Telepol¨ªtica y Catalu?a: ?qu¨¦ pinta la inform¨¢tica en todo esto?
El tema catal¨¢n ha tocado dos asuntos recurrentes: la posibilidad de que alguien pueda ser investido 'president' telem¨¢ticamente y si personas huidas o en prisi¨®n pueden delegar el voto o votar telem¨¢ticamente
El tema catal¨¢n ha tocado dos asuntos recurrentes en los ¨²ltimos tiempos. El primero es la posibilidad de que alguien pueda ser investido president de la Generalitat de Catalu?a telem¨¢ticamente. El otro, no menos trascendente, es si las personas que se encuentran en prisi¨®n o en Bruselas pueden delegar el voto o votar telem¨¢ticamente. Dos temas en los que la inform¨¢tica tiene un poco de ¡°culpa¡± pues estas posibilidades dif¨ªcilmente podr¨ªan haberse planteado hace apenas tres d¨¦cadas. Como ingeniero en la materia querr¨ªa aproximarme a este fen¨®meno.
Hace m¨¢s de un siglo, en 1898, Arthur Mee ya dec¨ªa que ¡°si, como se predice en un futuro pr¨®ximo, la vista puede usarse del mismo modo que se usa el sonido en el tel¨¦fono, la tierra ser¨¢ un verdadero para¨ªso, y la distancia perder¨¢ su encanto al ser abolida por completo¡±. Desde aquellos a?os, esa profec¨ªa se ha ido repitiendo a menudo. La podemos percibir cuando a trav¨¦s de dispositivos electr¨®nicos, desde un ni?o hasta una persona mayor pueden comunicarse por medio de una pantalla y no solo o¨ªr sino tambi¨¦n ver los juguetes de una amiga o el crecimiento de un nieto. Incluso en la ¨²ltima campa?a electoral en Francia se pudo ver c¨®mo uno de los candidatos daba m¨ªtines usando sistemas de v¨ªdeo conferencia basado en hologramas al m¨¢s puro estilo Star wars. El crecimiento de las comunicaciones a trav¨¦s de i¨ªdeoconferencia ha sido exponencial y est¨¢ presente en casi todas las redes sociales que como Facebook, Whatsapp o Skype superan, seg¨²n algunos c¨¢lculos, los 2000, 1300 y 300 millones de usuarios respectivamente. Tambi¨¦n es usado por empresas y organizaciones de todo tipo tanto gubernamentales como empresariales para un sinf¨ªn de tareas.
Al mismo tiempo, los sistemas para expresar opiniones sobre todo tipo de cuestiones en distintos portales o aplicaciones han crecido en popularidad. Podemos valorar con un solo clic si nos ha gustado una pel¨ªcula que hemos visto online, si queremos que un determinado artista gane un premio o qu¨¦ jugador lo ha hecho mejor en un determinado partido. Esta tendencia se puede ver reflejada en los ¨²ltimos datos sobre gobierno abierto publicados por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Informaci¨®n, en el que el 81,4% de la ciudadan¨ªa reclamaba nuevos canales para incrementar la participaci¨®n en las instituciones. V¨ªdeo conferencias y participaci¨®n electr¨®nica forman parte por tanto ya de nuestro d¨ªa a d¨ªa y lo hacen gracias a los avances vertiginosos que ha tenido la inform¨¢tica. No en vano, ya en 2011 un columnista del Wall Street Journal dec¨ªa que ¡°el software se est¨¢ comiendo el mundo¡± ?Se est¨¢ comiendo tambi¨¦n Catalu?a?... Veamos.
