La dif¨ªcil promesa de Google de proteger la privacidad
Una semana despu¨¦s de su conferencia anual, la compa?¨ªa anuncia la creaci¨®n de una central global de seguridad en Munich
Dos d¨¦cadas despu¨¦s de su creaci¨®n, Google dice ahora que la privacidad es uno de sus pilares: el usuario debe poder controlar en todo momento qu¨¦ datos cede a la compa?¨ªa. El modelo de negocio de Google sin embargo es vender anuncios basados en esos datos de los usuarios. La privacidad es un camino que Google, si es sincero, debe tomar con prudencia porque podr¨ªa poner en riesgo su modelo de negocio. Si no es sincero, puede incluso sonar a truco de marketing.
La privacidad es un camino que Google debe tomar con prudencia
"Los usuarios tienen control universal y continuo sobre su cuenta de Google para revisar los cambios e incluso borrar la informaci¨®n que creen que ya no es ¨²til", ha dicho Mark Risher, director de Seguridad de Google, en la presentaci¨®n este martes del nuevo centro global de seguridad y privacidad que Google ha creado en Munich.
La compa?¨ªa ha reunido a un grupo de periodistas de toda Europa para anunciar que la sensibilidad alemana por la privacidad pasar¨¢ a ser la regla de oro en Google: "No es un accidente que construyamos nuestra central de privacidad en el coraz¨®n de Europa, y en un pa¨ªs que de muchos modos refleja c¨®mo los europeos piensan en seguridad online y privacidad", ha dicho Sundar Pichai, presidente ejecutivo de Google, en un mensaje en v¨ªdeo.
Despu¨¦s de la famosa apuesta de Apple y del ya c¨¦lebre "el futuro es la privacidad" de Mark Zuckerberg de hace dos semanas, ahora es el turno de Google de presumir de apuesta por la privacidad. "Creemos que la privacidad es para todos ¨Cno solo para unos pocos", dijo Pichai en la conferencia anual para desarrolladores de hace una semana en California.
Google permitir¨¢ que los usuarios programen un autoborrado de datos cada tres o 18 meses
El anuncio de Munich se suma las novedades que el mismo Pichai explic¨®. Google permitir¨¢ que los usuarios programen un autoborrado de datos cada tres o 18 meses. Tambi¨¦n ser¨¢ m¨¢s sencillo borrar informaci¨®n como la localizaci¨®n, tanto con Google como con desarrolladores de apps en Android. Tambi¨¦n extender¨¢ la opci¨®n de "inc¨®gnito", que existe en el navegador Chrome desde sus inicios en 2009, a Maps y Youtube.
Este camino de privacidad de datos no es sencillo. Antes de cada paso, Google advierte con nuevas explicaciones y avisos sobre todo lo que pierde el usuario que sigue adelante: "?Quieres eliminar toda tu actividad de YouTube? Consulta la p¨¢gina policies.google.com para obtener m¨¢s informaci¨®n sobre c¨®mo elimina Google tus datos, qu¨¦ datos conserva y por qu¨¦", advierte la p¨¢gina. Si el usuario quiere que Youtube no recoja sus datos de b¨²squeda, por ejemplo, lo que puede hacer es "pausarlos". Siempre hay una puerta que puede volver a activarse.
Los cambios son significativos sobre todo respecto a otras plataformas y porque permiten que el almacenamiento no sea eterno. M¨¢s para una empresa como Google, que es probablemente quien mejor conoce a sus usuarios. Est¨¢ en una liga donde solo compite con Facebook.
No es tan tonto
Si Google sin embargo siguiera por esa v¨ªa, ?c¨®mo combinar¨ªa el ideal de la privacidad con arriesgarse a que todos los usuarios borren los datos que son la gasolina de su negocio?
Primero, la jugada de Google no es tan simple. En ning¨²n momento se puede borrar todo siempre. Google sabe perfectamente cu¨¢nta gente usa a menudo estas opciones. Es muy dif¨ªcil encontrar a gente tan preocupada por su privacidad como para borrar cada una de sus b¨²squedas o navegar cada sesi¨®n en inc¨®gnito. Y a quien le preocupa tanto, ya no es cliente de productos de Google.
Los usuarios de Google aceptan de alg¨²n modo un intercambio: algo de datos por algo de privacidad. La mayor¨ªa de usuarios no se molesta lo suficiente como para recorrer p¨¢ginas y p¨¢ginas de t¨¦rminos de servicio y desmarcar sus datos en web, Maps o Youtube. En la nueva moda de la privacidad, parecer que se hace algo m¨¢s, quiz¨¢ sea suficiente.
El panorama realmente solo cambiar¨ªa realmente si las empresas conviertieran la privacidad en "opt in" ¨Ctener que marcar que quieres compartir tus datos¨C en lugar de "opt out".
El vicepresidente de pol¨ªticas p¨²blicas, Kent Walker, ha dado en Munich una larga explicaci¨®n de c¨®mo gana dinero Google con los datos:
"La mayor¨ªa de datos que usamos es para mejorar otros productos. La manera principal en la que ganamos dinero es con anuncios en los resultados de b¨²squeda. En ese caso recogemos poca informaci¨®n porque la se?al de la b¨²squeda de informaci¨®n es fuerte. Solo monetizamos el 6% de las b¨²squedas y para una b¨²squeda cualquiera el 90 % de su valor es la propia b¨²squeda. Si buscas 'raqueta de tenis' es una indicaci¨®n bastante fuerte de que quieres comprar una raqueta. Despu¨¦s de ese 90%, hay un 5% de d¨®nde est¨¢s, porque la ciudad puede hacer que un anuncio de una tienda sea mejor que otro, aunque en la era del e-commerce no sirve de mucho. El resto de informaci¨®n es si has mirado ya alguna tienda antes en esa sesi¨®n. En suma, la mayor parte del valor que tenemos como negocio es responder a se?ales de intenci¨®n del usuario. El resto de datos sirve para proporcionar mejoras a otros productos. Y estamos buscando maneras de hacerlo de un modo que respete la privacidad."
En esta explicaci¨®n de Walker faltan al menos dos claves de la pen¨²ltima frase: "Qu¨¦ datos sirven para mejorar otros productos" y "c¨®mo los mejoran". El drama no es la recopilaci¨®n de datos de usuarios, sino qu¨¦ infieren cuando se combinan con inteligencia artificial. Esos datos de comportamiento bien combinados cuenta nuestros estados de ¨¢nimo, probabilidades de comportamiento e ideolog¨ªa. ?Y qu¨¦ informaci¨®n se saca de ah¨ª? No se sabe.
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