si se corre con los gastos de env¨ªo. A China, claro.
Como explica la propia Meizu en su p¨¢gina web, hay varias razones m¨¢s por las que esta importaci¨®n paralela puede resultar contraproducente. Por un lado, el producto puede no estar homologado y sufrir diferentes incompatibilidades en Espa?a, desde la clavija del enchufe hasta las bandas de frecuencia. Por otro lado, la mayor¨ªa de los sistemas operativos no cuentan con espa?ol o disponen de una traducci¨®n muy b¨¢sica. Tampoco suelen recibir actualizaciones -la mayor¨ªa de los dispositivos baratos se ha quedado en Android 5-, con lo que ello conlleva de peligro, y, adem¨¢s, existe la posibilidad de que incluyan aplicaciones no deseadas e incluso publicidad o programas esp¨ªa.
Pero eso es lo de menos, porque, como apunta a EL PA?S el presidente de Vernee, Zou Zhihua, ¡°hay muchas empresas que incluso mienten en sus especificaciones, y utilizan componentes que no son los que dicen ser¡±. Los m¨¢s f¨¢ciles de detectar son las memorias. Este peri¨®dico ha podido comprobar c¨®mo algunos modelos que se venden con almacenamiento interno te¨®rico de 32 GB tienen en realidad 8, y lo mismo sucede con los procesadores, que en su mayor¨ªa son Mediatek de gama baja que se hacen pasar por otros m¨¢s potentes. M¨¢s dif¨ªcil es comprobar si los sensores de la c¨¢mara, o componentes como el Bluetooth y el GPS son los publicitados.
Un joven espa?ol que estuvo empleado en una de las marcas enumeradas al comienzo de este reportaje reconoce estas pr¨¢cticas. ¡°De hecho, decid¨ª marcharme cuando descubr¨ª c¨®mo funcionan. En general, los empleados chinos eran gente con muy poca experiencia y las cosas sal¨ªan francamente mal¡±, comenta. ¡°Son marcas que solamente comercializan a trav¨¦s de intermediarios, que tienen unas calidades muy bajas, y que solo buscan volumen de ventas. Muchas mienten en componentes como la bater¨ªa, el procesador, o la c¨¢mara¡±. Tampoco son de fiar en los t¨¦rminos de su garant¨ªa. ¡°Nunca devuelven el dinero o reparan el m¨®vil. Se pasan la pelota entre el fabricante y el vendedor, y tienen al usuario contactando con unos y con otros para nada¡±. El espa?ol, que ahora trabaja en una compa?¨ªa estatal, lo tiene claro: ¡°Al final no compensa el precio¡±.
El producto puede no estar homologado y sufrir diferentes incompatibilidades en Espa?a, desde la clavija del enchufe hasta las bandas de frecuencia
¡°La industria del ¡®sanzhai¡¯ -como se conoce en China a las copias de aparatos electr¨®nicos- ha tenido que reinventarse tras la irrupci¨®n de marcas como Xiaomi, que han supuesto una disrupci¨®n en el mercado. Ofrecen buenos aparatos a gente que quiere gastar poco¡±, analiza un empleado de una de las tiendas ¡®online¡¯ m¨¢s importantes, que pide mantenerse en el anonimato. ¡°La gente ahora ya no quiere tener una copia del ¨²ltimo iPhone para fardar, sino comprar el original o encontrar una ganga que rara vez existe. Si Xiaomi o Meizu lo ofrecen m¨¢s caro, es que no es posible hacerlo m¨¢s barato con una calidad decente. Sin embargo, muchas empresas que antes se dedicaban a fabricar estas copias, ahora han visto en la crisis econ¨®mica global una oportunidad para salir al mundo. Pero sus productos no son buenos¡±, reconoce el empleado.
