M¨¢s all¨¢ de Airbnb o Wallapop: las apps de econom¨ªa colaborativa que no conoces
Los sectores del alojamiento y el transporte se enfrentan a los modelos de servicio de peque?a escala y coste, pero de uso masivo
La econom¨ªa colaborativa lleg¨® un d¨ªa para quedarse. Al principio nos costaba comprenderla, nos parec¨ªa ajena, pero tras intentar vender algo, ¡°por probar¡±, en Wallapop, o hacer el primer viaje en BlaBlaCar, ya nos dimos cuenta de que todo aquello era ¨²til para nosotros y nos aportaba ahorro y otros beneficios.
El 55% de la poblaci¨®n espa?ola utiliz¨® servicios de este tipo de econom¨ªa al menos una vez en el ¨²ltimo a?o, seg¨²n los datos del primer informe sobre econom¨ªa colaborativa en Espa?a, adelantados en el reciente evento Sharing Madrid, un encuentro organizado por la Asociaci¨®n Espa?ola de la Econom¨ªa Digital (Adigital) y Sharing Espa?a, el colectivo que agrupa a las empresas y plataformas de econom¨ªa colaborativa. La mayor¨ªa de quienes usaron este servicio, entre el 35% y el 40%, lo hicieron para realizar alguna compra o venta de bienes de segunda mano.
Ya que este sistema de transacciones de persona a persona funciona sobre todo a trav¨¦s del m¨®vil, nos preguntamos: ?cu¨¢les son las aplicaciones que han activado la econom¨ªa colaborativa en los ¨²ltimos dos a?os? Sabemos tambi¨¦n cuales han sido los sectores donde ha habido mayor incremento: la compraventa entre particulares, la movilidad (car sharing) y el turismo colaborativo.
1.- Wallapop
Esta startup surgida en Barcelona en 2013, en menos de dos a?os ya hab¨ªa conquistado, no solo el mercado espa?ol, sino tambi¨¦n el estadounidense. Sin duda es la que ha descubierto al ciudadano medio las ventajas de la econom¨ªa colaborativa y los ha convertido en verdaderos vendedores. Como indica el informe anterior m¨¢s de un tercio de la poblaci¨®n espa?ola ha descubierto la ventaja de vender algo que iba a tirar o a guardar indefinidamente sin darle uso. A medida que la gente iba perdiendo la verg¨¹enza a vender un objeto sin que parezca que se hace por necesidad y tomando confianza con el hecho de realizar transacciones econ¨®micas con desconocidos, Wallapop se ha ido instaurando en la sociedad como algo com¨²n, que incluso se ha atrevido a evolucionar en sectores como la venta de coches a particulares.
Lo que hab¨ªa antes
Aunque podr¨ªamos decir que el mayor precedente digital es eBay, el modelo de Wallapop en Espa?a es antiguo y viene de negocios tradicionales anteriores muy populares en los a?os 80 y 90, como la revista de compraventa entre particulares Segundamano, que quiso realizar su reconversi¨®n al universo m¨®vil cambiando su nombre por Vibbo, puede que sin demasiado acierto. Lo cierto es que el impulso de Wallapop ha hecho que una experta en el sector como Vibbo recupere posiciones como alternativa a la anterior, pero mejorando la experiencia de usuario que les da su trayectoria profesional. Por otra parte, el grupo Schibsted Classified Media Spain, a quien pertenece Vibbo, mantiene el modelo de negocio tradicional del anuncio t¨ªpico de transacciones entre particulares, y donde hay tambi¨¦n profesionales, con la web Milanuncios.
Lo que viene despu¨¦s
Parece que todo apunta a que estas plataformas vayan especializ¨¢ndose en su oferta. Ah¨ª tenemos el ejemplo de Chicfy (la del ritmillo pegadizo), un mercadillo virtual de ropa entre usuarios que afina tanto en su ¡®target¡¯ que est¨¢ destinado sobre todo a la poblaci¨®n femenina.
