La clase de programaci¨®n que bati¨® un R¨¦cord Guinness en Madrid
M¨¢s de 500 personas lograron la primera marca mundial del ¨¢mbito tecnol¨®gico en Espa?a
Medio millar de personas se levantan de sus asientos. Aplauden y vitorean. Alzan sus ordenadores como si fueran trofeos mientras de fondo suena la canci¨®n de Queen "We are the champions". Est¨¢n en el auditorio de La Nave, en Madrid, y acaban de batir el primer R¨¦cord Guiness del ¨¢mbito tecnol¨®gico en Espa?a: han participado en la clase de software con m¨¢s alumnos del mundo.
El pasado viernes, tan solo media hora antes de batir el r¨¦cord, los asistentes escuchaban a Anna Oxford, jueza oficial del Libro Guinness de los R¨¦cords, explicarles las normas: ¡°Durante esta media hora si alguien va al ba?o, est¨¢ en WhatsApp o Facebook o se queda dormido, no puede participar en el r¨¦cord. Hacen falta 500 personas¡±. Este r¨¦cord nunca se ha batido antes.
Algunos ya saben programar y para otros esta clase masiva es el primer contacto
Entre los asistentes hay personas de pr¨¢cticamente todas las edades con ordenadores, tabletas y smartphones. Algunos ya saben programar y para otros, esta clase masiva es el primer contacto. ¡°Yo soy economista y siempre he querido aprender programaci¨®n¡±, cuenta Jorge Salayero, de 31 a?os. Est¨¢ sentado junto a M¨®nica de Andr¨¦s, una consultora de software de 41 a?os, que se ha enterado de la clase a trav¨¦s de las redes sociales y ha decidido asistir porque ¡°este es un entorno muy turbulento y siempre hay que reciclarse¡±.
Tambi¨¦n hay ni?os que vienen con sus padres. Por ejemplo, Noelia Garc¨ªa Vicente, de 13 a?os, que ya conoce diferentes lenguajes y tiene claro que en el futuro ¡°todo va a estar relacionado con Internet y saber programar va a ser una gran ventaja¡±. En la misma l¨ªnea se manifiesta Azriel V¨¢zquez, de 11 a?os, que explica que ¡°programar sirve para hacer aplicaciones¡±. De hecho, est¨¢ creando su propia app junto a un programador y su padre. ¡°Es importante que tenga nociones de programaci¨®n porque es el futuro. No es tanto por la profesi¨®n sino para que pueda crear sus propios negocios. Es tan ¨²til como el ingl¨¦s¡±, afirma su padre, V¨ªctor V¨¢zquez, de 44 a?os.
La primera l¨ªnea de c¨®digo
La iniciativa ha estado liderada por KeepCoding, un centro de formaci¨®n de alto rendimiento en programaci¨®n y la clase ha sido dise?ada para que cualquiera, aunque se pierda, pueda volver a retomarla. El objetivo es que los alumnos conozcan una herramienta que se llama Jupyter y escriban su primera l¨ªnea de c¨®digo.
Ram¨®n Maldonado, director del bootcamp Aprende a programar desde cero, es el profesor. Su ordenador est¨¢ conectado a un proyector y todos los asistentes siguen la clase prestando atenci¨®n a una pantalla gigante. ¡°Jupyter es un producto que utilizan cient¨ªficos de datos para el intercambio de informaci¨®n. Vamos a utilizar python 3¡±, afirma mientras se registra.
La herramienta Jupyter Lab es una tecnolog¨ªa que elimina una de las grandes dificultades que tiene cada principiante: configurar las herramientas de programaci¨®n. Lo ¨²nico que se necesita para acceder es un navegador. El lenguaje que utilizan en la clase, Phyton, tiene ¡°una barrera de entrada muy baja¡±. As¨ª lo afirma Fernando Rodr¨ªguez, CLO de KeepCoding: ¡°Se est¨¢ utilizando para ense?ar a programar en el MIT y en algunas de las mejores universidades de EE UU¡±.
10.000 becas para aprender programaci¨®n desde cero
Seg¨²n datos de la Comisi¨®n Europea, el 40% de las empresas tiene dificultades para contratar expertos TIC y para 2020 habr¨¢ medio mill¨®n de puestos de trabajo de especialistas en este sector sin cubrir. "M¨¢s que una crisis de empleo es una crisis de habilidad", afirma Adriana Botelho, CEO de KeepCoding y organizadora del Guinness. Para solucionar este problema, KeepCoding ha iniciado el movimiento Acelera Espa?a. El objetivo es "reconvertir el paradigma de la empleabilidad a nivel nacional, fomentando el talento tecnol¨®gico para hacer frente a la creciente demanda de empleo sin cubrir en el sector TIC". Para ello, ofrecen 10.000 becas para aprender a programar dirigidas a personas sin ninguna experiencia previa.
