Google resucita las Glass
Las gafas inteligentes se renuevan centradas en el mundo corporativo
Ten¨ªan que haber salido de manera definitiva, no solo como una prueba, en 2015. Muchos daban ya por muertas a Glass, las gafas de Google que tanto impacto causaron en su estreno en febrero de 2013. Cuatro a?os despu¨¦s vuelven renovadas y con un giro importante. Google prescinde de los usuarios particulares y el mercado de consumo. Desaparecen los exploradores, como denominaban a los primeros usuarios que experimentaron y crearon aplicaciones para este formato, y nacen los clientes que compran las gafas y servicios adaptados a trav¨¦s de distribuidores.
El dise?o ha cambiado. Ya no parecen tanto un cachivache tecnol¨®gico, la colaboraci¨®n con Luxottica, la marca que fabrica tambi¨¦n las gafas Ray-ban, ha dado como fruto un aparato m¨¢s ligero, adaptado a la cara y con una patilla y montura intercambiables. La patilla izquierda es similar a la de cualquier gafa, la derecha es la tecnol¨®gica. En su interior se esconde un nuevo procesador. Ya no es de Qualcomm, como la mayor¨ªa de los m¨®viles de alta gama, sino de Intel, que ha creado un chip a medida para cumplir con las exigencias de las gafas. Cuentan con una c¨¢mara que mantiene la definici¨®n del primer modelo, fotos de cinco megap¨ªxeles y v¨ªdeo a 720p. La autonom¨ªa ha mejorado. Ahora se puede cargar la bater¨ªa mediante una petaca externa gracias a la conexi¨®n magn¨¦tica que se esconde en la patilla. El sistema de sonido tambi¨¦n ha evolucionado. Ya no es un auricular externo, como en el segundo modelo, ni env¨ªa vibraciones al hueso del o¨ªdo como la idea inicial, sino que emite por detr¨¢s de la oreja con cierta privacidad, pero sin grandes despliegues tecnol¨®gicos.
Uno de los problemas para su expansi¨®n tuvo que ver con la privacidad. Se ha resuelto con una luz que indica si se est¨¢ grabando o haciendo una foto en ese momento.
Ahora se puede cargar la bater¨ªa mediante una petaca externa gracias a la conexi¨®n magn¨¦tica que se esconde en la patilla
Streye, una empresa con sede en Murcia y Hong Kong, es una de las distribuidoras para Europa y Asia. Ofrecen el nuevo modelo de gafas por 1.550 euros si se compra una sola unidad, as¨ª como un paquete de software creado por ellos. Se puede adquirir un paquete de 10 unidades, con descuento adicional. O un pedido a medida. Salen en color blanco o negro, la parte tecnol¨®gica, pero la patilla y montura se puede cambiar, como las correas del Apple Watch, para personalizarlo o adaptarlo a gafas graduadas, de sol, o con protecci¨®n para salpicaduras o entornos en los que se hacen soldaduras.
Alfonso Colom¨¦ (Madrid, 1976) es ingeniero inform¨¢tico y socio de Streye, hace dos a?os comenz¨® a experimentar con el primer modelo y vio que las posibilidades, al margen de la an¨¦cdota inicial eran notables para mejorar el entorno laboral.
El dise?o ha cambiado. Ya no parecen tanto un cachivache tecnol¨®gico, la colaboraci¨®n con Luxottica, la marca que fabrica tambi¨¦n las gafas Ray-ban, ha dado como fruto un aparato m¨¢s ligero, adaptado a la cara y con una patilla y montura intercambiables
De momento cuentan con aseguradoras, que lo usan, por ejemplo, para que un perito tome muestras en tiempo real de c¨®mo ha quedado un coche accidentado, con fotos y v¨ªdeos, as¨ª como empresas de ¨¢mbito sanitario, para emitir una intervenci¨®n o para que una enfermera pueda hacer videoconferencia con un especialista en remoto. Tambi¨¦n ha hecho pruebas en una mina de extracci¨®n de minerales en Colombia y esperan dar usos en medios, para emitir eventos a trav¨¦s de YouTube en tiempo real sin que el reportero tenga que ocupar las manos con el m¨®vil o contar con una persona adicional que ejerza de c¨¢mara. De este modo, la emisi¨®n en primera persona es mucho m¨¢s realista.
Cuando se encienden las gafas aparece el software de Streye. Ya no hay un sistema operativo de Google. Y el famoso ¡°Ok, Glass¡± que serv¨ªa como arranque, se puede adaptar o personalizar para cada compa?¨ªa.
En estos cuatro a?os Google ha cambiado much¨ªsimo. Ya no es una macroempresa que experimenta, sino un conglomerado, Alphabet, que procura hacer rentables sus unidades o, al menos, que los inversores puedan seguir al detalle en qu¨¦ se emplean los fondos y qu¨¦ impacto tiene la inversi¨®n en investigaci¨®n en las cuentas de la empresa.
Salen en color blanco o negro, la parte tecnol¨®gica, pero la patilla y montura se puede cambiar, como las correas del Apple Watch
De ah¨ª que ahora Glass depende de X, la divisi¨®n m¨¢s futurista, la misma de la que naci¨® el coche sin conductor o los globos aerost¨¢ticos que dan conexi¨®n en zonas sin cobertura por parte de las operadoras o sat¨¦lites comerciales.
Google nunca desvel¨® la cantidad de gafas que llegaron a las calles, pero s¨ª les dieron quebraderos de cabeza. Sentaron las bases de modelos posteriores, como las Hololens de Microsoft o las Spectacles de Snapchat. Dos modelos muy distintos, pero que ya nacieron con una base previa y algunas normas de conducta asentadas gracias a la labor pionera de Google.
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