Otra evoluci¨®n es pasar de la venta de bienes muebles a la prestaci¨®n de servicios entre particulares de una misma zona. En este sentido, cabe destacar iniciativas como Chefy, con la cual podemos solicitar comida casera hecha por otros usuarios; deliberry o DelS¨²per, donde otros hacen la compra en el supermercado por nosotros; o Etece, una plataforma multiservicios donde encontrar desde un manitas que te coloque un cuadro, hasta un traductor o un contable.
El secreto de BlaBlaCar, adem¨¢s de abaratar costes, es que ha utilizado desde el principio el valor de la confianza, en este caso entre el conductor y los pasajeros, ya que ¨¦sta es el pilar de la econom¨ªa colaborativa
2.- BlaBlaCar
Se trata de una de las compa?¨ªas digitales de uso de coches compartidos de mayor trayectoria. Nacida en Francia en 2006 con el nombre de Covoiturage.fr, lleg¨® a Espa?a en 2008 y ha sabido seducir sobre todo a los m¨¢s j¨®venes, los codiciados ¡®millennials¡¯ que, adem¨¢s de sus usuarios, han sido sus principales mentores. El secreto de BlaBlaCar, adem¨¢s de abaratar costes, es que ha utilizado desde el principio el valor de la confianza, en este caso entre el conductor y los pasajeros, ya que esta es el pilar de la econom¨ªa colaborativa, tal y como afirmaba en Sharing Madrid Jaime Rodr¨ªguez, responsable de BlaBlaCar en Espa?a. Esta confianza se plasma en el sistema a de valoraciones entre usuarios de la plataforma y que se ha utilizado posteriormente en cada nuevo negocio colaborativo que aparece.
BlaBlaCar ha abierto el camino a las diferentes formas de car sharing en muchos pa¨ªses. Incluso ha tenido sus propias denuncias, al estilo Uber, esta vez por parte de asociaciones de empresas de transporte de viajeros por carretera, los autobuses de l¨ªnea regular, que no han podido frenar legalmente a su competidor, ya que esta plataforma ha demostrado que no hace competencia desleal, a diferencia de lo que el sector del taxi acusa a Uber.
Lo que hab¨ªa antes
El carpooling, el hecho de compartir coche entre varias personas que van a un mismo sitio para abaratar costes, ya se comenz¨® a hacer durante la Segunda Guerra Mundial y en la Crisis del Petr¨®leo de 1973, fomentado por el gobierno estadounidense. Evidentemente, se abandon¨® con la llegada de la ¡®sociedad del bienestar¡¯ y la adquisici¨®n de uno o varios coches en propiedad para varios miembros de una misma familia. Ahora y ante la reciente crisis ha vuelto a ser una opci¨®n.
Lo que viene despu¨¦s
Despu¨¦s de abaratar los grandes viajes queda hacerlo con los desplazamientos diarios. Ser¨ªa el resurgir del carpooling. Plataformas como BlaBlaCar est¨¢n investigando este sistema de uso urbano en su plataforma de viajes compartidos, e incluso han hecho ya pruebas piloto en dos regiones de Francia para conectar las ciudades con sus localidades dormitorio. Otros como Uber, est¨¢ probando c¨®mo introducir, de momento en EE. UU., su servicio UberPool, que une usuarios con estas necesidades.
Otra evoluci¨®n del coche compartido son las plataformas de alquiler de veh¨ªculos por tiempo donde nosotros mismos conducimos sin necesidad de ir con extra?os. Han surgido a partir de la filosof¨ªa de BlaBlaCar de que hoy en d¨ªa no hace falta tener un coche en propiedad o que incluso, si compras uno, puede salirte a coste 0 si lo compartes. Avancar, Respiro y Bluemove, son las opciones interurbanas de alquiler de coche por horas que mejor est¨¢n funcionando y Car2Go,Emov y Ecooltra, por su parte, suponen las alternativas ecol¨®gicas al uso en ciudad. Una segunda evoluci¨®n de esto son los alquileres de coches entre particulares donde plataformas como Amovens, eccocar, drivy o SocialCar ofrecen el servicio de contacto entre propietarios y clientes.