Buen ejemplo de esta t¨¢ctica puede ser el Haweel H1Pro, que en Aliexpress se vende por solo 64,50 euros y cuyo nombre se pronuncia de forma sospechosamente parecida al de Huawei, una t¨¦cnica muy antigua y extendida entre los fabricantes menos honestos. En este caso, monta 1 GB de memoria RAM, una escasa bater¨ªa de 2.000 mAh, y un chip Mediatek de gama baja que solo se identifica en la p¨¢gina de caracter¨ªsticas t¨¦cnicas. Sorprende tambi¨¦n la discrepancia en elementos como la resoluci¨®n de la pantalla: mientras se afirma que es HD -1280x720 p¨ªxeles- en las im¨¢genes publicitarias, la ficha t¨¦cnica anuncia otra peor -854x480-. Por otro lado, aunque una de las fotograf¨ªas asegura que est¨¢ preparado para funcionar en redes 4G, luego se ve que en realidad ¨²nicamente se conecta a las 3G. Curiosamente, siete de nueve comentarios le dan cinco estrellas. ¡°Muchos son falsos¡±, reconoce el empleado de la tienda ¡®online¡¯ china.
Diferentes marcas con buena reputaci¨®n afirman que esta es una estrategia desesperada que da?a la imagen de China y que solo proporciona resultados a corto plazo
En cualquier caso, como afirman desde diferentes marcas con buena reputaci¨®n, esta es una estrategia desesperada que da?a la imagen de China y que solo proporciona resultados a corto plazo. No en vano, a pesar del ¡®boom¡¯ que vive el sector de la telefon¨ªa m¨®vil en el gigante asi¨¢tico, cuyas marcas copan ya el ¡®top 10¡¯ mundial, muchas peque?as empresas que sobrevivieron gracias a las copias m¨¢s o menos descaradas est¨¢n muriendo r¨¢pidamente. Seg¨²n Peng Zheng, ingeniero s¨¦nior de la Academia China para la Investigaci¨®n en Telecomunicaciones, un tercio bajaron la persiana entre enero de 2014 y diciembre del a?o pasado.
Algunas, como Dakele, una de las primeras que copi¨® el iPhone, son representativas del fin de una era. Pero otras, como Digione, a la que este peri¨®dico dedic¨® un reportaje hace tres a?os tras la inversi¨®n multimillonaria de Baidu -el Google chino-, han supuesto mayor sorpresa. Por su cierre y por c¨®mo lo ha hecho, gan¨¢ndole un juicio a Apple despu¨¦s de acusarla de plagio en el iPhone 6. Pero, a pesar de todos estos cierres, todav¨ªa quedan nada menos que 309 marcas diferentes. ¡°La competencia es feroz, y el problema es que los m¨®viles ya casi no se diferencian entre s¨ª¡±, afirma Zou. En 2015, los fabricantes chinos lanzaron una media de tres nuevos modelos cada d¨ªa.
Muchas de las f¨¢bricas de las marcas menos fiables est¨¢n situadas en la provincia sure?a de Guangdong y son relativamente peque?as. Trabajan con componentes de baja calidad y, sobre todo, no tienen capacidad para dar soporte a los terminales que venden en el extranjero. ¡°Es l¨®gico pensar que se va a producir una dolorosa consolidaci¨®n del mercado, en el que solamente quedar¨¢ una veintena de fabricantes importantes¡±, comenta una fuente de Xiaomi. ¡°Y eso no ser¨¢ un problema para la competencia. Al contrario, servir¨¢ para que los consumidores est¨¦n m¨¢s protegidos y puedan elegir entre productos de mayor calidad¡±. El trabajador espa?ol concuerda. ¡°Da la sensaci¨®n de que al final solo quedar¨¢n Xiaomi, OPPO, y alguna m¨¢s¡±.
Hasta entonces, el mejor consejo es ejercer la cautela al comprar m¨®viles chinos ¡®online¡¯. Y existen algunos par¨¢metros que son buenos indicadores de que es mejor pasar de largo: discrepancias en los diferentes par¨¢metros t¨¦cnicos, mal uso del espa?ol en las especificaciones, o un precio excesivamente bajo cuando se compara con Xiaomi, Meizu, o OnePlus son indicios -que no certezas- de que quiz¨¢ sea incluso mejor comprar un Zetta.
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