¡°Si no quieres ver tuits nazis, finge que est¨¢s en Alemania¡±
Twitter combate el discurso del odio mientras lidia con las leyes de cada pa¨ªs y el riesgo de censura
Twitter toc¨® suelo al convertirse en plataforma de difusi¨®n masiva del discurso del odio neonazi
El presidente de EE UU desayuna, entra en internet y difunde para todo el planeta propaganda neonazi. Este episodio, digno de ficciones dist¨®picas como Black Mirror, sucedi¨® tal cual el pasado 29 de noviembre, cuando Donald Trump entr¨® en el perfil de la periodista ultraderechista Ann Coulter y desde all¨ª retuite¨® para sus 44 millones de seguidores (y en realidad para todo el planeta) tres v¨ªdeos racistas compartidos por Jayda Fransen, la n¨²mero dos de Britain First, una organizaci¨®n fascista del Reino Unido. Twitter tocaba suelo, tras pasar de ser la red de la libertad de expresi¨®n a convertirse as¨ª en la plataforma de difusi¨®n masiva, a escala global, del discurso del odio m¨¢s aterrador.
Apenas doce d¨ªas antes, Twitter hab¨ªa anunciado, vapuleada por las cr¨ªticas, que el 18 de diciembre se acababa la impunidad de los grupos violentos como el de Fransen. En una actualizaci¨®n de sus reglas avisa de que el contexto importa: aunque en la red se mantenga un comportamiento impoluto, si en la calle se pertenece a un grupo que asalta mezquitas la cuenta ser¨¢ suspendida. Es lo que pas¨® ayer con la propia Fransen y otros l¨ªderes de extrema derecha, cuyas cuentas se han borrado de manera fulminante.
PSA. For anyone beset by Nazi and brownshirt bots: I changed my Twitter address to Germany at the suggestion of a shrewd friend, and they vanished. Germany has stricter hate-speech laws.
— Virginia Heffernan (@page88) December 4, 2017
Junto con ella, comenzaron a desaparecer numerosas cuentas vinculadas a grupos de odio. Un gesto que muchos usuarios ven¨ªan demandando desde hace tiempo, hasta el punto de buscar trucos para evitar a los ultras en Twitter. A comienzos de diciembre, la periodista Virginia Heffernan tuite¨® una sugerencia que ha recibido mucho apoyo: mudarse a Alemania. Al menos, virtualmente. Porque al cambiar la configuraci¨®n de usuario y ubicarse en este pa¨ªs, aplicar¨ªa la legislaci¨®n alemana, mucho m¨¢s restrictiva contra los delitos de odio. La periodista asegur¨® que los nazis hab¨ªan desaparecido y animaba a otros a mudarse con ella.
Despu¨¦s de que Heffernan lo difundiera, el portal de comprobaci¨®n de bulos Snopes confirm¨® que es cierto. Por ejemplo, al cambiar la ubicaci¨®n, el usuario deja de ver algunas cuentas nazis. Todo en virtud de la controvertida ley Netzwerkdurchsetzungsgesetz (NetzDG) que entr¨® en vigor el pasado octubre y que obliga a las plataformas a borrar todo mensaje considera ilegal en Alemania?¡ªcomo esv¨¢sticas o negaci¨®n del Holocausto¡ª en menos de 24 horas despu¨¦s de haberse denunciado. Si no lo hace, las multas para compa?¨ªas como Facebook, Google o Twitter pueden ser de cinco y hasta 50 millones de euros. Cualquiera lo puede comprobar mud¨¢ndose virtualmente a Alemania: nada m¨¢s hacerlo ya permite reportar tuits invocando la NetzDG.
En una actualizaci¨®n de sus reglas avisa de que el contexto importa: tambi¨¦n se tendr¨¢ en cuenta lo que el usuario haga fuera de la red
Consultado por EL PA?S, un portavoz de Twitter confirma que deben lidiar con lo que se considera "ilegal" en cada pa¨ªs, y remite a sus reglas sobre pa¨ªses en las que se apunta: "Si recibimos una solicitud v¨¢lida y con un alcance adecuado de una entidad autorizada, puede ser necesario negar de manera reactiva el acceso a cierto contenido en un pa¨ªs en particular de vez en cuando". Es decir, que en ocasiones, en funci¨®n de la legislaci¨®n vigente (desde Twitter recuerdan que Espa?a tambi¨¦n tiene normativa espec¨ªfica), est¨¢n obligados a ocultar contenidos. Esv¨¢sticas en el caso alem¨¢n. Dado que en Alemania van a tener mucho trabajo, preguntamos a Twitter si all¨ª se ha contratado m¨¢s personal para limpiar de nazis la red: responder¨¢n a partir del 1 de enero, cuando entre en vigor esta parte de la NetzDG.