El tr¨¢fico web de Airbnb se ha incrementado m¨¢s de 30% en el ¨²ltimo a?o, superando el tr¨¢fico de sitios como Booking.com, Hotels.com y marcas hoteleras como Marriott y Hilton, seg¨²n los datos de SimilarWeb
3.- Airbnb
El concepto global de disponer de ¡®cama hinchable y desayuno¡¯(airbed and breakfast, de aqu¨ª viene Airbnb) en la casa de un anfitri¨®n (el nombre que recibe los propietarios de los alojamientos) particular para abaratar los costes de viajar a golpe de clic, entr¨® de lleno en 2008 en uno de los sectores principales de la econom¨ªa espa?ola, el alojamiento tur¨ªstico. Airbnb ha pasado en poco tiempo de ser una mera alternativa barata al hotel tradicional a una de las primeras opciones visitadas por los usuarios al preparar sus viajes. El tr¨¢fico web de Airbnb se ha incrementado m¨¢s de un 30% en el ¨²ltimo a?o, superando el tr¨¢fico de sitios como Booking.com, Hotels.com y marcas hoteleras como Marriott y Hilton, seg¨²n los datos de SimilarWeb. Actualmente se estima que la plataforma cubre unas 2.000.000 propiedades en 192 pa¨ªses y 33.000 ciudades.
Lo que hab¨ªa antes
Evidentemente, alquilar casas o habitaciones entre particulares es algo tan antiguo como el viajar. Pero si buscamos los antecedentes digitales de Airbnb, encontramos iniciativas como Interhome, un servicio creado en 1965 que se encarga de buscar casas de alquiler en todo el mundo, y que ya entonces ten¨ªa en cartera la oferta de casas particulares e incluso habitaciones. Durante los primeros tiempos de Internet, Interhome proporcionaba a trav¨¦s del correo electr¨®nico las fichas de las casas que cubr¨ªan los requisitos que el usuario solicitaba a trav¨¦s de su web, m¨¢s tarde se ha convertido tambi¨¦n en una plataforma digital de alquileres como cualquier otra.
Lo que viene despu¨¦s
El futuro del turismo colaborativo tiende a segmentarse cada vez m¨¢s y a convertirse en una oferta ¡®a la carta¡¯ para cada usuario. Aparecen nuevas Iniciativas como Biduzz, una aplicaci¨®n que ofrece agentes tur¨ªsticos 24 horas al d¨ªa y los 7 d¨ªas de la semana que nos acompa?an virtualmente durante cada viaje.
Sin embargo, el triunfo de Airbnb est¨¢ levantando verdaderas ampollas en el sector hotelero, que ve peligrar su modelo de negocio tradicional, e incluso se ha visto obligado a transformarlo con ofertas que abaratan costes e intentan competir con Airbnb, como habitaciones por horas o ventajas premium. Esto ¨²ltimo propone la startup barcelonesa UnSheeping, que permite que el cliente de un establecimiento hotelero vaya reduciendo el gasto de su estancia o, seg¨²n la propia app, conseguir que le resulte gratis. Todo va en funci¨®n de los gastos que vaya realizando en establecimientos adscritos de la ciudad, de tal manera que al comprar en ciertas tiendas, las entradas de museos o las facturas de restaurantes hagan reducir el precio final de nuestra estancia. Tambi¨¦n en la exclusividad del trato al cliente se basan las compa?¨ªas Stay-App y la canaria Requestic, que proponen una aplicaci¨®n m¨®vil que mantiene en contacto directo al cliente con cualquier servicio del hotel y a cualquier hora.
Por otra parte, la startup Hundredrooms se centra en buscar y comparar alojamientos vacacionales de particulares entre las distintas plataformas que los ofertan, como Homelidays o HomeAway, que adem¨¢s de con particulares trabaja con agencias.
Airbnb, Wallapop y BlaBlaCar, sin duda han dado el empuj¨®n que necesitaba la econom¨ªa colaborativa para entrar en sociedad, pero esto es solo el principio de un sinf¨ªn de iniciativas que seguramente iremos viendo en breve.
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