Un sistema de videoconferencia funciona gracias a que hay dos o m¨¢s nodos que poseen un conjunto de sistemas f¨ªsicos (hardware) como son el emisor y receptor de v¨ªdeo (la c¨¢mara y la pantalla de nuestros tel¨¦fonos m¨®viles, por ejemplo) y un sistema l¨®gico o programa (software) que permiten a trav¨¦s de una serie de protocolos de comunicaci¨®n hacer que lo que en 1898 era casi la puerta al para¨ªso sea hoy una realidad cotidiana. En este tipo de sistemas hay multitud de variantes que van desde los m¨¢s simples usados por la ciudadan¨ªa en general, hasta los m¨¢s sofisticados que son usados en misiones secretas u operaciones de rescate por poner solo algunos ejemplos. Se puede decir que la tecnolog¨ªa est¨¢ lista para cubrir cuantos escenarios podamos hoy imaginar.
Algo parecido pasa con los sistemas de votaci¨®n electr¨®nica que, aunque al igual que los sistemas de videoconferencia son conceptualmente muy sencillos, tienen toda una base tecnol¨®gica sofisticada que permiten que hoy en d¨ªa se puedan organizar votaciones con un grado de seguridad y fiabilidad comparable con otros sistemas basados en papeletas y en urnas f¨ªsicas. Un sistema de votaci¨®n web segura, por ejemplo, funciona de tal forma que el usuario entrar¨¢ en el sistema a trav¨¦s de un navegador lo que har¨¢ las veces de una cabina de votaci¨®n online. Para que alguien pueda entrar en una cabina de votaci¨®n de estas caracter¨ªsticas, deber¨¢ estar habilitado en un censo, tambi¨¦n electr¨®nico, que identificar¨¢ al usuario a trav¨¦s de un sistema seguro que puede ser desde un nombre de usuario y contrase?a hasta el uso de identificaciones complejas basadas en DNI electr¨®nico o huellas digitales. Una vez en la urna, el votante podr¨¢ configurar su papeleta de voto electr¨®nica que conformar¨¢ su voto.
Un paso clave y al mismo tiempo dif¨ªcil t¨¦cnicamente, es la anonimizaci¨®n y securizaci¨®n del voto para que nadie pueda saber lo que ha votado una determinada persona. Con este fin, se usan complejos mecanismos criptogr¨¢ficos que cifran el voto usando sistemas que requieren de la participaci¨®n de todas las entidades participantes para poder descifrarlo lo que representa una suerte de interventores electr¨®nicos que dan mayor fiabilidad al proceso. El voto se cifra, se anonimiza y se almacena en urnas electr¨®nicas seguras para m¨¢s tarde poder descifrarlos y contabilizar los votos con objeto de conocer el resultado. El recuento de los votos debe hacerse a trav¨¦s de organismos independientes que garanticen la limpieza del proceso. Nuevamente, existe tecnolog¨ªa para abordar problemas de votaci¨®n tanto simples como complejos.
?Es por tanto tecnol¨®gicamente factible investir a un presidente telem¨¢ticamente o dejar votar remotamente a un conjunto de personas? Desde luego que tecnol¨®gicamente es factible, la inform¨¢tica lo hace factible. Lo que la inform¨¢tica no podr¨¢ hacer es determinar si es pol¨ªticamente deseable. Eso se lo dejamos a la secci¨®n de an¨¢lisis pol¨ªtico que existen en este y otros diarios. Ah¨ª no le pregunten a la inform¨¢tica, que de telepol¨ªtica solo tiene la primera parte.
David Benavides es profesor titular de la ETSI Inform¨¢tica en la Universidad de Sevilla.
Cr¨®nicas del Intangible es un espacio de divulgaci¨®n sobre las ciencias de la computaci¨®n, coordinado por la sociedad acad¨¦mica SISTEDES (Sociedad de Ingenier¨ªa de Software y de Tecnolog¨ªas de Desarrollo de Software). El intangible es la parte no material de los sistemas inform¨¢ticos (es decir, elsoftware), y aqu¨ª se relatan su historia y su devenir. Los autores son profesores de las universidades espa?olas, coordinados por Ricardo Pe?a Mar¨ª (catedr¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid) y Macario Polo Usaola (profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha).
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