A nadie le puede parecer mal la retirada de apolog¨ªa nazi ¡ªsalvo quiz¨¢ el presidente de EE UU¡ª, pero el enfoque es muy delicado porque el mismo marco legal extrapolado a otro contexto puede ser muy peligroso para la libertad de expresi¨®n. Y no es una reflexi¨®n abstracta. Rusia acaba de copiar palabra por palabra la legislaci¨®n alemana, como denuncia Reporteros Sin Fronteras, que hab¨ªa criticado duramente la norma: "El proyecto de ley ruso muestra que cuando las principales democracias dise?an una legislaci¨®n draconiana, proporcionan ideas a reg¨ªmenes represivos. Nuestros peores temores se han cumplido". Desde Naciones Unidas tambi¨¦n se hab¨ªa advertido de que una norma tan estricta, con un plazo tan apurado de 24 horas, va a invitar a que las plataformas se limiten a borrar todo lo denunciado sin dudar, limitando gravemente la libertad de expresi¨®n y favoreciendo la censura masiva.
"El proyecto de ley ruso muestra que cuando las principales democracias dise?an una legislaci¨®n draconiana, proporcionan ideas a reg¨ªmenes represivos", dice Reporteros Sin Fronteras
Al margen de la legislaci¨®n germana, Twitter se ha visto obligada a acometer cambios en su abordaje del problema de los mensajes de odio en la red. Apoyados en un consejo de expertos independientes, la compa?¨ªa ha desarrollado estas estrictas medidas que pusieron en marcha el lunes. Sinead McSweeney, vicepresidente de pol¨ªticas p¨²blicas de Twitter para Europa, Medio Oriente y ?frica, dijo recientemente que han descubierto que "ya no es posible defender todas las voces". Ya nadie se acuerda de aquellos lejanos tiempos de la Primavera ?rabe en que se ve¨ªa a Twitter como un oasis de libertad para los activistas y sus ansias de democracia.
En la compa?¨ªa que dirige Jack Dorsey reconocen que se les puede ir la mano: "En nuestro esfuerzo por ser m¨¢s agresivos en esto, podemos cometer algunos errores y estamos trabajando en un s¨®lido proceso de apelaci¨®n", advert¨ªan en un post.
Twitter a?ade un matiz importante: expulsar¨¢ a aquellos usuarios que fomenten la violencia, salvo "entidades militares o gubernamentales"
Mientras los grupos de extrema derecha se quejaban el lunes de la "purga", en el ¨¢mbito de las cuentas independentistas catalanas crec¨ªa un nuevo bulo: que se estaban eliminando deliberadamente usuarios soberanistas. Alguno, levantando una nueva teor¨ªa de la conspiraci¨®n, apelaba a que la nueva directora de la compa?¨ªa en Espa?a, Nathalie Picquot, se cas¨® en 2005 con el primo del rey Felipe VI. Desde Twitter, se limitan a se?alar que no han recibido denuncias espec¨ªficas en ese entorno y a recordar, por ejemplo, que est¨¢ prohibido el spam en todas sus manifestaciones. La investigadora Mariluz Congosto, de la Universidad Carlos III, mostr¨® ejemplos de usuarios que se suspend¨ªan moment¨¢neamente por actividad sospechosa como retuitear de forma autom¨¢tica innumerables cuentas, pero que recuperaban el control al dar prueba de ser un usuario leg¨ªtimo.
?Y qu¨¦ pasa con Trump? Muchos se preguntaban si sus amenazas en Twitter de lanzar una guerra nuclear o su difusi¨®n de v¨ªdeos neonazis no deber¨ªa llevar a borrar su cuenta (definitivamente). Hasta ahora, la compa?¨ªa se hab¨ªa excusado en el car¨¢cter noticioso de sus tuits. Pero con la revisi¨®n de su normativa, Twitter a?ade un matiz importante: expulsar¨¢ a aquellos usuarios que fomenten la violencia, salvo "entidades militares o gubernamentales". Un siglo despu¨¦s, el monopolio de la violencia teorizada por Max Weber tambi¨¦n afecta a los tuits.
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