Manipuladores de la psicolog¨ªa de masas
Los que crean y refinan la tecnolog¨ªa hacen miles de pruebas con usuarios: saben lo que engancha. Siguen el ejemplo de las m¨¢quinas tragaperras
"?Te importar¨ªa salir de la habitaci¨®n, por favor?¡±. Esa inesperada pregunta oblig¨® a Joseph Weizenbaum a replantearse todo su trabajo. Hab¨ªa dejado a su secretaria jugando con ELIZA, una m¨¢quina inteligente programada para indagar, como un terapeuta, en las inquietudes del usuario lanzando preguntas, algunas bastante torpes. Pero aquella mujer comenz¨® a contarle problemas personales a la m¨¢quina y se sent¨ªa tan c¨®moda haci¨¦ndolo que reclamaba intimidad. Este experimento revel¨® que ELIZA era capaz de tocar las teclas correctas de la psicolog¨ªa humana, y Weizenbaum, investigador del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT), tumb¨® el proyecto, asustado por las implicaciones ¨¦ticas de una interacci¨®n de ese tipo en la psicolog¨ªa humana. Era 1966. La an¨¦cdota la recupera Noam Cohen en su libro The Know-It-Alls [Los Sabelotodos] (The New Press) para trazar un paralelismo con el Silicon Valley actual: ¡°ELIZA demostr¨® en la d¨¦cada de 1960 que la gente no necesitaba demasiada persuasi¨®n para abrirse ante los ordenadores, parece salirles de forma natural. Weizenbaum estaba horrorizado por esta confianza mal depositada y huy¨® de la inteligencia artificial, mientras que [Mark] Zuckerberg ha intentado capitalizarla en Facebook¡±.
¡±En 2004 Facebook era divertido; en 2016 es adictivo¡±, dice el experto en mercadotecnia y tecnolog¨ªa Adam Alter
Hijo de una psiquiatra, el l¨ªder de la omnipresente plataforma social se interes¨® especialmente en el estudio de este campo a su paso por Harvard: ¡°Lo m¨¢s importante que saqu¨¦ de las clases de psicolog¨ªa fue lo poco que sabemos sobre c¨®mo funciona el cerebro humano¡±, dijo en 2010. ¡°Creo que nuestra comprensi¨®n del cerebro es algo as¨ª como si abrieras un ordenador y dijeras: ¡®Oh, cuando est¨¢s escribiendo este comando, esta parte se calienta¡±. Esta simplista met¨¢fora sobre jugar a ensayo y error tambi¨¦n sirve para ilustrar lo que ha sucedido en los ¨²ltimos tiempos con Facebook y otras plataformas sociales como YouTube y Twitter. Una innumerable sucesi¨®n de experimentos con la psicolog¨ªa humana a escala planetaria que han terminado por hacer saltar los plomos.
Es innegable el poder de estas plataformas para manipular la psicolog¨ªa de las masas: Facebook tiene m¨¢s de 2.000 millones de usuarios activos y YouTube recibe la visita de 1.500 millones al mes. ¡°Las ?personas que crean y refinan tecnolog¨ªa, juegos y experiencias interactivas son muy buenos en lo que hacen¡±, explica Adam Alter, autor de Irresistible: ?Qui¨¦n nos ha convertido en yonquis tecnol¨®gicos? (Paid¨®s). ¡°?Ejecutan miles de pruebas con millones de usuarios para aprender qu¨¦ ajustes funcionan y cu¨¢les no, qu¨¦ colores de fondo, fuentes y tonos de audio maximizan la interacci¨®n y minimizan la frustraci¨®n. A medida que una experiencia evoluciona, se convierte en una versi¨®n irresistible y armada de la experiencia que alguna vez fue. En 2004 Facebook era divertido; en 2016 es adictivo¡±.
La columna vertebral de estos desarrollos es muy similar a la de las tragaperras, un refuerzo intermitente que consigue engancharnos, como ratas de laboratorio accionando una palanquita que nos alimente.
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