Fernando Rodr¨ªguez, ayudaba a varias empresas de Silicon Valley a crear equipos de desarrollo m¨®vil. ¡°Entrevistando a los candidatos me he dado cuenta de que en Espa?a tenemos mejores programadores que en Silicon Valley. La diferencia es que ellos est¨¢n en el lugar adecuado y hablan el idioma adecuado. Pero el talento lo tenemos y eso es lo fundamental para que la creaci¨®n de tecnolog¨ªa pase a ser un componente esencial de nuestro PIB. No tiene porque ser solo el turismo o la restauraci¨®n¡±, afirma el CLO de KeepCoding.
Los asistentes intentan seguir las instrucciones de Maldonado. Algunos entran sin problema, pero otros no lo consiguen porque los servidores no tienen capacidad para soportar tantos usuarios al mismo tiempo. ¡°?Todo el mundo est¨¢ ya en el notebook?¡±, pregunta el profesor. Entre el p¨²blico no hay una respuesta un¨¢nime. Maldonado les pide que se ayuden entre ellos o que, en el peor de los casos, compartan dispositivos.
Despu¨¦s va explicando poco a poco cada paso que da en el programa. Incluso ense?a a poner un hashtag o d¨®nde est¨¢ el bot¨®n Intro, ¡°por si hay alguna de esas madres que no ha tocado un ordenador en su vida¡±. Les pide que vayan escribiendo en diferentes celdas algunas frases como ¡°# Vamos a batir un record¡±, ¡°# # Mi primer programa¡± o ¡°print (¡®Hola, mundo¡¯)¡±. ¡°Los programas utilizan datos. ¡®Hola, mundo¡¯ es un dato. Y los textos siempre los metemos entre comillas¡±, cuenta ante la mirada atenta de los alumnos. Pr¨¢cticamente todo programador ha hecho el ejercicio ¡°Hola, mundo¡± al menos una vez en su vida.
Varios voluntarios pasean por los pasillos del auditorio. Son quienes se encargan de contar el n¨²mero de personas que est¨¢n siguiendo la clase. Uno de ellos es Jos¨¦ Mar¨ªa Moreno, un economista de 58 a?os prejubilado que habitualmente hace voluntariado con ni?os a los que ense?a a programar por bloques. ¡°A m¨ª esto me ha pillado muy mayor. Es una pasada lo que hace la gente joven. Tengo un sobrino de 11 a?os que me da 100 vueltas¡±, comenta mientras observa a los alumnos de su zona.
Durante la clase, los alumnos han creado su primer notebook y han aprendido qu¨¦ son las variables y c¨®mo crear celdas de texto, editarlas y borrarlas. Algunos siguen haciendo los ejercicios cuando la lecci¨®n ya ha acabado. Otros, como Azriel V¨¢zquez, no han tenido problema en conseguirlo. A ¨¦l le ha parecido ¡°divertido y f¨¢cil¡±. ¡°Yo s¨ª estaba perdido, ¨¦l no y me lo iba explicando¡±, cuenta su padre. Salayero y a De Andr¨¦s tambi¨¦n est¨¢n contentos con la clase. ¡°A m¨ª me ha gustado. Me han entrado ganas de seguir¡±, afirma la consultora de software.
La jueza y algunos organizadores se retiran a deliberar si ha batido el r¨¦cord. Mientras tanto, el CLO de KeepCoding afirma que la herramienta que han utilizado normalmente se usa para hacer libros interactivos, explorar datos y ense?ar a programar. ¡°Si alguien le interesa lo que ha hecho puede seguir aprendiendo¡±. Esto es como aprender a tocar un instrumento musical o montar en bicicleta, da igual toda la teor¨ªa que te cuenten y que te obliguen a seguir algunos ejercicios o haces todos los ejercicios que te vamos a proponer o no vas a estar en condiciones de salir al mercado laboral. Hay mucho de pr¨¢ctica individual¡±, afirma.
Poco despu¨¦s vuelve Anna Oxford y se sube al escenario. ¡°Al principio erais 625 personas, pero hemos tenido que descontar a bastante gente por usar WhatsApp, irse al ba?o u otros motivos. Finalmente, han participado en la clase 585 personas¡±, afirma la jueza. Nada m¨¢s o¨ªr esa frase, la gente estalla de emoci¨®n y comienza la celebraci¨®n.
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