Elon Musk encabeza una petici¨®n a la ONU para prohibir los ¡®robots soldado¡¯
116 expertos en inteligencia artificial y rob¨®tica reclaman al organismo que impida el uso de armas aut¨®nomas
En?Terminator, la popular pel¨ªcula de James Cameron, el rebelde John Connor se enfrentaba a un ej¨¦rcito de robots asesinos que se hac¨ªa con el control del planeta. Aquella situaci¨®n apocal¨ªptica encajaba perfectamente en el guion de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n, pero nadie realmente pens¨® que podr¨ªa plantearse en un futuro. Sin embargo, para un plantel de expertos y l¨ªderes empresariales de todo el mundo, es una posibilidad muy real: 116 especialistas en rob¨®tica e inteligencia artificial han redactado una carta dirigida a Naciones Unidas, en la que solicitan la prohibici¨®n del desarrollo de robots dedicados a la guerra. El documento cuenta con la firma, entre otros, de Elon Musk?¡ªfundador de Tesla y SpaceX¡ª quien ya alert¨® hace un mes sobre los peligros para la civilizaci¨®n de la inteligencia artificial. Otro de los firmantes es Mustafa Suleyman, cofundador de la compa?¨ªa de inteligencia artificial DeepMind, propiedad de Google.
La carta se ha hecho p¨²blica durante la apertura del Congreso Internacional de Inteligencia Artificial (IJCAI, por sus siglas en ingl¨¦s), que arranc¨® este lunes en Melbourne (Australia). "Una vez desarrolladas [las armas aut¨®nomas], permitir¨¢n que conflictos armados se libren a una escala mayor que nunca, y a escalas de tiempo m¨¢s r¨¢pidas de lo que los humanos pueden comprender. Estos pueden ser armas de terror, armas que los d¨¦spotas y los terroristas usan contra poblaciones inocentes, y armas hackeadas para comportarse de manera indeseable. No tenemos mucho tiempo para actuar. Cuando se abra la caja de Pandora, ser¨¢ dif¨ªcil de cerrar", reza en su ¨²ltimo p¨¢rrafo.
Los expertos advierten en la misiva de la posibilidad de una ¡°tercera revoluci¨®n b¨¦lica¡± con la inminente llegada de robots y equipos no tripulados que podr¨ªan elevar las guerras a enfrentamientos con consecuencias imprevisibles. En este sentido, los firmantes advierten de que la veloz evoluci¨®n de la inteligencia artificial podr¨ªa lograr que el desarrollo de armas aut¨®nomas llegue en unos pocos a?os, y no en d¨¦cadas, como se estimaba con anterioridad. "No tenemos demasiado tiempo para actuar. Una vez que esta caja de Pandora est¨¦ abierta, ser¨¢ dif¨ªcil cerrarla", advierten los expertos a la ONU, que celebrar¨¢ este viernes una reuni¨®n para debatir sobre los peligros de las armas aut¨®nomas.
No tenemos demasiado tiempo para actuar. Una vez que esta caja de Pandora est¨¦ abierta, ser¨¢ dif¨ªcil cerrarla
El uso b¨¦lico de la inteligencia artificial lleva tres a?os generando un intenso debate en las Naciones Unidas que va m¨¢s all¨¢ de la ciencia ficci¨®n, que se centra en las implicaciones jur¨ªdicas y los riesgos para los civiles inocentes en las zonas de conflicto. La idea de que en un futuro no muy lejano se pierda la compasi¨®n y el juicio humano a la hora de ejecutar un ataque preocupa a las delegaciones. Actualmente hay una veintena de pa¨ªses que reclaman su prohibici¨®n. "Hoy, la posible p¨¦rdida de vidas humanas es un elemento disuasorio para la iniciaci¨®n de conflictos y la escalada b¨¦lica, pero cuando las v¨ªctimas potenciales fueran robots, aumentar¨ªa dram¨¢ticamente la posibilidad de enfrentamiento", asegur¨® la experta Mary-Anne Williams, de la Universidad de S¨ªdney, a AFP.?
En el seno del organismo existe, de hecho, un consenso favorable a que se formalice un proceso que sirva para discutir sobre los temores asociados a estas tecnolog¨ªas. Pero en lugar de discutir la posibilidad de adoptar una convenci¨®n internacional que imponga un mayor control, las grandes potencias se inclinan en este momento m¨¢s por compartir buenas pr¨¢cticas y elevar la transparencia.
Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, Israel y Corea del Sur son los pa¨ªses m¨¢s avanzados en el desarrollo de sistemas de defensa aut¨®nomos. Las ONG, como Human Rights Watch, consideran sin embargo que es un imperativo moral que se marque una l¨ªnea roja, para as¨ª mantener el control humano en las decisiones sobre la identificaci¨®n de objetivos y el uso ¨²ltimo de la fuerza.
La conferencia celebrada a final de 2016 para la revisi¨®n del tratado que regula el uso de armas convencionales ya dio un primer paso para regular el uso b¨¦lico de la inteligencia artificial, al establecer un grupo de expertos que debata en serio sobre estos sistemas. Los diplom¨¢ticos en la ONU coinciden que las convenciones actuales tienen muchas lagunas sobre el desarrollo y uso de estas armas. Otra cosa es que eso derive en la negociaci¨®n de un instrumento legal.
Lo que temen los expertos es un ej¨¦rcito de robots capaces de comenzar a un enfrentamiento b¨¦lico a gran escala en unos pocos minutos, y capaces de tomar decisiones sobre el terreno sin necesidad de recibir ¨®rdenes. Parte de lo que podr¨ªa llegar se est¨¢ probando ya en los principales ej¨¦rcitos del mundo, donde drones (aeronaves no tripuladas) sobrevuelan ya el terreno enemigo y pueden equipar armamento letal. La armada estadounidense, por ejemplo, contar¨¢ en breve en su flota con el buque aut¨®nomo Sea Hunter, una nave no tripulada con un gran alcance que podr¨¢ ser empleada para llevar a cabo ataques a distancia eliminando el riesgo de bajas propias. Un barco de guerra con mando a distancia, por simplificar el escenario.
Este grupo de expertos quiere adelantarse a los acontecimientos y lograr que el organismo internacional proh¨ªba de antemano el desarrollo de estos robots o instrumentos de guerra aut¨®nomos, de la misma manera que se prohibi¨® en su d¨ªa el uso de armas qu¨ªmicas en los enfrentamientos b¨¦licos o con el l¨¢ser.
No es la primera vez que los especialistas de esta conferencia lanzan una advertencia sobre los peligros de la inteligencia artificial. Elon Musk ya firm¨® en julio de 2015 una carta similar en la que expresaba su preocupaci¨®n por el desarrollo de los robots asesinos y ped¨ªa a la ONU que tomara cartas en el asunto, imponiendo un veto internacional. La petici¨®n fue suscrita tambi¨¦n por Steve Wozniak, cofundador de Apple, y el cient¨ªfico Stephen Hawking.
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